La CXIX Asamblea Plenaria Ordinaria del Episcopado Venezolano ha lanzado una Exhortación Pastoral en la que los arzobispos y obispos del país dicen que “en comunión y sintonía con nuestro pueblo, sentimos la urgencia y el deber de compartir las alegrías y sufrimientos, esperanzas e ilusiones de los hombres y mujeres de buena voluntad”.
Construir una sociedad más humana, justa y solidaria
Lo que esperan es el Niño Dios, “nos inspire el claro deseo y exigencia de construir una sociedad más humana, justa y solidaria, impregnada con los valores del Evangelio”. Un texto que relata los padecimientos de los que como parte del pueblo venezolano sufren, llamando a la responsabilidad de cada uno para la reconstrucción del país ante una realidad marcada por la “una crisis política, social y económica profunda”, criticando la opulencia de unos pocos que provoca el sufrimiento de muchos.
El texto relata la alta inflación y devaluación diaria de la moneda, el éxodo de la población, sobre todo de jóvenes, ante lo que agradecen “la acogida y el cuidado que nuestros compatriotas migrantes han recibido de parte de diversas instituciones eclesiales, gubernamentales y de la sociedad civil en los diferentes países por donde han transitado”, destacando en ese sentido a Colombia.
Permanente clima de confrontación estéril
Situaciones que provocan un “permanente clima de confrontación estéril”, afirman los obispos, que recuerdan sus propuestas concretas para mejorar la situación, para lo que llaman a la búsqueda de una unidad nacional mayor. El camino para eso “es el de las negociaciones verdaderas y sinceras para la obtención de acuerdos entre los poderes del Estado y las fuerzas sociales democráticas acerca de las grandes cuestiones de interés nacional”, señala el texto, que llama a superar “intereses particulares o partidistas que impiden avanzar y que sólo producen paralizaciones estériles, alargando la agonía de todo un pueblo”.
Para reconstruir el país sugieren “el espíritu de la sinodalidad, de caminar juntos”, llamando a todos los venezolanos de buena voluntad a “ejercer una doble conversión: a asumir con autenticidad el testimonio personal, con lucidez y compromiso humanizante, y el protagonismo consciente de ciudadanía responsable”. Por ello ven como fundamental pasar “de la lamentación a la acción liberadora”.
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Como Iglesia, el episcopado venezolano renueva el compromiso de continuar los esfuerzos sostenidos en el área de la educación, alimentación y salud. También a los afectados por fenómenos naturales y a todas las personas vulnerables. Junto con ello dicen “contribuir a la construcción en nuestro país de una verdadera cultura de justicia, de paz, de tolerancia y diálogo”, exigiendo junto al Papa Francisco que no haya «ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez». Todo ello bajo la la protección maternal de nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela.
AO- EXHORTACION EN LA CXIX ASSAMBLEA DE OBISPOS ENERO 2023
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