La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG), por medio de su Consejo Permanente, emitió un mensaje al pueblo guatemalteco a raíz de los recientes acontecimientos en la vida de la Iglesia universal. En primer lugar, los obispos expresaron su gratitud por el ministerio del Papa Francisco, destacando su cercanía y testimonio de fe, al tiempo que manifestaron su pesar por su fallecimiento, que enlutó al mundo católico. En un tono de esperanza pascual, saludaron con alegría la elección del nuevo sucesor de Pedro, el Papa León XIV, también originario del continente americano, a quien acogieron con afecto filial y oraciones por su vida y ministerio.
Iglesia unida y diálogo para la reconciliación nacional
La Iglesia guatemalteca manifestó su adhesión al magisterio del nuevo Pontífice y a su deseo de una Iglesia unida, signo de comunión y fermento de reconciliación en el mundo. Los obispos destacaron que las primeras palabras y gestos del Papa León XIV han sido un llamado urgente al diálogo, al respeto mutuo y a la construcción de puentes entre las diversas realidades políticas, culturales y religiosas. Esta actitud pastoral, profundamente evangélica, resuena con fuerza en el contexto guatemalteco, donde la búsqueda de paz y justicia sigue siendo una necesidad impostergable.
En su mensaje, los obispos insistieron en la necesidad de avanzar hacia una auténtica reconciliación social que parta del corazón de cada persona, dejando de lado el orgullo y los intereses particulares para abrirse al diálogo sincero. Recordaron que el respeto a la libertad religiosa y el aporte de las distintas creencias pueden contribuir significativamente a crear contextos de paz, especialmente en un país como Guatemala, que aún enfrenta heridas abiertas y grandes desafíos para fortalecer su democracia y alcanzar un desarrollo integral.
La familia y los más vulnerables en el centro de las prioridades
Asimismo, los prelados hicieron eco del llamado del Papa a trabajar por una justicia que garantice los derechos humanos de todos. Reafirmaron el valor fundamental de la vida desde la concepción y la dignidad de cada ser humano, especialmente de los más vulnerables, como los niños, ancianos, enfermos, desempleados, migrantes y retornados. Subrayaron que estos principios están también respaldados por la Constitución guatemalteca, la cual establece el bien común y la protección de la persona como fines esenciales del Estado.
La Conferencia Episcopal urgió a las autoridades del país y a todos los sectores sociales a comprometerse con la construcción de una sociedad más justa, armónica y pacífica, combatiendo las causas estructurales de la desigualdad, la exclusión y la violencia. En línea con el Papa León XIV, afirmaron que invertir en la familia y proteger la dignidad de toda persona humana son caminos indispensables para responder a los graves desafíos del presente, que incluyen la pobreza, el desempleo, la migración forzada y la crisis ambiental.
El mensaje, firmado por monseñor Rodolfo Valenzuela Núñez, bispo de la Verapaz y Presidente de la CEG y monseñor Antonio Calderón Cruz, Obispo de Jutiapa y secretario general de la CEG, concluye con una plegaria de oraciones por el Papa León XIV y por Guatemala, para que ambos puedan caminar bajo la luz del Evangelio y contribuir a la edificación de un mundo más humano, justo y fraterno.
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