El II Encuentro en preparación al VIII Simposio de Teología India abordó temas clave relacionados con los “Sueños de Iglesia autóctona en y con los pueblos originarios”, los “Ministerios femeninos y nuevas generaciones”, y la “Comunalidad y ministerialidad desde el Evangelio, los territorios y el corazonar de los pueblos originarios”.
Este encuentro tuvo el fin de profundizar en la identidad y misión de la Iglesia en diálogo con las culturas originarias, respetando y valorando sus aportes desde la fe y la tradición.
En la ocasión, Padre Eliazar López Hernández, al iniciar el primer día del encuentro, remarcó dos ejes transversales: una Iglesia y una teología experiencial, basada en la vivencia concreta de los pueblos indígenas, que según explicó el padre López, se trata de una teología crítica, que surge de la vida misma y vuelve a la vida, “ofreciendo un camino para vivir la sinodalidad desde las raíces de estos pueblos”. Además se contó con la moderación de la Hna. Josefa Ramírez (Kiki).
Un encuentro fraterno
El Cardenal Álvaro Ramazzini Imeri, Coordinador del Equipo Asesor del CELAM en Teología India, resaltó los esfuerzos realizados en preparación al VIII Simposio de Teología India, afirmando: “Lo que queremos plantear será un esfuerzo que vale la pena”, animando a vivir en fraternidad este encuentro.
El purpurado ha invitado a que esta experiencia fortalezca y dinamice la misión de transmitir las vivencias y pensamientos de quienes participan en este proceso, y mantener el espíritu de comunión y fraternidad en el contexto del Sínodo que ha comenzado el mismo 1 de octubre. El Cardenal hizo un llamado a unirse en comunión con los que representan la Iglesia Universal y con el Papa Francisco, en la discusión sobre la Sinodalidad durante este mes.
Al iniciar este encuentro virtual de preparación, el Cardenal ha dicho que la Sinodalidad, lejos de ser un concepto nuevo, es una práctica que los pueblos indígenas han vivido por generaciones: “No tenemos que redescubrirla, porque está ahí”, sostuvo, agradeciendo a los pueblos lo que ha significado este sentido comunitario, “toda esta experiencia sinodal que la encontramos en nuestros pueblos indígenas”, con estas palabras dio por inaugurado el encuentro.
Jesús está presente en medio de los pueblos
El encuentro sobre la Iglesia y los pueblos originarios inició el 1 de octubre con una reflexión basada en la metodología de “ver, juzgar y actuar”. Durante la primera jornada, dedicada al “ver”, se tocó el tema de “La Iglesia pueblo de Dios desde los pueblos originarios a la luz del Evangelio”, en esta sesión, se escucharon los testimonios de cuatro voces autóctonas que compartieron sus experiencias y desafíos como miembros de comunidades indígenas.
Se reflexionó sobre cómo la Iglesia puede ser verdaderamente el pueblo de Dios cuando se nutre de las enseñanzas y la espiritualidad de los pueblos originarios. Entre las voces destacadas, Ernestina Alfonso de Sousa, de Romaina, Brasil; Isabel Gómez, del pueblo guaraní de Paraguay; la hermana Ausencia Jiménez, de origen náhuatl, de Totonaca, México y Hugo Marillán, pastor metodista, mapuche, del Cono Sur.
En síntesis, los participantes remarcaron la necesidad de dialogar para llegar a acciones comunes que fortalezcan a las comunidades y promuevan el cuidado de la madre naturaleza y de los pueblos. También se vio que los liderazgos dentro de las comunidades indígenas, crecen y se van asumiendo responsabilidades en áreas como la salud, la comunicación y los espacios eclesiales, demostrando cómo la participación tiene un valor en los pueblos y se desarrolla de manera organizada.
