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Jornada teológica pastoral: Una riqueza de conocimiento, aportes y experiencias de lo vivido en el Sínodo de la sinodalidad

En una “Jornada teológica- pastoral” realizada este viernes 28 de junio, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), conmemoró en su sede los 250 años del ingreso de la Teología pastoral al currículo teológico, evento que igualmente fue transmitido a través de las redes sociales.

Este espacio estuvo acompañado de la mano de especialistas como teólogos, canonistas y pastoralistas de América Latina y el Mundo, quienes ofrecieron sus aportes y reflexiones, todo en sintonía con el Sínodo de la sinodalidad que adelanta la Iglesia Universal.

Qué entiende Francisco por camino y caminar

El padre Carlos María Galli, decano la Facultad de teología de la Universidad Católica Argentina y coordinador del Equipo Teológico – Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), fue el primero en hacer su intervención, refiriéndose al primer módulo: Proceso sinodal internacional. Una experiencia donde narra paso a paso lo que ha sido el proceso de la Asamblea Sinodal.

Inició su disertación recordando la película de “Los dos Papas”, donde se ofrece un prolongado supuesto diálogo entre el Papa Benedicto y el Cardenal Bergoglio, paseando por el jardín de Castel Gandolfo y fruto de esta conversación y reflexión que hacen durante este recorrido, es que surge el interrogante de cómo debe ser la iglesia en un mundo cambiante. A partir de esta anécdota, señala el sacerdote, aparece la inquietud de Francisco de qué entender por camino y caminar.

“Hay un camino que es el Señor, somos como dicen los hechos de los apóstoles, los del camino, sin embargo, vamos haciendo camino al andar juntos ante los cambios de la historia tratando de discernir lo que Dios quiere de nosotros y la mejor manera de comunicar la alegría del Evangelio.

En otro aspecto, se refirió a la asamblea sinodal no solo a cómo está constituida sino a la disposición del aula sinodal y por lo tanto una de las novedades fundamentales que resalta es cómo estaban ubicadas las personas. Antes nos sentábamos en filas de arriba hacia abajo concentrando la mirada en la mesa de presidencia y -agregó- Ahora hay otro imaginario, donde los sinodales están distribuidos en 35 mesas en grupos de 10, más la mesa de presidencia, 3 mesas donde están los peritos y otras mesas donde hay algunos invitados hermanos fraternos de otras iglesias y periodistas”, a esto -continuó- ya muestra otra forma de comunión, la sinodalidad en muchas cosas también es un estilo de vivir la comunión eclesial”.

Cómo entender un Sínodo

El sacerdote argentino continuó su intervención, observando que la historia de la Iglesia está llena de sínodos y de concilios. es de decir. de asambleas de distintos niveles. Por lo que aclaró que el Sínodo que está referido en estos momentos es el instituido por Pablo VI y aprobado por el Concilio Vaticano II en el decreto Christus Dominus y reformado por la Constitución Apostólica «Episcopalis communio» en el 2018 donde se transforma la doctrina, la praxis y el derecho en la forma de preparar los sínodos.

Además, indicó que, esta XVI Asamblea ordinaria del Sínodo de los obispos es la primera que pone en alto grandes líneas de una renovación, entre ellas “considerar en el proceso los sujetos convergentes del conjunto del pueblo de Dios, es decir una participación más abierta donde se tiene voz y voto”.

Diversidad en los procesos

Otra de las novedades que mencionó son las referidas a los aportes que los más de 400 miembros pudieron hacer durante la asamblea, adecuando los espacios tecnológicamente para que se diera esta sinergia de participación. A esto adicionó, que el camino de escucha se dio a través de una serie de documentos fruto del trabajo de los padres sinodales. Destacó que, de 114 Conferencias consultadas, 112 dieron respuesta. Entre los documentos elaborados están: Documento preparatorio; luego el documento de la etapa continental, donde se trabajaron 7 asambleas saliendo de ellas nuevos documentos que sirvieron para elaborar el instrumento Laboris de la primera sesión porque el Papa desdobló en dos sesiones la única asamblea.

De todo este trabajo de la fase preparatoria, dijo, la novedad ha sido el volumen y la diversidad de los procesos de escucha “donde encontramos que han sido convocados a esta asamblea muchos miembros no obispos”. Cabe recordar que en los sínodos anteriores de Pablo VI hubo presencia de auditores, de participantes con derecho a voz y no a voto de las distintas vocaciones eclesiales. Ahora todos tienen los mismos derechos y obligaciones que los obispos dentro del aula.

Por último, mencionó algo que es conocido como el Kairós ecuménico de la asamblea, refiriéndose a las distintas formas de oración que atravesaron toda la asamblea, todas ellas presididas por el Papa con representantes de muchas iglesias y confesiones cristianas. “Particularmente lo digo, para mi hasta este momento de la vida ha sido la asamblea donde más he sentido la catolicidad de la iglesia en concreto con tantos rostros, figuras, imágenes y lenguas”.

