Reconectarse, trabajar en red e intercambiar conocimientos con miras a la planeación de acciones inmediatas lideradas por el equipo Latinoamericano y Caribeño de Pastoral Juvenil; es el objetivo de la reunión de carácter presencial que se adelanta en Lima del 14 al 18 de septiembre.
La expectativa del encuentro es la construcción de una propuesta concreta sobre el trabajo de la Pastoral Juvenil en el continente pensada para los próximos dos años, profundizado en los procesos, servicios, actividades y vinculaciones que deben generarse para dinamizar la tarea y hacerla más cercana a las necesidades de los jóvenes.
Fascinación y escucha
Acompañados por la Comisión Episcopal para jóvenes y Laicos de la Conferencia Episcopal peruana y la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos la agenda de la reunión se dispuso para discernir en conjunto el camino que debe seguir la Pastoral Juvenil del continente, asumiendo los desafíos de la realidad y la Iglesia universal, haciendo énfasis en su identidad, los procesos que debe adelantar y las estructuras que debe constituir y mantener para acompañar diferentes realidades y situaciones vividas por los jóvenes del continente. Actividades que han dado prioridad a la fascinación por la misión de los jóvenes al interior de la Iglesia y la capacidad para escuchar al otro con apertura y alegría.
Tomando como punto de referencia el ver, juzgar y actuar como metodología de trabajo propuesta por la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Aparecida; las actividades se iniciaron compartiendo la vida de la pastoral juvenil, es decir, motivando la libertad para manifestar y expresar aquello que se ha sentido en este tiempo de lejanía y la forma en que se asumieron esta circunstancia, generando nuevas acciones para desarrollar procesos de evangelización en el mundo juvenil.
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Logros y desafíos
Analizando el camino recorrido, los miembros de la Pastoral Juvenil de América Latina y el Caribe, han hablado de los avances, deudas, oportunidades y retrocesos a partir del año 2019. Temas en los que se incluye el trabajo del equipo, la relación con el Consejo Episcopal Latinoamericano, la realización y participación en la Asamblea Eclesial; además del trabajo adelantado desde el contexto regional.
Entre los temas de mayor interés para los asistentes están los cambios que se presentaron durante la pandemia, la creatividad y efectos sobre la evangelización así como las síntesis que surgieron de las reuniones virtuales, el trabajo de acercamiento a otras redes, los aportes recogidos en las consultas a las Comisiones Nacionales, el diálogo y las reacciones a las exposiciones sobre distintos temas que hacen parte de las preocupaciones de los jóvenes.
Continuando con el análisis de la realidad continental, se han generado espacios de reflexión y diálogo para plantear los retos y oportunidades que debe asumir la Pastoral Juvenil y los aportes que puede hacer desde su experiencia de fe al Sínodo de la sinodalidad y la próxima Jornada Mundial de la Juventud, entre otras actividades.
Se espera que a partir de lo escuchado, evaluado y recogido se trabaje en el planteamiento de un proceso que en coherencia con los objetivos de la Pastoral Juvenil de América Latina y el Caribe, ofrezca diversos servicios de acompañamiento a los jóvenes, especialmente ampliando la articulación con otras instituciones o redes de trabajo para fortalecer su misión y favorecer el logro de sus objetivos.
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