Asunción, la capital del Paraguay, acoge de 14 a 16 de marzo de 2023 el II Congreso latinoamericano sobre la prevención del abuso “Atender, Informar y Comunicar: Claves por una gestión eficaz en los casos de abuso sexual”, organizado por la Conferencia Episcopal del Paraguay, la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores y el Centro de Protección de Menores, CEPROME.
Mensaje del Papa Francisco
Un congreso al que el Papa Francisco enviaba un mensaje en el que hacía ver a los participantes que “su trabajo a favor de la protección de los más vulnerables es urgente y esencial”. Citando la Praedicate Evangelium, el Santo Padre recordó su petición a la Curia Romana para que “prestara un servicio cada vez mayor a las Iglesias locales. El trabajo de establecer procedimientos claros para la protección de las personas vulnerables en la Iglesia debe convertirse en una prioridad en cada Iglesia local”, haciendo ver su petición de que se “supervise la aplicación adecuada de Vos estis Lux Mundi, para que las personas víctimas de abusos tengan vías claras y accesibles para buscar justicia”.
El Papa insistió en que “¡No se debe permitir que las crueles desigualdades que afectan a nuestras sociedades afecten a nuestra Iglesia!”, pues considera una herida indeleble en el cuerpo de Cristo, la Iglesia, “el abuso sexual por parte del clero y su encubrimiento por parte de obispos y superiores religiosos”. Insistiendo en que los abusos son “un peligro claro y presente para el bienestar del pueblo de Dios y su mal manejo continuará degradando el Evangelio del Señor a los ojos de todos”, animando a seguir con este tipo de eventos.
Necesaria respuesta institucional a las víctimas
En el encuentro ha estado presente el cardenal Sean O’ Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores en que abordó “la respuesta institucional de la Iglesia a las víctimas de abuso”. En sus palabras insistió en que “la lucha contra los abusos en la Iglesia representa, hasta este momento, un progresivo esfuerzo de casi cuarenta años”, afirmando que “no se puede entender la elección y el liderazgo de los actuales Papas sin la consideración de esta crisis que debe ser una de las principales prioridades de su agenda”. Desde ahí señaló que “no se pueden comprender las decisivas acciones realizadas por Francisco, si no se conoce el camino iniciado por sus predecesores”.
Reconociendo que “dentro de la Iglesia hay víctimas y agresores; encubridores y descubridores; traumas y curaciones”, resaltó que “en la Iglesia hay signos de profundo pecado, crimen y culpa, de enfermedades que amenazan la vida y de evidente fracaso humano e institucional y, al mismo tiempo, hay personas que reconocen la culpa y que trabajan por cambios fundamentales”. Por eso, según el purpurado, “la prevención en la Iglesia de América Latina es más que la implementación de un código de conducta, de un protocolo de prevención o de una ruta de acción que fije su atención en las conductas sexuales”, llamando a ser asumida desde el cuidado.
“Un camino doloroso de conversión por el que debemos atravesar”, en palabras del Cardenal O´Malley, que cuestiona “si nuestro modo de ser Iglesia resulta efectivamente eclesial, colegial y, por supuesto, sinodal”. Un problema global y con múltiples dimensiones, enfrentado por los últimos Papas, que no han escatimado esfuerzos para proteger a las víctimas por encima del escándalo de la Iglesia, relatando algunos de los pasos dados por el actual pontífice, que “ha demostrado su voluntad de luchar contra esta lepra, abriendo procesos más humanos, justos y luchando contra todo tipo de estructuras, incluido el encubrimiento, que hacen inalcanzable la justicia para las víctimas”. Igualmente destacó las prioridades de la Comisión que preside, destacando “la atención a las víctimas”, en un camino en el que falta mucho por hacer, pero en el que están empeñados en hacerlo.
Abandonar acciones cosméticas
Por su parte el presbítero Daniel Portillo Trevizo, director del CEPROME (Centro de investigación y formación interdisciplinar para la protección del menor), llamó a tener un espíritu sinodal y colaborativo, sin quedarse en esfuerzos parciales. Desde ahí afirmó que «la criminalidad de los abusos, es una deuda histórica» viendo el congreso como oportunidad para asumir el «Atender, informar y comunicar», abandonando las “acciones cosméticas», que no se involucran con las víctimas.
El arzobispo local, Cardenal Adalberto Martínez, agradeció el ser sede del congreso y mostró los trabajos realizados en Paraguay para la protección de menores. Un congreso que el purpurado quiere que ayude en “una mayor toma de conciencia, compromiso y acciones para que todas las instituciones de la Iglesia sean lugares y ámbitos seguros para quienes tienen relación con ellas, en especial a niños y adolescentes vulnerables», recordando el llamado del Papa a pedir perdón a las víctimas.
El jesuita Hans Zollner, señaló que para comprender mejor “necesitamos la voz de aquellos que han sido heridos en su dignidad y que no experimentan la atención y misericordia que con razón esperan de la Iglesia”. El profesor de la Universidad Gregoriana hizo ver, a partir de experiencias concretas, que “las víctimas de abuso quieren ver una actitud de empatía, cercanía, estar abiertos con los corazones y no solo con los ojos y las orejas, esa es la Iglesia que tendríamos que ser”.
Implementar el cuidado
Se trata buscar qué hacer, cómo implementar este cuidado y responder a esta problemática, como recordó el sacerdote Andrew Small, secretario de la Pontificia Comisión para la protección de los menores, que abogó por procedimientos y reglas claras. Todo ello teniendo como base aquello que el Papa Francisco ha dicho: “cualquiera que disminuya o minimice el peligro actual deshonra a aquellos que han sufrido tanto y engañan a quienes dicen servir”, lo que demanda implementar este ministerio y evitar omisiones.
Un programa que cuyo “origen está en el amor al prójimo, que solo se justifica si hay servicio. Sin una articulación entre justicia y misericordia, afectividad y efectividad nos estamos equivocando”, según Patricia Espinosa, miembro del Consejo Latinoamericano del Ceprome. Un Congreso que insiste en el derecho a saber, en comunicar y como Iglesia tomar postura ante los casos de abuso.
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Para reforzar esta misión el Cardenal O´Malley presentó los nuevos oficiales para la prevención del abuso en América Latina: el sacerdote mexicano Daniel Portillo Trevizo, nombrado experto regional para América; la argentina María Inés Franck, nombrada directora de políticas de prevención y la brasileña Eliane di Carli, asesora regional para América.
Con informaciones de la Conferencia Episcopal Paraguaya.
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