Este domingo 17 de noviembre, al celebrarse la octava jornada mundial de los pobres, el presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, monseñor Arturo González Amador, recordó que, es imposible pasar delante de tanta pobreza material y espiritual en este tiempo y seguir de largo, cambiando la mirada hacia otro lado.
En el año 2016, durante el cierre del Año de la Misericordia, el Papa Francisco estableció el domingo XXXIII del Tiempo Ordinario de la Liturgia como el día de la Jornada Mundial de los Pobres. Un llamado de atención tanto a creyentes y no creyentes sobre el drama real que la pobreza implica cada día en la vida de quienes la experimentan.
En este sentido, el también obispo de Santa Clara observó que, así como Jesús amó al mundo entregándolo todo, igualmente nosotros estamos llamados en todas las circunstancias a ser amigos de los pobres, “siguiendo las huellas de Jesús, que fue el primero en hacerse solidario de los últimos”.
La esperanza necesita de nuestro compromiso
A su vez, señaló que la Iglesia siempre tendrá la obligación de encontrar nuevos caminos para ejercer la caridad, pero esta, advirtió, no debe estar acompañada de protagonismos, ni aplausos, sino antes bien debe ser un acto de apoyo, consuelo y luz para aquellas personas que a veces son ignoradas y despreciadas.
“Los pobres ponen su confianza en Dios y de ella alimentan la esperanza. Cuando nuestras palabras se convierten en obras concretas y van acompañadas del amor y la delicadeza para los pobres, la esperanza se convierte en realidad, la paz y la alegría regresan a su corazón y muchos comienzan a recuperar la dignidad”, dijo el obispo.
Ante la injusticia que provoca el dolor de los pobres, el prelado advirtió que ayudar a los más necesitados es un compromiso de todos, por lo que pidió no abandonar a estas personas, cualesquiera que sean sus circunstancias. “Por favor no abandonen a los pobres que viven en nuestras ciudades, pueblos y campos, a los que viven en extremas condiciones y a los que han perdido el rumbo en sus vidas”.
Del mismo modo, expresó su agradecimiento y pidió orar por tantas personas que se ponen a disposición de los que sufren, escuchando y atendiendo sus necesidades, incluso subrayó, compartiendo sus bienes desde la estrechez y las limitaciones de sus propias vidas.
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