Desde la linda ciudad Puente del Mundo, Panamá, se desarrolló del 11 al 13 de febrero la Asamblea Ordinaria del Observatorio Socio Pastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y el Caribe (OSMECA), que buscó dar una mirada al actual y preocupante fenómeno migratorio de la región con miras a plantear acciones a seguir.
La reunión congregó a obispos y secretarios ejecutivos de las Pastorales de Movilidad Humana de México, Centroamérica y el Caribe. Desde ADN Celam abordamos a varias de las autoridades presentes quienes compartieron algunas de sus impresiones sobre los acuerdos logrados en este espacio.
Formación, incidencia y sinodalidad: pilares de la estrategia regional
El presidente de OSMECA, monseñor Daniel Blanco, hizo notar que luego de un análisis de la realidad migratoria en la región y con miras a ejecutar una planificación del trabajo para los próximos meses, se evidenciaron tres ejes fundamentales a ejecutar: la formación de agentes pastorales, la incidencia tanto dentro como fuera de la Iglesia y la sinodalidad.
“Hemos pensado que es muy necesario que haya una formación de los agentes de pastoral, que esta formación vaya encaminada también a cuidar aquellos que cuidan porque el trabajo de acompañamiento a las personas en movilidad humana ha sido desgastante», subrayó.
- Conferencia Episcopal Panamá
El también obispo auxiliar de San José, Costa Rica, destacó que es imperativo hacer incidencia sobre la realidad migratoria dentro de la Iglesia, pues observó que en ocasiones dentro de la misma institución hay resistencia frente al trabajo que se plantea de la movilidad humana. También, hizo ver la urgencia de incidir dentro de los gobiernos para que las políticas de los países sean más flexibles al trato de los migrantes.
“Todo migrante debe ser tratado como una persona humana, con dignidad, no es un delincuente, migrar no es un crimen y por tanto no se tendría que tratar como criminal y eso es importante también que los estados lo escuchen”, asintió.
Por último, el prelado destacó la importancia de realizar un trabajo articulado en red, donde se vinculen instituciones afines a este trabajo, por lo que resaltó la importancia de seguir de la mano con instituciones como el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) y la Red CLAMOR para lograr una respuesta más efectiva y coordinada.
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Acciones pastorales ante las políticas migratorias restrictivas
Por su parte, monseñor Eugenio Lira Rugarcía, responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana en México, expresó su preocupación frente a las políticas migratorias de Estados Unidos, las cuales impactan a millones de personas en la región.
Frente a este desafío, el obispo de Matamoros asintió en señalar que urge fortalecer la unidad entre los agentes pastorales, mejorando la comunicación y garantizando información veraz para la toma de decisiones.
Adicional a esto, recalcó la importancia de colaborar con los gobiernos, organizaciones religiosas, organismos internacionales y la sociedad civil para ofrecer un mejor acompañamiento a los migrantes. «La atención pastoral debe involucrar a toda la Iglesia, desde las diócesis hasta los movimientos laicales y universidades católicas», expuso.
Finalmente, señaló la urgencia de seguir incidiendo en los diferentes escenarios para crear una cultura de respeto a la vida, a la dignidad y a los derechos que tiene toda persona, cualquiera que sea su etapa o circunstancia por la que esté atravesando.
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La situación de Panamá y el rol del Observatorio
La hermana Ligia Ruiz, misionera Scalabriniana y parte del equipo de movilidad humana de la Conferencia Episcopal de Panamá, destacó la importancia de este espacio de reflexión entre los pares. Indicó que el encuentro tuvo como propósito aunar esfuerzos entre las instituciones presentes, aprender de las experiencias y fortalecer el trabajo pastoral en su país.
Adicional, dijo que parte de la reflexión fue la Carta Pastoral Regional «Lo vio, se acercó y lo cuidó», mensaje ofrecido en noviembre por obispos de Canadá, Estados Unidos, México, Centroamérica y el Caribe. «Estamos valorando la carta pastoral de los obispos y buscando estrategias para ponerla en práctica y divulgarla en otras conferencias episcopales», indicó.
A continuación, la religiosa enfatizó que, si bien Panamá es un país de tránsito, también enfrenta desafíos migratorios internos, lo que exige un trabajo coordinado entre diversas pastorales.
Concluyó, destacando el importante papel del Observatorio de Pastoral de Movilidad Humana, que tiene sede jurídica en Costa Rica y en el que Panamá participa activamente con dos miembros. «Nuestro compromiso es actuar con responsabilidad y coordinación para dar respuestas efectivas a la problemática migratoria», puntualizó .
Con este encuentro del OSMECA y luego de una intensa reflexión sobre el fenómeno migratorio, los miembros de este organismo dejaron claro la importancia y trascendencia de la pastoral de la movilidad humana en la región. Desafíos que identificaron a través de la formación, la incidencia y el trabajo en red .
Con la colaboración: Conferencia Episcopal de Panamá
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