En el marco de la “Jornada Teológico Pastoral – Conmemorando los 250 años de ingreso de la Teología Pastoral al currículum teológico: 1774-2024”, que se llevó a cabo de modo híbrido haciendo pie en la sede del Celam en Bogotá, el segundo módulo abordó el tema “Consejos pastorales en la iglesia local”.
Este panel estuvo conformado por Carolina Bacher, Francesco Zaccaria y José San José Prisco.
Bacher se situó en medio del actual proceso de conversión en clave sinodal y frenó en las necesarias interacciones pastorales, “expresión poco usada” que resulta un buen indicador de la complejidad de los procesos; interacciones entre “sujetos, comunidades y estructuras”.
Aparece el Concilio que “propuso, entre otras iniciativas, una estructura para favorecer la evangelización: la constitución de ‘consejos en los que colaboraran clérigos, religiosos y laicos. Estos consejos pueden ser diocesanos o parroquiales’”.
Datos indicativos
- el 88 % de las circunscripciones eclesiásticas relevadas en América Latina y el Caribe posee algún tipo de órgano consultivo de participación;
- solo un 60 % tiene un estatuto que rija su funcionamiento;
- el 63 % de las Conferencias Episcopales de América Latina no ha dado orientaciones sobre la temática; no se conoce la situación del resto.
Tres interacciones necesarias para los Consejos Pastorales:
Convocar y participar: Sugiere que las Conferencias Episcopales den orientaciones para la constitución de los Consejos Pastorales. Considerar la interseccionalidad al conformar los perfiles de los convocados —incluir a “los de a pie”— a formar los Consejos Pastorales. Tener en cuenta (ya se viene haciendo) formas remotas de participación.
Discernir y articular: Relación Iglesia-Mundo. Comunicación y Evangelio aquí y ahora. Es decir: resignificar el kerigma. Los discernimientos comunitarios deben estar articulados con otros, saliendo del “ensimismamiento eclesial”.
Decidir y comunicar: Los Consejos tienen carácter consultivo y luego el que decide es el obispo. Hay varias propuestas para salir de esta situación: que la autoridad delegue la decisión en el Consejo; que el Consejo elabore una decisión y que decida luego la autoridad; que el Consejo elabore una decisión y la autoridad la ratifique; y que decidan, en corresponsabilidad, de modo conjunto. Bacher marca que en la autoridad convergen “reflexiones colegiadas y discernimientos globales”, y se debe escuchar la voz del Espíritu.
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Zaccaria transcurrió su intervención sobre dos grandes perspectivas inspiradas en los órganos participativos como lugares de discernimiento y toma de decisiones: la reforma de las estructuras y organismos eclesiales y la formación para el liderazgo sinodal en la Iglesia. “Una reforma de las estructuras sin la conversión de los agentes pastorales corre el riesgo de quedarse solo en un proyecto teórico y sobre el papel.”
Reforma de las estructuras y organismos eclesiales: “Es una necesidad que sigue a la Iglesia luego del mandato misionero.” Esto provoca que todos los bautizados puedan ser protagonistas de la misión. Hay que dar dignidad a todo el proceso de toma de decisiones a través de la consulta y el diálogo. Y acá aparecen los órganos consultivos a los que habría darles más dignidad y también crear otros nuevos que podrían ir más allá de lo diocesano y entrar en lo incultural. La consulta es esencial en estos espacios como también lo es el carácter deliberativo. En los ámbitos eclesiales a menudo se miran con recelo las votaciones porque se asocian a metodologías parlamentarias: se podría seguir el método de consenso, por ejemplo. Hay otra cuestión con los órganos deliberativos ya que el gobierno le corresponde a los obispos y a ellos les corresponde garantizar la presencia de los bautizados en la toma de decisiones. La Iglesia no es una democracia ni una monarquía absoluta, eso queda claro.
La formación para el liderazgo sinodal en la Iglesia: Es necesario formarse para liderar el discernimiento. “La responsabilidad de la orientación es siempre sinodal: ser capaz de escuchar y dialogar, superar el protagonismo, ser obediente al Evangelio, a la Iglesia y a la situación concreta de las personas.” Para ser guías eficaces de los procesos participativos debe alimentarse una dimensión intelectual y teológica que incluya todas las dimensiones: afectiva, relacionales, cognitivas, espirituales (formación integrada). Zaccaria marca que es muy importante el autoconocimiento para aquellos que están llamados a liderar procesos de decisiones eclesiales y que ejercen autoridad. Señala también que un buen momento para ver cómo es la persona es observar su gestión ante los conflictos. Gestionar los desacuerdos y las deliberaciones implica reconocer que los conflictos forman parte de la vida de la iglesia porque forman parte de la vida.
Prisco: “Hablaré desde una perspectiva canónica sobre algunas sugerencias para las reformas del Consejo Diocesano de Pastoral” que es de carácter obligatorio —insistió sobre este aspecto varias veces— y no queda al arbitrio del pastor. Lo dijo el Papa en Asís en un encuentro con el clero en el año 2013: “Un obispo no puede dirigir una diócesis sin un consejo pastoral”.
Composición: mayormente laicos —al menos la mitad— porque son los que están insertos en el mundo; la idoneidad pasaba antes por la tríada fe-moral-prudencia; “hoy estamos planteando algo más inclusivo: bautizados que den testimonio evangélico en la vida ordinaria”. Evitar la duplicación de funciones de distintos organismos o consejos.
Renovación de los miembros: que no se vayan todos a la vez, por ejemplo puede renovarse la mitad cada dos años.
Temas a tratar en el Consejo: “Pareciera que son los obispos los que marcan la agenda”. Todos deberían poder proponer.
Que el Consejo no desaparezca cuando hay un cambio de obispo: durante ese tiempo de latencia a la espera de nuevo obispo no tocar nada y plantear una necesaria continuidad.
Las decisiones: considerar que haya voto deliberado, esto se ve como necesario, y no es una amenaza al oficio apostólico sino “la búsqueda de bien de la Iglesia”.
Conociendo a los expositores
Carolina Bacher
Teóloga laica argentina. Profesora en la Maestría de la Facultad de Teología argentina e investigadora en la Universidad Silva Henríquez de Chile. Vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Teología e integrante fundadora de Teologanda.
Francesco Zaccaria
Doctor en teología en la Universidad Radboud de Nimega (Países Bajos) y profesor de teología pastoral en la Facultad de Teología Pugliese (Bari, Italia); es párroco de Savelletri, en la diócesis de Conversano-Monopoli, donde coordina las oficinas pastorales de la curia diocesana. Fue presidente de la Asociación Italiana de Catequética; es miembro de la presidencia del Camino Sinodal de las Iglesias en Italia y coordinador del curso de formación «Parroquias sinodales y misioneras» del Instituto Pastoral Pugliese.
José San José Prisco
Doctor en Derecho Canónico, es profesor en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha sido consultor de diversas comisiones del Vaticano y miembro de la Asociación Española de Canonistas. Su trabajo se centra en la reforma de derecho matrimonial y procesal canónico. Ha publicado numerosos artículos y libros en su especialidad, contribuyendo significativamente al estudio del derecho canónico.
Participaron también de esta Jornada como expositores Carlos María Galli, Alphonse Borras, Birgit Weiler, Antônio José de Almeida, Serena Noceti y Agenor Brighenti; y en la coordinación: Rafael Luciani y Carlos Schickendantz.
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