Los 40 años del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc) llegan con una novedad: el simposio internacional de pensamiento social cristiano “Éxodo y compromiso social en América Latina”.
Evento que se realizará en la Universidad Pontifica de México, el 22 y 23 de junio de 2023, y que contará con la participación de dos representantes de la Santa Sede. Se trata del padre Flavio Lauria, del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL).
Además, el Imdosoc ha convocado a investigadores, docentes y especialistas de América Latina y el mundo para” reflexionar sobre los alcances y limitaciones de nuestro caminar, en vista de renovar la esperanza y continuar colaborando en la construcción de una sociedad más justa a la luz del Evangelio”. Las inscripciones siguen abiertas en su portal, donde pueden ampliar detalles.
ADN Celam conversó con Karen Castillo, directora del Imdosoc, para conocer más a fondo este simposio internacional y sus alcances en la acción eclesial del continente.
Mirada de esperanza
Tienen prevista la realización de este seminario internacional, bajo el nombre Éxodo y compromiso social en América Latina, ¿qué implicaciones tiene este título?
“Hace ya poco más de un año que comenzamos a reflexionar sobre el 40 aniversario de Imdosoc, pusimos en el centro la importancia de caminar, de tener la mirada hacia adelante y que esa mirada sea de esperanza.
Éxodo hace referencia a entendernos en salida, en camino, a movimiento, y relacionarlo con el compromiso social refiere a la necesidad de asumir una fe que en el encuentro con la realidad es capaz de hacerse cargo de ella.
Saber que así como Dios caminó con el Pueblo de Israel, camina siempre con nosotros; esta es la certeza que nos da ante lo difícil que resulta buscar, desde el Pensamiento social cristiano, respuestas a las grandes problemáticas económicas, políticas y sociales. Porque es saliendo que nuestro corazón se abre a escuchar a Dios.
Y el enfoque latinoamericano ha sido un eje muy importante para nuestro trabajo en Imdosoc, desde el deseo de sumar esfuerzos, trabajar en red y sabernos parte de la patria grande.
Por tanto, una invitación a que como pueblos e iglesia latinoamericana hagamos eco de la necesidad de salir de nuestras seguridades, ser sensibles a los signos de los tiempos, caminar desde el encuentro y confiar en que hemos sidos llamados a la vida en abundancia”.
¿Cuántos participantes tienen previsto en este evento?
“Tenemos prevista una participación de más de 200 personas entre quienes asistirán de manera presencial y quienes nos seguirán vía redes sociales. Sin embargo, deseamos que muchas más personas puedan sumarse y dejarse interpelar sobre temas tan importantes como la paz, la ecología, la educación, entre otros.
Debido precisamente a la variedad de temas y los intereses sobre los mismos, habrá quienes participen de manera parcial”.
A tono con el Papa Francisco
Estarán participando de la Santa Sede, Flavio Lauria y Emilce Cuda, ¿qué puede adelantar de estas dos presentaciones?
“El Papa Francisco, como buen pastor que es y con espíritu franciscano, constantemente nos recuerda la importancia de tener el Evangelio en el centro de nuestro caminar, por ello nos invita a analizar la realidad, dejarnos guiar por el Espíritu y por la luz de la doctrina social de la Iglesia (DSI) y especialmente nos llama a actuar.
Imdosoc nace de un grupo de laicos preocupados de que los principios de la DSI como ejes rectores de la vida de todo creyente, se reflejen en el día a día. Para ello, la guía de quienes han profundizado y son especialistas, ha sido muy importante.
Así, la presencia del padre Flavio como coordinador regional en sudamérica del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral nos ayudará a entender la importancia de la DSI en el desarrollo integral.
Por su parte, la Dra. Emilce Cuda nos ayudará a reflexionar sobre la importancia del magisterio social del Papa Francisco para la Iglesia en América Latina. Y quisiera agregar, que el Cardenal Czerny ha expresado la importancia de que el trabajo de la DSI en nuestra región esté vinculado a Roma.
Varias organizaciones eclesiales y sociales forman parte de la organización del simposio, ¿cómo ha sido el aporte de estas?
“Hacer memoria de 40 años del Instituto, es hacer memoria agradecida de la mano de quienes han sido parte, pero también es compromiso compartido de seguir caminando y de continuar promoviendo el Pensamiento social cristiano como ese gran tesoro que lejos de estar escondido, debe enriquecernos como discípulos y misioneros.
Por ello, agradecemos la apertura y confianza de universidades, redes, organizaciones y actores eclesiales quienes han aceptado el reto de comprometernos con temas de gran relevancia en nuestro país y en América Latina como la educación, la economía y la paz”.
Regreso al corazón
¿Se tendrá algún repositorio de las ponencias como se podrá acceder a las mismas?
Sí, daremos seguimiento para poder elaborar las memorias del simposio y poderlas compartir de forma digital.
Sin embargo, también hemos preparado un libro que incluye reflexiones importantes con un numeroso grupo de especialistas, donde analizamos la relación entre los principios de la DSI, el magisterio social del Papa Francisco y la agenda 2030 (ODS).
Como parte de las actividades del simposio tendremos la presentación de este libro que hemos titulado Regreso al corazón. Agenda 2030, pensamiento social cristiano y magisterio del Papa Francisco”.
Sumado a los problemas sociales actuales, también tenemos en el horizonte la inteligencia artificial y la bioética (manipulación de genética para crear generaciones de superhumanos), de cara a estos escenarios y sus secuelas, ¿cómo se preparan desde el pensamiento social cristiano estas cuestiones?
“Una de las mayores riquezas del Pensamiento social cristiano es precisamente la capacidad de análisis de la actual cuestión social. Me parece que la interdisciplinariedad, además de ser un elemento fundamental en estas reflexiones, debe ser una herramienta para abordar la situación poniendo sobre la mesa sus diversas aristas.
Desde este supuesto, es un imperativo ético asumir los retos que la ciencia y la tecnología suponen a la Iglesia y a la sociedad; contanto con los principios de la DSI como valores universales que nos hacen posible el diálogo entre fe y ciencia, entre disciplinas, entre culturas y entre religiones”.
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