Jubileo de la Familia en Bolivia: tiempo de gracia, unidad y renovación de la fe

El 31 de mayo, la Iglesia boliviana celebró el Jubileo de la Familia, esta fiesta de fe reunió a miles de fieles en torno a la fe, el amor y la esperanza que nacen en el seno del hogar. Desde distintas jurisdicciones eclesiales, este tiempo de gracia fue vivido como una invitación a renovar el amor familiar, valorando la oración, el caminar juntos y la vida comunitaria como caminos de santidad.

Jubileo de la Familia en Bolivia

La celebración tuvo un carácter nacional, impulsada por la Sección de Pastoral Familiar del Área de Comunión Eclesial de la Conferencia Episcopal Boliviana, bajo la coordinación de María Beysabel Espinoza Verástegui. Según expresó en su reflexión, esta fecha quiere extender el Día de la Familia (15 de mayo), a un “mes de la familia”, con el propósito de alertar a la sociedad sobre la necesidad de cuidar y proteger a todos los miembros del hogar, entendida como base de la Iglesia y de la sociedad.

Además, durante este Jubileo 2025, se promovieron diversas actividades: espacios de formación con temas sobre el matrimonio, los valores cristianos, la educación sexual y humana, la paternidad responsable y la espiritualidad familiar; así como peregrinaciones, encuentros festivos, momentos penitenciales y celebraciones eucarísticas. Todo ello con el objetivo de fortalecer los vínculos conyugales y la comunicación familiar, con la convicción de que “la educación empieza en casa, que nadie nos quite esa responsabilidad”.

“Ponemos en las manos de la Sagrada Familia, San José, María nuestra Madre y Jesús nuestro hermano a todas las familias, principalmente a aquellas que viven situaciones de fragilidad, sufrimiento y división”, expresó Espinoza, reiterando el espíritu de oración que marcó cada uno de los eventos realizados en las diócesis del país.

Fe, unidad y esperanza

En la Diócesis de El Alto, el Jubileo de las Familias y de los Adultos Mayores se vivió con gran fervor. La jornada estuvo presidida por Mons. Pascual Limachi, obispo de la Prelatura de Corocoro y obispo presidente de la Pastoral Familiar, quien guio a los peregrinos en una jornada espiritual dividida en cuatro momentos: oración, peregrinación, paso por la Puerta Santa de la Catedral Candelaria y Eucaristía.

“La peregrinación fue una expresión profunda de fe, unidad y esperanza”, señaló Mons. Limachi: “Esta jornada reunió a generaciones enteras bajo el espíritu del amor familiar y la sabiduría de los adultos mayores, verdaderos pilares de nuestras comunidades”.

Durante su homilía, el obispo recordó que es en la familia donde la fe se vive y se celebra de manera auténtica: “El Jubileo de las Familias es un tiempo de gracia para renacer en la fe y el amor. Es una oportunidad para que todas las familias fortalezcan sus pilares: la fe, la unidad y la esperanza”.

La familia como escuela de fe y humanidad

Mons. Limachi también insistió en que este tiempo jubilar invita a una conversión auténtica: “Debemos ser testigos de esperanza en un mundo donde los valores se pierden”. Además, alentó a que cada hogar se convierta en un signo visible de la presencia de Dios.

Invocando el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, exhortó a padres y madres a retomar con seriedad su rol educador: “¿Oran en familia? ¿En qué están educando a sus hijos? Un buen padre o madre enseña a vivir una fe íntegra, con amor, dulzura y también con reglas claras”.

Con fuerza pastoral, recordó que llegará el día en que se deberá rendir cuentas a Dios por la formación recibida en casa.

El Jubileo de las Familias 2025 es un impulso para que las comunidades cristianas acompañen con mayor ternura a las familias, y que cada padre, madre, hijo y abuelo sientan que no están solos en el camino.

Unidad nacional en torno a la familia

El Jubileo de la Familia también fue celebrado en otras jurisdicciones, donde se organizaron encuentros de familias, momentos de formación y celebraciones comunitarias. Estas acciones reflejan la entrega eclesial por seguir acompañando a las familias en sus diferentes etapas y desafíos.

Desde la Pastoral Familia de Bolivia se agradeció el esfuerzo de todos los agentes pastorales e instituciones que se sumaron a esta iniciativa, recordando que “ningún esfuerzo es suficiente, siempre hay mucho más por hacer, porque la familia está en riesgo”.

En tiempos de fragmentación y desafíos sociales, la Iglesia boliviana apuesta por la familia como lugar sagrado de encuentro, perdón y vida nueva: “Instamos a toda institución que es responsable del cuidado de los derechos y deberes de hombres, mujeres, niños y adultos mayores, integrantes de una familia, a no dejarse llevar por intereses ajenos, antes que todo se debe salvaguardar la unión familiar y el bienestar de todos sus miembros”.

Más información en la página de la Pastoral Familiar de Bolivia.