La Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe es algo que continúa, y como un paso más en ese caminar, durante esta semana se llevan a cabo los encuentros virtuales eclesiales por regiones, uno por cada una de las cuatro grandes regiones en que se divide el Celam.
Seguir profundizando en los desafíos de la Asamblea Eclesial
El primer encuentro ha reunido a quienes viven su fe en la Región CAMEX, que comprende México y Centroamérica. Ha querido ser una oportunidad para seguir profundizando en todos los desafíos que la Asamblea Eclesial nos ha dejado, un paso más después de la Asamblea Eclesial de noviembre de2021 y el Encuentro Eclesial de este último marzo, como señalaban Paola Calderón, del Centro para la Comunicación del Celam, y el Secretario General Adjunto de la entidad, el padre David Jasso, que ve este momento como oportunidad “para poder identificar cómo los desafíos van llegando al corazón del continente”.
Compartir experiencias, intercambiar conceptos, plantear inquietudes, y hacerlo en el contexto de la celebración de los 15 años de Aparecida, conmemorada la semana pasada en la casa de la Patrona de Brasil, donde el Celam se ha hecho presente, pero también dentro del camino hacia el Sínodo sobre la Sinodalidad.
Revivir esta experiencia de camino en común
“Revivir esta experiencia de camino en común”, es como ve estos encuentros Mons. Jorge Eduardo Lozano, en el que se hacen presentes “diversas vocaciones del pueblo de Dios, también de diversas realidades eclesiales, culturales, sociales”, ha señalado el Secretario General del Celam, que también ha recordado la presencia de quienes “se dedican a la catequesis, quienes se dedican a la misión, a la atención de los enfermos, a la predicación de la Palabra, a cada uno de los ministerios y servicios de nuestra Iglesia”.
Mons. Lozano recordaba la Asamblea Eclesial celebrada en noviembre, que “nos llevó a un discernimiento acerca de los desafíos nuevos que tenemos como Iglesia en el continente”, viendo el encuentro de este día como momento para “retomar el camino juntos, para juntos también compartir la alegría de la fe”.
Un gran empujón que nos manda a la misión
Después de un momento de oración, inspirado en Aparecida, cuando nos habla de la vida, la vida nueva de la Pascua, se ha retomado lo vivido 15 años atrás en Aparecida, que llamaba a asumir el hecho de ser discípulos misioneros, siendo presentados algunos de los objetos utilizados en la V Conferencia, así como imágenes de aquel importante acontecimiento eclesial. Entre esas imágenes, unas en las que el cardenal Bergoglio decía que “Aparecida termina con un gran empujón que nos manda a la misión”.
De la preparación de Aparecida, Susana Nuin, que hizo parte del Equipo de Comunicación de la V Conferencia del Celam, destaca la importancia de las diferentes miradas presentes en ese equipo, afirmando que “un buen proceso bien vivido es capaz de superar las grietas”. La comunicación en Aparecida hizo posible que los obispos participantes se retroalimentasen de lo que la prensa publicaba. También destacó el impacto positivo que Aparecida tuvo en los medios, tanto seculares como eclesiales, con mucha repercusión comunicativa al regreso de los obispos a sus respectivas diócesis.
Aparecida nos sigue inspirando, motivando y orientando
Uno de los obispos participantes en Aparecida fue Mons. Ángel Garachana, que comenzó su testimonio diciendo que “fui a Aparecida preparado, participé entregado y volví entusiasmado”. El obispo de San Pedro Sula (Honduras), destacaba tres aspectos de la V Conferencia del Celam: un acontecimiento eclesial vivido intensamente; un documento que invita a superar rutinas, desencantos, hace renacer y crecer la esperanza; un cumplimiento, un llevar a efecto, un poner en práctica, que siga impulsando la acción evangelizadora de la Iglesia. Por ello insistía en que “Aparecida nos sigue inspirando, motivando y orientando”.
Desde el Centro de Investigación del Conocimiento, su director Guillermo Sandoval reflexionaba sobre lo que Aparecida, pasando por lo vivido en la Asamblea Eclesial, nos muestra hoy. Tras explicar el trabajo que este centro lleva a cabo, insistía en que “Aparecida ha sido un aporte de la Iglesia latinoamericana a la Iglesia universal”.
Siete aspectos destacados de Aparecida
Desde un aporte teológico pastoral, el teólogo brasileño Agenor Brighenti ha recordado elementos de Aparecida que pudiesen ayudar en la reflexión de los grupos de diálogo. Comenzó sus palabras recordando la importancia de la Asamblea Eclesial, que “a pedido del Papa Francisco se propuso reavivar Aparecida”. Por eso ha llamado 15 años después a ver en qué medida su propuesta desafiadora está encarnada en los procesos pastorales y “si Aparecida puede seguir siendo sendero y brújula para nuestra Iglesia”.