Además, se hizo un llamado a cuidar la Madre Tierra, lamentando los efectos devastadores de la deforestación y el cambio climático sobre las comunidades y la vida en común. A su vez, se reflexionó sobre la interculturalidad como un valor dentro de la Iglesia, donde el saber originario de los pueblos permite releer el Evangelio desde la perspectiva de la solidaridad y la justicia, visibilizando las injusticias y acompañando a los pueblos en su lucha por la dignidad.
Al concluir el equipo de síntesis subrayó: “Jesús está presente en medio de estas comunidades, caminando junto a los pueblos martirizados de Latinoamérica”.
Una Iglesia con rostro y corazón indígena
En la segunda jornada del encuentro, celebrada el 2 de octubre, se profundizó en la reflexión sobre cómo ser una Iglesia con rostro y corazón indígena, a través de las experiencias de los pueblos originarios.
Este momento estuvo moderado por la Hna. Sara Sánchez y el Pbro. Arnulfo Delgado Montejo, el espacio fue facilitado por el P. Bartolomé Gómez y la Hna. Mikaela Méndez de México, junto a Blanca Irina y Diana Ludeña de Perú, y Christian Muñoz de Chile. En la oportunidad se destacó la importancia de la teología india como una teología experiencial, donde la sinodalidad se vive desde la raíz comunitaria de los pueblos indígenas.
Este proceso, según los facilitadores, tiene sus bases en la continuidad que la Iglesia ha construido desde el Concilio Vaticano II, en especial la misión “Ad gentes” y la importancia de la Palabra de Dios. Durante las reflexiones, se reafirmó que es posible seguir soñando con una Iglesia autóctona, con rostro y corazón propios, capaz de construir y visibilizar la vida comunitaria; se agradeció a los pueblos originarios por su testimonio evangelizador, que permite descubrir a Dios desde una dimensión diferente, y se remarcó la necesidad de pensar en una Iglesia que valore la sabiduría indígena y cuide de la Madre Tierra.
Entre los temas principales, se discutió cómo construir una Iglesia autóctona que reconozca los derechos comunales y de la familia, integrando la sabiduría de los pueblos indígenas. Se reflexionó sobre el rostro femenino autóctono de la Iglesia, resaltando la recuperación de la sabiduría femenina en relación con la Tierra.
A su vez, Christian Muñoz compartió la experiencia del pueblo mapuche y su visión de la sinodalidad a través del “Trawün”, un encuentro fraternal que, al igual que los tambores, busca resonar más allá de lo litúrgico y conectar a la comunidad en una vivencia sororal y fraternal.
Todo está interligado
El 3 de octubre se concluyó el encuentro con un llamado a asumir compromisos concretos que permitan avanzar hacia una Iglesia más inculturada, intercultural y decolonial. La jornada, moderada por la Hna. Isabel Gómez y el P. Mario Pérez, el panel estuvo integrado por Mons. Rodolfo Valenzuela, del mundo maya en Guatemala; un hermano warao de Venezuela; Jocabed Solano, teóloga evangélica gunadule de Panamá; y el P. José Elías Hernández, tsotsil de México, quienes compartieron sus experiencias y sabiduría sobre el rol de la Iglesia en los pueblos originarios.
Entre los aprendizajes destacados, se subrayó la escucha, especialmente ante el clamor de los pueblos y el rol de las mujeres en la comunidad eclesial. En sintonía con el Sínodo de la Sinodalidad, el panel instó a abrir los oídos para lograr una unidad que respete las diferencias culturales y espirituales, además, se resaltó la necesidad de formar al clero en el ejercicio de la escucha, que implica también aprender las lenguas de los pueblos originarios para poder conectar mejor con ellos y comprender sus luchas y esperanzas.
Se habló sobre el gran tejido compuesto por tradición, historia y memoria de la Iglesia, y que debe enriquecerse con el diálogo intercultural, las voces de los ancestros, los abuelos, que curan las dolencias. También se afirmó que todo está interligado cósmicamente en un entretejido de amor.
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