Una desafiante oportunidad —un viaje académico intercultural, lo autodefinen— se les presenta a aquellos jóvenes que, desde su formación y vocación, tienen el “buen vivir” como su norte y aporte al bien común, en esta propuesta de Escuela de Verano – Economía de Francisco que abre su convocatoria para ser parte en la edición 2024 y, por primera vez, en el continente americano. Para saber más, conversamos para ADN Celam con Jesús Becerril González, parte clave del equipo organizador de la Escuela.
Pregunta: ¿De qué se trata la Primera Escuela de Verano de Economía de Francisco en español y con una perspectiva latinoamericana? ¿Por qué la llamaron “Economías para el Buen Vivir”?
Respuesta: La Escuela de Verano busca ofrecer un espacio de creatividad colectiva para repensar la economía desde los desafíos de nuestros territorios latinoamericanos así como visibilizar las alternativas económicas y de emprendimiento que emergen en nuestros países.
El objetivo es fortalecer e inspirar a la juventud para ser protagonista en la generación de nuevos proyectos que tengan al centro el cuidado de la casa común y de la familia humana, especialmente aquellas personas que se encuentran descartadas por el sistema económico.
Hemos decidido llamar a la Escuela “Economías para el Buen Vivir” en primer lugar porque la economía tiene que ver con la vida, es decir, no se trata de una técnica reservada para unos cuantos especialistas sino está inmersa en la vida cotidiana, la creamos, la disfrutamos y la padecemos todas y todos.
En segundo lugar, porque el “Buen Vivir” es una categoría que recoge la sabiduría ancestral de nuestros pueblos y comunidades indígenas, quienes forman parte importantísima en la historia y la memoria de nuestros territorios. Sin embargo, no se debe mirar a las comunidades como sujetos del pasado o como piezas de un museo sino como maestros de otro paradigma que puede ayudar a sanar nuestro mundo herido. La diversidad cultural y de sabidurías que forman parte de los “Buenos Vivires” nos ofrecen otro modelo de relaciones, y recordemos que a la base de la economía están las relaciones.
El mismo Papa Francisco, en el encuentro que tuvimos en Asís para la Economía de Francisco en el 2022 nos recordó que:
“Una nueva economía, inspirada en Francisco de Asís, hoy puede y debe ser una economía amiga de la tierra, una economía de paz. Se trata de transformar una economía que mata en una economía de la vida, en todas sus dimensiones. Llegar a ese buen vivir, que no es la dolce vita o pasarlo bien, no. El buen vivir es esa mística que los pueblos indígenas nos enseñan a tener en relación con la tierra”.
Por eso deseamos que esta mística —que tiene mucho que ver con la espiritualidad ecológica y de la fraternidad universal de san Francisco de Asís— pueda ayudarnos a re-imaginar los modos de hacer economía en las aulas, en las empresas y en las políticas públicas.
P: ¿A quiénes está dirigida y qué requisitos deben presentar?
R: La Escuela está dirigida a jóvenes académicos, es decir estudiantes de posgrado o investigadores, emprendedores y agentes de cambio. Estos tres perfiles de la población corresponden a la iniciativa The Economy of Francesco donde el Papa Francisco lanzó el desafío de re-animar la economía desde la creatividad, el talento y la sensibilidad de la juventud para que sean ellas y ellos los protagonistas de su presente y futuro.
La academia es muy importante. La educación tiene en rol fundamental en perpetuar los sistemas actuales limitándose a ofrecer personal para ser empleado sin capacidad crítica o bien, tiene la capacidad de transformar la realidad conforme a un análisis serio, objetivo e interdisciplinar de los desafíos a los que nos enfrentamos como humanidad global pero también considerando nuestras realidades locales y territoriales. Por ello, el primer grupo de invitados a ser parte de esta Escuela son aquellas personas que se encuentran desarrollando proyectos de investigación preocupados por un futuro más digno.
