La Iglesia Católica en Ecuador lanza la campaña Cáritas Múnera 2025 con el lema: “Todos somos hermanos, yo creo en el amor que se comparte”, esta iniciativa tiene el fin de fortalecer la fraternidad y recaudar fondos para las obras de caridad que se desarrollan en todo el país.
La campaña, que se extiende del 5 de marzo al 13 de abril de 2025, es un llamado a vivir la solidaridad en la Cuaresma y a comprometerse con el cuidado de la Casa Común.
Durante la conferencia de prensa, realizada este 11 de marzo, el Cardenal Luis Gerardo Cabrera Herrera, Arzobispo de Guayaquil, recordó que la caridad es la dimensión esencial de la Iglesia, hizo hincapié en el mensaje de Jesús: “Lo único que nos preguntará el Señor es si hemos amado o no”. Recordó que el amor debe ser concreto y traducirse en acciones solidarias hacia los más pequeños y excluidos de la sociedad: niños en situación de vulnerabilidad, jóvenes con adicciones, enfermos, ancianos y personas privadas de libertad.
Iglesia que camina unida en solidaridad
Monseñor Antonio Crameri, presidente de la Comisión de Cáritas Ecuador, explicó que la campaña Múnera es un proceso de sensibilización y acción que involucra a parroquias, colegios, empresas y personas de buena voluntad.
La inspiración del lema proviene del llamado del Papa Francisco a construir una Iglesia sinodal que camine junta y priorice la fraternidad como un medio para sanar el mundo.
El prelado resaltó una anécdota de la filosofía Ubuntu, donde un grupo de niños africanos demostró que la felicidad es compartida: “Mi felicidad depende de la felicidad de mis compañeros”. Esta enseñanza refleja el espíritu de la campaña, que busca transformar los infiernos existenciales en pequeños pedazos de paraíso, como decía San José Benito Cottolengo.
Destino de los fondos recaudados
La campaña está orientada a atender a sectores prioritarios: Niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad; generación de medios de vida para familias en pobreza extrema; cuidado de la Casa Común y promoción de la ecología integral; apoyo a mujeres víctimas de violencia; asistencia a adultos mayores y personas con discapacidad; y programas de rehabilitación y apoyo a personas privadas de libertad.
En 2024, Cáritas Ecuador logró favorecer la vida de más de 80,000 personas con una inversión de $2.444.845,04 en proyectos sociales enfocados en Ecología Integral, Economía Social y Solidaria, Movilidad Humana y Gestión de Riesgos. El 50% de los fondos recaudados se destina a la sede nacional de Cáritas Ecuador para proyectos a nivel nacional, mientras que el otro 50% se invierte en cada jurisdicción eclesiástica en función de sus necesidades específicas.
El diácono Óscar Parada, responsable de la Caridad San Jacinto de Yaguachi, explicó que la campaña Múnera ofrece diversas maneras de contribuir: Entrega de donativos en sobres distribuidos en parroquias y colegios; transferencias electrónicas a través de la página web www.caritas.org; apoyo directo a los proyectos sociales gestionados por Cáritas en cada diócesis.
El voluntariado, caricia de Dios
Silvia Marcatona, representante de los voluntarios de Cáritas parroquiales, compartió testimonios sobre el acompañamiento solidario en comunidades locales. resaltó el trabajo del comedor comunitario de la parroquia San Juan Bautista y Santa Madre Teresa de Calcuta en Milagro, donde se atiende a 60 niños con alimentación y apoyo escolar.
Marcatona dijo que la acción voluntaria no solo consiste en proveer bienes materiales, sino en ofrecer compañía y escucha a los más necesitados: “Nuestro tiempo es lo más valioso que podemos dar”.
En la sesión de preguntas y respuestas, el diácono Óscar Parada explicó que en 2024 la campaña recaudó cerca de $400,000 a nivel nacional. Sin embargo, advirtió que la crisis económica global ha reducido la cooperación internacional, lo que hace necesaria la contribución de los ecuatorianos para sostener las obras sociales.
Hacer del amor un servicio
Monseñor Crameri recordó que “todo es cuestión de amor. Donde no hay amor, tampoco hay vida. Donde no hay amor, hay muerte”. La campaña Múnera 2025 es una invitación a hacer del amor un servicio concreto, como lo enseñó Jesús al lavar los pies de sus discípulos en la Última Cena y al proclamar: “No he venido para ser servido, sino para servir y dar la vida”.
En este tiempo de Cuaresma, llamó a la renuncia y a la entrega, a transformar pequeños sacrificios cotidianos en gestos de solidaridad, porque la verdadera caridad no es dar lo que nos sobra, sino ofrecer aquello que nos cuesta.
Citando a Santa Teresa de Calcuta dijo: “la caridad tiene que doler”. Por eso, sumémonos a este camino de fraternidad, recordando que el mejor servicio es el amor hecho don, y que, a través del voluntariado y la ayuda generosa, se puede ser presencia de esperanza.
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