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Los jóvenes argentinos peregrinan a Luján este próximo fin de semana, 1 y 2 de octubre. Una peregrinación tradicional que este año tiene como lema: «Madre, míranos con ternura, queremos unirnos como pueblo» y que ha motivado una reflexión de la presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina que lleva por título “Mirada y corazón de peregrinos”.

Fuerte apuesta por la vida, la esperanza y la unidad

Una peregrinación que es considerada “una fuerte apuesta por la vida, la esperanza y la unidad del pueblo argentino”. Los obispos muestran su alegría al “saber que los Santuarios de nuestra Patria tienen sus puertas abiertas para todos y todas”, lo que motiva que el pueblo argentino “se pone en camino para celebrar al Dios de la vida”.

Haciendo ver la importancia y el amor a las peregrinaciones en la vida de fe del pueblo argentino, se destaca en ellas que muestran “la fuerza de la espiritualidad popular expresada en la numerosa participación de los fieles”. En ellas “se celebra el gozo de sentirse inmerso en medio de una multitud de hermanos, caminando juntos hacia el Dios que los espera”, resalta el texto, viendo en ellas una manifestación de “la cultura del encuentro que tantas veces hemos invocado”.

Sobre la experiencia de las peregrinaciones, el episcopado argentino dive ver que “se respeta al otro, se camina muchas veces al ritmo del otro, y entre todos nos ayudamos a llegar a la ansiada meta. El peregrino se reconoce caminante hacia la meta y por eso, no presume de haber llegado ni estar por encima de los otros que caminan junto a él. El dolor y el cansancio compartido, lo hace solidario y comprometido con el andar común”.

Unirnos como Pueblo

Todo ello bajo la mirada tierna de María, que invita a “unirnos como Pueblo”, entendiendo el pueblo, siguiendo las palabras del Papa Francisco como “el entramado de una comunidad de todos y para todos, que no puede dejar que los más pobres y débiles se queden atrás”.

El comunicado muestra que “estamos llamados a aprender de los peregrinos, verdadera fuente de inspiración y enseñanza para seguir construyendo el bien común”, como posibilidad de “buscar la unión de nuestra patria”, un llamado hecho por San Juan Pablo ll, quien pidió no dejar “que el odio marchite las energías generosas y la capacidad de entendimiento que todos llevan dentro”.

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Finalmente se invita a pedir a la Madre y Patrona de la Argentina, que nos ayude “para tener mirada y corazón de peregrinos, humildes y serviciales, siempre parte de nuestro pueblo y nunca por encima de él”. Y junto con ello buscar “cruzar nuestra mirada con los ojos tiernos de la Virgen de Luján, y que así podamos redescubrirnos hermanos y hermanas”.