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La Asamblea Eclesial un referente

Luego se dio paso a la intervención de la hermana Brigit Weiler de origen alemán. La religiosa inició su haciendo un recorrido de los diferentes momentos que marcaron la primer Asamblea Eclesial de América latina y el Caribe, celebrada de manera híbrida en México del 21 al 28 de noviembre de 2021 y que después continuó su proceso de manera virtual por cuenta de la pandemia. Recordando que la misma surgió de un pedido que el Papa Francisco hiciera al Celam de buscar nuevos caminos que impulsara la acción de la Iglesia.

Destacó que, por primera vez en la historia de la Iglesia de este subcontinente, se escuchaba directamente por los diferentes espacios voces de personas que normalmente hacen tienen una experiencia de fe pero que nunca habían sido tenidas en cuenta. Mujeres y hombres de diferentes lenguas, razas y culturas, siendo la gran novedad escuchar a personas con diferentes capacidades y las voces de la comunidad LGTBIQ+”.

Destacada participación en la fase de escucha

La teóloga explicó que, durante el proceso que se adelantó en México de forma híbrida había más de 50 cupos de discernimiento que trabajaron virtualmente en representación de diferentes países de América latina y el Caribe. Además, que en el proceso había 39% de laicos y laicas, 15% de religiosos y religiosas, 24% de presbíteros y diáconos, 21% de obispos, 1% de cardenales, permitiendo así, se diera una asamblea donde conscientemente se había dado espacio a una participación plena, activa de laicos y laicas en un monto considerable.

De igual forma anotó, que en la fase de escucha se dio una activa y amplia participación de mujeres, el 67%, pero en la asamblea misma bajó a un 36% y todavía, esto afirmó “nos enseñó que hay tener mucha atención a que encontremos posibles equilibrios entre la participación de hombres y mujeres en estos espacios”.

Fruto de esta escucha y discernimiento se dio la publicación del documento: “hacia una Iglesia sinodal en salida a las periferias”, conclusiones que dice aún requieren de una mayor socialización. Expuso que el Celam sigue haciendo esfuerzos para que más agentes de pastoral se formen aprovechando este material y luego se conviertan en multiplicadores.

Aspectos por fortalecer a partir de lo vivido

Frente a lo celebrado en la Asamblea Eclesial, dijo que fue una experiencia donde se ha aprendido a reconocer los aspectos positivos, pero también lo negativo para fortalecer algo que hay que transformar con miras al futuro, “esto hace parte del camino sinodal, es decir aprender a desaprender, esto ayuda en los procesos”.

En cuanto a las aportaciones que se recibieron en la fase continental del sínodo indicó que, siendo fieles a los aportes recibidos, se agruparon en cuatro regiones tradicionales ubicadas geográficamente: Caribe, bolivariana, Centroamérica y México también llamada CAMEX y cono sur, de este insumo se elaboró una síntesis que fue enviada a la secretaría general del sínodo como contribución de la Iglesia en este territorio. Este trabajo significó el apoyo del Vaticano, quien envió dos cardenales para conocer la experiencia y otro tanto hicieron el Continente de Asia, quienes fueron a observar la experiencia y aprender de ella.

“Fueron semillas que ofrecimos, porque la imagen que hemos visto con las mesas redondas en el aula sinodal fue una inspiración de una Iglesia en Asia, pero los primeros pasos, las semillas fueron puestas aquí en América Latina y el Caribe. Con esto quiero decir, esa es la riqueza en una Iglesia sinodal, hay un mutuo dar y recibir y creo que en Latinoamérica tenemos que discernir cómo enriquecernos más con aportes de las iglesias en África, Asia, Europa, Norteamérica, Australia y Oceanía”.

La religiosa concluyó su intervención apuntando que, entre los desafíos pendientes, está buscar caminos donde la participación de la mujer en instancia de discernimiento y decisión sean mayores, para todo ello dijo debe haber una conversión al interior de la Iglesia de tal forma que supere el clericalismo y el machismo.

Una experiencia única

Finalmente, intervino el sacerdote español Alphose Borras, quien hizo su intervención a manera testimonial a partir de la experiencia vivida desde que el Vaticano lo nombró integrante en el grupo de la comisión teológica del Sínodo.

Reveló que, desde el momento que recibió el borrador del documento preparatorio y lo leyó, él se hubiera quedado con la pregunta inicial que planteaba ¿Cuál es el paso que el espíritu santo pide a tu iglesia para que vuelva a ser más sinodal?, recordó que este documento preparatorio fue la base para las consultas diocesanas y nacionales desde el principio del sínodo en octubre.