El padre Brighenti destacó siete aspectos de Aparecida, invitando a cuestionarse hasta qué punto están presentes en la vida de las Iglesias locales del continente y cuales están pendientes. En primer lugar, habló del trasfondo y espíritu, destacando como gran contribución de Aparecida “haber rescatado la contribución del Concilio Vaticano II y la recepción creativa en nuestro continente”, algo recogido en el Documento, haciendo referencia a algunas situaciones que lo dificultaban como el clericalismo.
Por el bautismo todos somos discípulos misioneros
Un segundo elemento a destacar es que “por el bautismo todos somos discípulos misioneros”, viendo el discipulado como una convocación al seguimiento de Jesucristo en su Iglesia, algo importante ante el crecimiento de cristianos sin inserción en las comunidades eclesiales. En tercer lugar, reflexionó sobre el estado permanente de misión de la Iglesia, insistiendo en la misión como algo propio del ser cristiano y de las comunidades eclesiales. Para llevar a cabo esa misión, se hace necesario la conversión pastoral, en las actitudes y estructuras eclesiales, algo que considera el cuarto elemento a destacar, rescatando una propuesta de Santo Domingo, que es central en el pontificado del Papa Francisco.
El quinto aspecto a destacar es que “cada comunidad eclesial precisa ser un poderoso centro irradiador del Reino de Vida”, según el miembro del Equipo Teológico del Celam, que ve el irradiar como algo que apunta a una Iglesia en salida, superando una Iglesia autorreferencial, buscando la encarnación como base de la evangelización, que lleva a humanizar. Junto con ello una Iglesia samarita y profética, abogada de los pobres, sexto punto a destacar, una Iglesia que siempre debe defender a los pobres, pues “la opción por los pobres está implícita en la fe cristológica”, como dijo el Papa Benedicto XVI.
Finalmente, el séptimo aspecto es la promoción de un itinerario de discipulado misionero, algo que se lleva a cabo en cuatro pasos: experiencia personal de fe, vivencia comunitaria, formación bíblico-teológica, compromiso misionero de la comunidad como un todo. Son aspectos que en gran medida ya están presentes 15 años después, pero todavía hay mucho que hacer, según el padre Brighenti.
Trabajo en grupos
En el diálogo por grupos se ha compartido cómo han sido recibidos los frutos de la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe en cada uno de los países. Para ello se ha hablado sobre si se conocen los desafíos pastorales, si ha habido reuniones de profundización o análisis, si los desafíos corresponden a realidades nacionales que se viven en cada país, y los testimonios o historias que contar con respecto a lo vivido en la Asamblea Eclesial. También las dificultades con respecto a la recepción o asimilación de los frutos y de qué manera han podido enfrentarlas.
Tras el trabajo en grupos, los participantes han compartido lo vivido en este encuentro, destacando algunos aspectos reflexionados, la importancia que esto tiene para caminar juntos, en sinodalidad. Un proceso vivido en comunidad desde las diferentes realidades, que genera optimismo por seguir aportando a la misión evangelizadora, vivida como un proceso, que ha ayudado a reflexionar sobre temas importantes para la vida de la Iglesia continental y universal, lo que tiene gran importancia en la fase de consulta del proceso sinodal.
Un proceso que ha dado fortaleza y esperanza
La Asamblea Eclesial ha sido un proceso que ha dado fortaleza y esperanza, pero se hace necesario avanzar en la concreción de los desafíos de la Asamblea, en la articulación de los diversos procesos que la Iglesia está viviendo, en crear puentes entre la Asamblea Eclesial y el Sínodo, insistiendo en la importancia de la comunicación en este camino. Es un caminar del pueblo de Dios, que está generando algo que va a tardar en digerirse, pues necesita un cambio de actitudes que haga posible una mayor participación de los jóvenes, las mujeres y los laicos.
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Para ello se han pedido acciones concretas a nivel pastoral que ayuden a avanzar en el proceso de sinodalidad, retomando los desafíos de la Asamblea desde ese modo de ser sinodal. En ello está queriendo avanzar el Celam con un plano de acción a ser llevado a cabo en los próximos meses, para lo que se van creando recursos que ayuden a avanzar en este camino, siendo una prueba de que el trabajo continúa, de que no se puede dejar que se apague la llama, algo que depende de todos y cada uno.
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