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Hermana Arelis Gaviria: el papel de la mujer en la Iglesia y su camino hacia un liderazgo más inclusivo y participativo - ADN Celam

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Hermana Arelis Gaviria: el papel de la mujer en la Iglesia y su camino hacia un liderazgo más inclusivo y participativo

Foto: Conferencia Episcopal

Naciones Unidas ha establecido celebrar cada 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, una fecha para recordarle al mundo la importancia del camino que las mujeres han ido haciendo para estar más presentes en la sociedad y demostrando su crecimiento pleno. Es una efeméride que permite analizar el destacado papel de la mujer en sectores de la sociedad, entre ellos en el ámbito de la Iglesia.

Sobre este aspecto, la Hermana Arelis Gaviria Montoya, directora del Departamento de Estado Laical y Juventud de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), quien fuera nombrada por los Obispos como la primera religiosa en ocupar este cargo en la Institución, dialogó con ADN Celam para compartir su experiencia en este caminar, los desafíos que ha tenido que enfrentar y la importancia de la participación de la mujer dentro del ámbito eclesial.

Un llamado del Papa Francisco

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha valorado mucho el papel de la mujer y le ha dado mayor visibilidad. En este sentido, la religiosa ha destacado que este llamado de la apertura a la participación femenina en diversos ámbitos eclesiales obedece a los signos de los tiempos.

“El papa Francisco siempre lo ha dicho que se debe reconocer los aportes de las mujeres y promover su participación en la sociedad y eso es lo que siento ha ido sucediendo en el ámbito eclesial”, indica, agregando que su labor es muestra del camino que se está abriendo de una Iglesia más inclusiva y sinodal.

Desafíos en la misión eclesial

A continuación, menciona que la presencia femenina en espacios de Iglesia y con liderazgo son cada vez mayores, destaca el caso de las mujeres laicas y religiosas que ocupan cargos de alto nivel en el Vaticano, entre otras. Al respecto, significa que, si bien hay avances, aún existen importantes retos por superar para que esta presencia sea más significativa.

En este contexto, la hermana Arelis resalta tres desafíos que considera tendrían que darse prioridad: fortalecer el trabajo en equipo entre obispos, sacerdotes, laicos y vida consagrada; motivar a más mujeres para que se integren activamente en el ámbito eclesial; y promover un liderazgo eficiente que ofrezca resultados reales.

Una visión desde la ternura y la maternidad espiritual

En su misión al frente del Departamento de Estado Laical y Juventud, la religiosa ha impulsado una mirada desde el ser y el estar. «Mi visión ha sido la de estar presente sin juzgar, acompañar los procesos de cada persona o grupo a partir de la formación, la evangelización y la proyección», expone. Su empatía y entrega por lo que realiza, evidencian la importancia de una Iglesia que acoge, integra y forma con amor maternal.

Por otra parte, es enfática en señalar que la participación de la mujer en la sociedad o dentro de la Iglesia no debe basarse en la imposición, sino en el testimonio de servicio a los demás. “No se trata de imponer a la fuerza algo, sino empezar por caminar juntos, reconociendo al otro como un hermano. Debemos trabajar de la mano por una Iglesia que tiene como misión anunciar a Jesús”.

Formación y acompañamiento juvenil

Destaca además que la mujer ha visto la necesidad de irse formando en diferentes especialidades, de manera particular en temas eclesiales, logrando con ello abrirse campo y ocupar importantes cargos directivos dentro de la Iglesia, en campos como la liturgia, la educación, encargos pastorales. “Desde nuestro ingenio femenino debemos continuar pidiendo el respeto, la dignidad y valoración del trabajo, pero repito, no imponiendo, sino sirviendo con amor”, observa.

Algo que la hermana Arelis, considera primordial para asegurar la participación de la mujer en la Iglesia es la formación. Resalta el trabajo que se adelanta a través de las Escuelas de Nivel de Asesores de Pastoral Juvenil, una iniciativa que prepara tanto a hombres como a mujeres en la misión evangelizadora. «Queremos formar líderes con un compromiso auténtico, con un amor ardiente por el Evangelio», comenta.

Finalmente, la Hermana Arelis invita a todas las mujeres a mirar a la Virgen María como modelo de fe y entrega. «Ella nos enseña a obedecer, a orar, a esperar, a amar y a acompañar», señala.

 

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