Venida del corazón de Colombia y peregrina del continente, Gloria Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR) y madre sinodal, en rueda de prensa este martes, 10 de octubre, ha rescatado el espíritu del aula sinodal: Retomar el genuino seguimiento a Jesús y beber de la fuente primigenia de la Iglesia, los Evangelios.
En este Sínodo, el protagonista “está siendo el Espíritu, que en el centro está la persona de Jesús y el deseo que todos tenemos de que se hagan explícitos los valores del Evangelio”, porque “hay un deseo de realmente poder vivir al modo de Jesús, que humaniza, levanta, incluye, posibilita que el otro sea en la totalidad de su dignidad”.
Ha dejado muy claro que no existen agendas ocultas, puesto que “el itinerario y la bitácora del Sínodo está muy clara en el instrumentum laboris”, por ende, el contenido de “todos los diálogos, de todos los encuentros sinodales” se encuentran en este documento “con claridad ofrecido a todo el pueblo de Dios”.
Compromisos concretos
Ese seguimiento a Jesús debe traducirse en compromisos. Así ha puesto en perspectiva la religiosa de la Compañía de María, quien aseguró que los padres y madres sinodales “hemos sentido el llamado ser presencia profética presencia que se compromete y hemos sentido el llamado también a unir fuerzas a crear redes a fortalecer las redes que tenemos”.
También ha resonado “esa llamada a escuchar el grito de los pobres y de la madre tierra (y sus culturas)”, reflejados en los rostros de la migración y la trata de personas, quienes “están siendo más excluidos hoy”. Un ejemplo palpable es el trabajo en red entre organizaciones confesionales, inclusive no creyentes, que “unidos vamos respondiendo a este fenómeno de la trata de personas”.
Entonces el llamado “es a seguir acrecentando ese trabajo en red que posibilita la denuncia, la identificación de todas esas redes y esos tejidos, esas marañas de corrupción que son las que sustentan este flagelo”.
Este seguimiento a Jesús debe traducirse en acciones por el bien común, por ello, la hermana Liliana agradeció a “tantos hombres y mujeres que en las distintas orillas del mundo caminan en condición de misioneros ayudando a que tantas personas a vivir con dignidad”.
Evangelio para todos
Sobre el tema de la liturgia, aspecto sobre que se abordará en venideros días de acuerdo con Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación, la hermana Liliana ha señalado que se trata de “un tema en torno al cual la Iglesia viene construyendo desde hace mucho tiempo”.
Incluso “el sínodo pasado abordó precisamente la posibilidad también de preguntarnos cómo hacer que los lenguajes, cómo hacer que las éticas y las estéticas de nuestra Iglesia, cómo hacer que nuestros modos litúrgicos, puedan llegar a todos y puedan tener ese carácter de significatividad que se necesita”.
Al respecto, apuntó que en el Instrumentum laboris como en lo recogido en las etapas diocesanas y continentales nutrirán esa reflexión para definir lo que “nos interpela y que se nos exige, poder aprender y reaprender también esos modos que hagan más accesible el mensaje de Jesús sobre todo a los jóvenes”.
Novedades del aula sinodal
La hermana Lily rescató el valor del método aplicado en el aula sinodal, un método de mesas redondas, que “está haciendo muy significativa la experiencia desde la conversación en el Espíritu, en las que nos reconocemos, en esa común dignidad de bautizados que todos nos tenemos, en un ambiente de respeto, de comunión, de valoración mutua”.
“Es la experiencia de encontrarnos con distintas lenguas, con otras sensibilidades, con modos diferentes de entender las distintas temáticas que vamos abordando. Es la experiencia de la construcción colectiva, de sentir que todos tenemos algo para para decir, pero sobre todo venimos habitados por los territorios de los que llegamos”, añadió.
Además resaltó una novedad: “Todos los temas podemos enviarlos a la Secretaría del sínodo como aportaciones personales, ya no frente a uno solo como hacíamos en sínodos anteriores, sino que ahora es posible enviar aportaciones de todos los temas que se quiera”.
Voz profética
En cuanto a diversas realidades de la Iglesias y frente a la exclusión, la presidenta de la CLAR apuntó que donde hayan xenofobias, nacionalismos excluyentes, líderes que construyen fronteras donde no las hay, en un mundo fragmentado, “nuestra opción como Iglesia será la fraternidad”.
La propia sinodalidad “nos anima a entender que todos somos hermanos, pues hay lugar para todos, de manera especial, con los más pobres” por quienes “vienen en caravana por un futuro mejor o por quienes no alcanzamos a acompañar”.
Los padres y madres sinodales han reflexionado sobre esas realidades de exclusión tanto territoriales como existenciales: “Ante ellos sentíamos la responsabilidad de seguir uniendo fuerzas para hacer posible la acogida, la hospitalidad, el alimento, la educación, las condiciones que generen vida digna para ellos”.
En ese aspecto, “como Iglesia debemos ser defensores de los derechos humanos y ser esa voz profética que genere el necesario cuestionamiento, que nos haga más conscientes a todos de esa necesidad de trabajar por un mundo mejor”.
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