ADN Celam

Santo Domingo, capital de la República Dominicana, continúa siendo sede por estos días del Encuentro Regional de los países del Caribe, evento organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM). El tercero de cuatro encuentros regionales, que busca fortalecer la cooperación con las Conferencias Episcopales del continente. Los 31 participantes están analizando el caminar misionero y pastoral de la Iglesia en la zona.

En este escenario, que se extenderá hasta este viernes 21 de marzo, la Iglesia cubana se hizo presente con una delegación. El padre Ariel Suárez Jáuregui, sacerdote diocesano de La Habana y secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Cuba, habló con ADN Celam sobre la labor de la Iglesia isleña en un contexto de crisis económica, migración masiva y dificultades sociales.

Migración y desintegración familiar: La respuesta de la Iglesia

Los movimientos migratorios siguen dejando profundas heridas en la sociedad cubana, afectando con ello de manera directa a los adultos mayores y a los niños que van quedándose en la Isla tras la partida de sus familiares. A este respecto, el padre Ariel asegura que, si bien la Conferencia Episcopal no tiene una estrategia directa, a nivel local a través de las jurisdicciones eclesiásticas si se implementan acciones concretas de ayuda.

«Hay muchas experiencias significativas, como talleres y comedores para adultos mayores, guarderías parroquiales para los niños cuyos padres han emigrado, así como espacios de consuelo y acogida para familias que han quedado fracturadas», explica. Además, resalta que la Iglesia ha logrado gestionar la llegada de alimentos y medicinas a través de sus propios canales, priorizando la ayuda a quienes se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad.

La Iglesia y su labor ante los desastres naturales

Países como Cuba y otras naciones caribeñas, siguen sufriendo el impacto de huracanes y fenómenos naturales, logrando con ello que la pobreza se vea más marcada en sus habitantes. Frente a esto, el sacerdote resalta el papel de instituciones como Cáritas y la red de solidaridad quienes están de manera permanente atentas para apoyar estas emergencias ambientales.

«Las diócesis afectadas movilizan de inmediato a las Cáritas locales y las parroquias para recolectar alimentos, ropa, productos de higiene y otros artículos esenciales», señala. Además, menciona que las experiencias anteriores han permitido establecer canales reconocidos por las autoridades cubanas, facilitando incluso la recepción de ayuda internacional. “Realmente la sensibilidad de la gente es admirable. Comparte la Iglesia y comparte el pueblo, incluso desde la pobreza, no desde lo superfluo, ni de lo que les sobra”, resalta.

Crisis económica: El reto diario de los cubanos

El directivo, indica que el momento actual de la economía en la isla es crítico, con problemas graves como el acceso a una canasta familiar básica, a medicamentos, a la remodelación de las viviendas. En este sentido, la Iglesia cubana se esfuerza por acompañar a la población, no solo desde la fe, sino además con iniciativas concretas que ayuden a solventar de alguna manera estas necesidades.

«Además de los comedores parroquiales y guarderías, hemos desarrollado centros de formación para jóvenes y adultos, donde pueden adquirir herramientas básicas para emprender pequeños negocios y así mejorar su calidad de vida y las de sus familias», asevera.

El papel de la Iglesia ante el Estado

Por otra parte, el sacerdote Jáuregui se refiere a la relación con el gobierno cubano. Sobre este tema, aclara que la Iglesia en Cuba es una voz entre otras voces y no busca imponer soluciones, sino invitar al diálogo y la cooperación.

«La Iglesia no le dice al Estado lo que tiene que hacer, pero sí hace un llamado a que todas las voces sean escuchadas en la búsqueda de soluciones», sostiene. Desde su misión evangelizadora, enfatiza que el compromiso de la Iglesia es con el pueblo, promoviendo siempre la solidaridad y el bien común.

Un Caribe unido ante los desafíos comunes

Por último, se refirió a la participación de la delegación cubana durante el Encuentro Regional del Caribe, destacando la importancia del intercambio de experiencias con otras Iglesias de la zona. Según el sacerdote Ariel, hay una gran coincidencia en temas que preocupan a la región, tales como la migración, la pobreza, la violencia y el impacto del cambio climático.

«La sintonía es evidente, pero también la esperanza. Hemos visto cómo cada Iglesia responde a estos desafíos desde su propia realidad y eso nos anima a seguir adelante», expresa. Lamentó que los hermanos de Haití no se hubieran podio hacer presentes en este espacio, por lo que aprovechó para enviar un mensaje de solidaridad a todo el pueblo haitiano, profesando el cariño y las oraciones de toda la comunidad cubana por un futuro sin violencia y próspero para esta nación.

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