La Iglesia colombiana sigue trabajando en el desarrollo de espacios pedagógicos para la prevención, detección y atención de abusos y violencias contra niños y personas vulnerables, orientadas por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
En esta ocasión más de 250 personas entre obispos, sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos que conforman la arquidiócesis de Ibagué y las diócesis de El Espinal, Líbano-Honda, Neiva y Garzón, acudieron a este importante llamado, liderado por sus propios obispos y que se realiza en el marco de la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’, liderado por la Iglesia católica.
La Casa de Retiros Casa Blanca de la ciudad de Ibagué (Tolima) fue la sede elegida para el desarrollo de estos espacios pedagógicos, que se hacen posible gracias al auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y a la articulación entre la Conferencia Episcopal de Colombia y las jurisdicciones eclesiásticas del país.
Protección del cuidado desde el ámbito civil y canónico
La doctora Diana Marcela Suárez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC y coordinadora de la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, explicó que se utilizó una metodología de conferencias, talleres prácticos y espacios de trabajo grupales, dinámica que permitieron realizar un análisis de factores de riesgo, promoción de factores de protección, el reconocimiento de la problemática de la violencia sexual y el cómo poder abordar ese tipo de situaciones, no solamente en el ámbito civil, sino también en el ámbito canónico.
“Fue un ejercicio que también nos permitió reconocer la realidad de la población de cada uno de esos territorios y pensarnos un poco hacia dónde debemos caminar en materia de prevención y de promoción de una cultura del cuidado”, expuso la especialista.
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Algunos testimonios
Myriam Maryory Saavedra Vanegas, coordinadora psicosocial de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Ibagué, quien participó en todas las jornadas, resaltó la importancia de estos espacios y se refirió al tema de la protección de menores señalando que “si bien es cierto es una queja, es un sufrimiento que viene dándose en la Iglesia desde hace muchos años y para nosotros como laicos es una medida de mucha esperanza, que nos puedan incluir en esos procesos para garantizar la protección de esas personas que pueden ser vulneradas de sus derechos”.
La hermana Doris Pulgarín, de la Congregación de las Hijas de las Misericordias, quien apoya a la Diócesis de Líbano-Honda y está vinculada a un colegio, frente a la aplicación específica de estas orientaciones en diversos ambientes eclesiales, la religiosa dijo que en el ámbito educativo se tiene que prestar aún mayor atención “tenemos que saber diligenciar y operar bien las rutas para evitar también muchas complicaciones a nivel pastoral educativa (…) Hacernos conciencia a todos y generar esa inquietud de seguirnos formando permanentemente sobre la cultura del cuidado, que se haga para nosotros cultura”.
Según informaron sus organizadores, por la diócesis de Neiva asistieron 70 personas, entre ellos, los 36 seminaristas del Seminario Mayor San Sebastián a quienes monseñor Marco Antonio Merchán, obispo de esta jurisdicción eclesiástica, destacó la participación de los seminaristas considerando que estos jóvenes deben ser formados para que sean el día de mañana los mejores sacerdotes.
“Queda lo que podemos hacer de ahora en adelante, esa formación de los futuros sacerdotes. Tenemos que apostarle con responsabilidad, con todos los elementos que podamos brindarles para que verdaderamente puedan ser testigos de Jesucristo, con todo lo que esto implica, de vida recta, de santidad, de responsabilidad, de predicación, de testimonio y coherencia”.
Los abusos son un problema de conversión
Luego que se resaltaran también los momentos de espiritualidad vividos: eucaristías y jornadas de contemplación orientados desde la cultura del cuidado, la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, se refirió al tema asintiendo en decir que, el magisterio pontificio a insistido en que el tema de las violencias, de abusos en los entornos eclesiales, es también un problema de conversión.
“La conversión nos tiene que llevar a reconocernos como hijos de Dios y asumir las responsabilidades que nos corresponden. Entonces, una centralidad de la Eucaristía, en la reflexión y en la oración, pidiendo por las víctimas, pero también solicitando la misericordia de Dios respecto de los agresores. Creo que estos espacios de oración indudablemente nos plantean que, como Iglesia, tenemos que buscar una respuesta armónica. No somos una simple ONG. El trabajo de la Iglesia no se reduce a presentar protocolos, manuales, procesos de formación y capacitación, sino partir de la conversión y necesariamente esto implica la oración”, expuso.
Este encuentro concluyó con un espacio, donde los miembros de los equipos diocesanos de la cultura del cuidado expusieron inquietudes frente a sus funciones y procedimientos en lo que respecta a la prevención y protocolos, a esto, el equipo del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, dieron respuesta a algunas de los interrogantes. Además, se generaron varios planes de trabajo y compromisos de coordinación para construir un sistema cada vez más sólido, con desarrollo y proyección regional por la cultura del cuidado.
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