“El camino que estamos viviendo, la etapa en la cual estamos hoy en día es una de las mayores, no solo de la recepción del Vaticano II, que, por supuesto seguirá siendo recepcionada, porque cada generación irá profundizando digamos lo que los padres del Concilio nos dieron como impulso para la vida cristiana en las comunidades de la iglesia católica”.

Una camino que no termina con el Sínodo

A continuación, subrayó que uno de los aspectos a resaltar de este Sínodo y de la Asamblea Eclesial fueron las fases: preparativa, celebrativa y de recepción y agregó que la sinodalidad no es únicamente para el siglo XXI, es el camino para el tercer milenio. De ahí que recordó que, así como la Asamblea Eclesial que hizo todo un proceso y ha hecho todo un trabajo de impulso para la renovación de la vida cristiana, así también, comentó, este Sínodo necesitará una recepción a corto, medio y a largo plazo.

Acentuó, que el Sínodo exige una corresponsabilidad de todo bautizado, es decir que la iglesia sinodal es lo mismo que afirmar que somos corresponsables de la vida y de la misión de la iglesia. “La corresponsabilidad es un atributo, un adjetivo para la condición de todos los fieles, eso era una convicción desde mucho tiempo antes del sínodo y el año pasado en octubre del 2023 con el informe de síntesis salió más claramente esa perspectiva”.

En este sentido, marcó la alegría de participar en este proceso y de haber descubierto la corresponsabilidad de todos los que han aportado y el “desafío de ir más allá de profundizar esa consciencia participando realmente y dándose los medios y recursos de esa participación a la vida y a la misión de la iglesia”. A lo que añadió, “esto ya es fruto del proceso sinodal y desde el principio hasta ahora es el fruto que más se subraya y que merece toda la atención y profundización en la práctica”.

Por otra parte, destacó la fidelidad en la redacción del documento para la etapa continental, donde junto con otros pares, tuvo la oportunidad de participar. “Ese documento era muy fiel a lo que fue dicho en las conferencias episcopales, eso merece ser subrayado”. Lo mismo resaltó del documento síntesis de la asamblea de octubre.

Gratitud al Celam por el impulso

Sentimientos de gratitud hacia el Celam por su testimonio a nivel continental “tenéis la suerte en América Latina de tener desde 1955 al Celam, con su vida y sobre todo la etapa tan significativa de Medellín en el 68. Fue esta institución la que hizo la relectura del Vaticano II, siendo el único continente que se tomó el tiempo y profundizó los frutos de este documento, actualizándolos para la realidad propia de este continente, en cambio en Europa por varios motivos no hay la misma cohesión que en la realidad latinoamericana, son un ejemplo para los demás continentes”.

El sacerdote belga dijo igualmente que, el papel de la comisión canónica del Sínodo a la cual también ha podido aportar, apenas está empezando a aclararse su función, por lo que se propone trabajar a corto, mediano y largo plazo. A corto plazo se sugiere entre otras cosas la obligatoriedad de los consejos pastorales; a mediano plazo “todavía no hemos llegado a este punto completo de ver cuáles serían después de la sesión de octubre del 24 lo que también tendría que cambiar en el derecho canónico, hablando de derecho canónico mejor sería decir en el código de derecho”.

“Tenemos la consciencia viva de que no bastará cambiar unos cánones en el código, sino que se tendrá que cambiar el código mismo, cambiar el código mismo en el sentido de revisar su ordenación, su sistemática y eso muchos entre nosotros ya lo tienen claro”, concluyó.

Sobre los conferencistas

Carlos María Galli
Sacerdote argentino y profesor titular en la facultad de Teología de la UCA, donde es decano y coordina un grupo de investigación. Ha presidido la Sociedad Argentina de Teología y colaborado con la Conferencia de Aparecida. Es asesor del Celam y miembro de la CIT y de otras comisiones teológicas. Entre sus publicaciones se destacan «Dios vive en la ciudad» y «La rifoma e le riforme nella Chiesa» (Coeditada con A. Spadaro).

Hermana Brigit Weiler
Religiosa alemana de 66 años, pertenece a la Congregación de las Hermanas Misioneras Médicas desde 1978 y ha vivido en la Amazonía peruana por más de 29 años. Nombrada por el Papa Francisco como consultora para el secretariado general del Sínodo en 2024, previamente participó en el Sínodo Panamazónico (2019) y en la Asamblea Eclesial (2021). Es teóloga con un doctorado en Filosofía obtenido en 2011.

Alphonse Borras
Sacerdote de origen español, es vicario general de la diócesis de Lieja (Bélgica) desde el año 2021. Trabajo que compagina con la docencia de Derecho Canónico en la Universidad Católica de Lovaina y en el Instituto Católico de París. Ha cultivado también la reflexión teológica a través de numerosos artículos sobre eclesiología y teología de ministerio.


 

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