En un ambiente de profunda devoción y fe, este 24 de septiembre, en la festividad de la Virgen de La Merced, se celebró la Jornada de oración por el pueblo de Nicaragua, convocado por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) y la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR), con el fin de pedir por la Iglesia y el pueblo nicaragüense, quienes sufren la persecución del régimen en este país.
Durante este momento de oración, dirigido por el padre Pedro Brassesco, secretario general adjunto del Celam y la hermana Daniela Cannavina, secretaria general de la CLAR, cientos de personas de los diferentes continentes del mundo se fueron uniendo a través de las redes sociales para rezar por esta intención.
Difícil situación política y social
El directivo inició expresando su cercanía y afecto con quienes sufren este tipo de situaciones de persecución. Luego dio lectura a la carta de San Pablo a los Corintios que habla sobre los atribulados, dijo que esta palabra se cumple hoy en la realidad histórica de la Iglesia y del pueblo de Nicaragua “que desde hace más de 6 años trasiega los caminos de la intemperie y de la incertidumbre, experimentando con ello esta experiencia Pascual de Jesús que ha de pasar por la Cruz”
Recordó como desde el 2018 estalló la crisis sociopolítica en este país, dejando como consecuencia una persecución contra la Iglesia quien en diferentes oportunidades denunció la violación de los derechos de los ciudadanos. Esto, aseguró, ha llevado a que se realicen detenciones y expulsiones a sacerdotes, obispos, religiosos(as) y hasta el despojo de la propia nacionalidad a muchos de ellos.
“En este momento queremos presentarle al Señor la situación, las dificultades, los dolores, las angustias, los sufrimientos, pero también las esperanzas del pueblo nicaragüense, por eso hoy ponemos en manos del Señor este momento de oración. Sabemos que el Señor se acerca, toca las heridas y las sana, así también nosotros queremos tocar esas heridas, tocar esos dolores a través de nuestra presencia cercana a ustedes y decirles que no están solos, que caminamos juntos”, anotó.
Esperanza, profetismo y solidaridad
Así también, la hermana Daniela Cannavina, expresó que como representantes de la vida consagrada se hacen presentes con el pueblo nicaragüense para “que puedan experimentar la fortaleza, el consuelo y la esperanza que viene del Señor” y así puedan encontrar los caminos de justicia, libertad y reparación que tanto necesita este país.
Además, resaltó las tres palabras que marcaron la convocatoria de esta jornada: Esperanza, profetismo y solidaridad de las cuales observó, no pueden faltar en ninguna persona que profese la fe. En este sentido, recordó las palabras del Papa Francisco cuando dijo que es muy doloroso recordar a tantos cristianos que sufren persecución en varias partes del mundo, a lo que -agregó- “esto nos invita especialmente a esperar y a rezar para que la tribulación se detenga cuanto antes, por lo que invitó a quienes sufren la persecución a no desanimarse”.
En otro momento, se dio paso al hermano Tarsicio Gaitán, un religioso Pasionista colombiano, docente de Sagrada Escritura en la universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y miembro del equipo de teólogos y de la comisión de familias carismáticas, quien ofreció una iluminación sobre la misión del profeta hoy.
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No perder la esperanza, estar alegres
Por su parte, la hermana Liliana Franco, presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos (CLAR), al referirse a la reflexión ofrecida por el hermano Tarsicio, asintió en decir que “de los profetas de ayer y de hoy estamos profundamente unidos al pueblo y a la Iglesia que peregrina en Nicaragua a tantos profetas y profetisas y desde estas distintas orillas del mundo en las que estamos presentes queremos decirles: no podrán quitarte la tierra, te pertenece; no se apoderarán de tu libertad, la ofreces por amor a tu pueblo; no lograrán a callar tu voz, hay ecos de ella por todas partes; no podrán aprisionar tu pasión por Jesús, ella te define y te sostiene”.
La religiosa, dijo que unidos a la “Purísima” nombre cariñoso que recibe la virgen María patrona Nicaragua y que hace referencia a la celebración de la Inmaculada Concepción, toda Latinoamérica estará unida orando permanentemente por el pueblo nicaragüense, con la certeza de que todos son hermanos y quieren seguir caminando solidariamente. “Nada podrá separarnos del amor de Cristo y eso ustedes hermanos y hermanas nicaragüenses lo saben muy bien, ella está en medio de ustedes sosteniendo su esperanza y sosteniendo también las razones que hay para mantenerse en estado de alegría, cuentan con nosotros”.
Ser instrumentos de paz
Finalmente, monseñor Lizardo Estrada, secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), fue el encargado de hacer el cierre de esta jornada, quien dijo que, en la festividad de Nuestra Señora de la Merced, todos sus hijos e hijas debemos profesar y practicar esta virtud para asemejarnos a Jesús misericordioso.
Recordó a la Merced como signo de la presencia de Dios, de los encarcelados, de los excluidos de la sociedad, de los últimos, de los pobres, de los migrantes y perseguidos, pero también observó, que ella nos llama a un cambio de vida diferente y de conversión.
“Pedimos a nuestra madre de La Merced su intercesión para que su Hijo Jesucristo nos dé su bendición y nos enseñe a valorar nuestra fe cristiana, haciéndonos capaces de amar con caridad mercedaria y convirtiéndonos en portadores e instrumentos de paz”, concluyó.
La jornada de oración por Nicaragua, donde participaron países como: Guatemala, Nicaragua, Perú, Uruguay, Salvador, Bolivia, República Dominicana, Costa Rica, Chile, Panamá, Estados Unidos, Honduras, Brasil, México, Ecuador, Colombia, Italia, entre otros, fue una oportunidad para meditar a la luz de la palabra, la reflexión, la oración, el silencio y el canto.
Este último, animado por la música de cantautores católicos, como fue la presentación del tema musical de Fabiola Torrero, Stj, «Somos tu gente»; y la cantautora Nicaragüense Norma Elena Gadea, “Tu gloria, toda hermosa eres María”, para concluir con el canto del Credo nicaragüense, del autor Carlos Mejía Gody e interpretado esa noche por Elvy Mozart, secretario ejecutivo de la Red Clamor.
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