Las y los jóvenes emprendedores a quienes invitamos son aquellos que forman parte de una generación creativa que ponen sus talentos para el desarrollo de proyectos de negocios de una forma distinta, pues si bien buscan la sostenibilidad económica no lo hacen poniendo en riesgo la sustentabilidad ni con una lógica de la explotación depredatoria y voraz tanto con la tierra como con las personas. Por ello, es importante que en esta Escuela podamos inspirarnos por todos aquellos proyectos de emprendimiento que buscan un impacto positivo tanto en lo económico, lo ambiental y lo social.
Por último, invitamos a todas aquellas personas jóvenes que son agentes de cambio. Es decir, que participan activamente de la creación de políticas públicas, de resistencias ecológicas y sociales o de procesos educativos, pastorales o de acompañamiento a las periferias existenciales y/o geográficas, y que por lo tanto son sensibles a las necesidades y abusos que se vienen en nuestras comunidades. Su mirada atenta a la indignación forma parte de la transformación de toda sociedad en todos los tiempos.
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P: ¿Qué es la Economía de Francisco y por qué es tan importante que los jóvenes la conozcan?
R: La Economía de Francisco es un llamado del Papa para dar un alma a la economía. Es decir, pasar de una economía que excluye, descarta y que produce muerte (EG, 53) a una economía ética, que sea fiel a su misión de “alcanzar una adecuada administración de la casa común” para el bien común (EG, 205-206). Este gran desafío el Papa lo confía a las manos, las mentes y los corazones de las y los jóvenes porque la juventud es un sector vulnerable en este esquema económico que parece ofrecer muy pocas posibilidades de futuro digno, de empleo, de políticas de retiro, de cuestiones de salud y de espacios vivibles. Por ello, la invitación del Papa Francisco es a que la juventud sea protagonista de una nueva economía, a que se involucre en «las universidades, trabajos y sindicatos, emprendimientos y movimientos, cargos públicos y privados con inteligencia, empeño y convicción para llegar al núcleo y al corazón donde se gestan y deciden los relatos y paradigmas”.
De esta manera, la Economía de Francisco también puede ser considerada una plataforma vocacional. Es decir, un llamado para que las y los jóvenes recuperemos nuestra vocación profética en su doble dimensión, la de denuncia a aquellas organizaciones y políticas que amenazan la vida de todas las personas y especies y el futuro; y en su capacidad de anunciar nuevas formas de hacer y vivir la economía.
Dentro de mi ser profesor universitario, me he dado cuenta de que la Economía de Francisco puede sacudir las conciencias y la creatividad de los jóvenes para encontrarle un sentido a sus profesiones y, en ellas, a sus vidas. Por eso creo que es muy importante que la juventud conozca la Economía de Francisco, porque puede ser fuente de esperanza en muchos sentidos.
P: ¿Quiénes organizan esta Primera Escuela de Verano?
R: La Escuela de Verano es un proyecto colaborativo organizado por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), el Centro Internacional de Investigación de Economía Social y Solidaria de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (CIIESS) y The Economy of Francesco Internacional, que ha organizado dos ediciones de Escuelas de Verano sobre grandes temas pero en inglés y en Europa. Esta vez, el movimiento internacional nos ha respaldado para que la Escuela pueda ser en español y con una perspectiva latinoamericana. Un hito muy importante para que esta iniciativa, al igual que el Evangelio tome carne y cultura en cada territorio.
Contamos también con las alianzas del Departamento de Ciencias Religiosas de la UIA, la Cátedra para el Bien Común y el Grupo Cooperativo Quali, quien nos recibirá un día completo durante la Escuela para tener un acercamiento a este proyecto de 40 años que trabaja en modelos de economía social y solidaria y en el cuidado del agua.
P: ¿Cuál es tu rol, Jesús, en esta iniciativa?
R: Soy parte del equipo organizador de esta Escuela, responsable del Programa de Economías Incluyentes, Solidarias y Sostenibles del IMDOSOC y pertenezco a la comunidad de la Economía de Francisco a nivel internacional, he asistido a la Escuela de Verano en Italia y ahora me da mucha alegría ver que este proyecto va tomando un rostro latinoamericano, pues estoy convencido que nuestras tierras, culturas y saberes pueden ofrecer mucho para el futuro de nuestra humanidad.
Para ampliar información: https://www.imdosoc.org/escuela-internacional-verano
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