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Este 05 de enero la Iglesia universal celebra la solemnidad de la Epifanía del Señor, adelantada este año como lo ha establecido el calendario litúrgico del Vaticano. También es conocida comúnmente como la fiesta de los Reyes magos, celebrada cada 6 de enero. Es la manifestación de Dios a la humanidad representada en aquellos tres personajes que vinieron de oriente para adorar y ofrecer al niño Jesús sus dones.

La Epifanía y su significado universal

El sacerdote colombiano Francisco Gilberto Arias Escudero, más conocido como el padre «Pacho», de la diócesis de Pereira, ofrece una reflexión sobre esta solemnidad, resaltando los interrogantes históricos y teológicos que han traído con siglo los relatos de los Reyes Magos.

Pero más allá de esto, el sacerdote observa que esta celebración litúrgica debe pasar de un plano romántico y adentrarnos en el misterio que rodea la figura de estos tres visitantes de oriente, los cuales son parte esencial de la narrativa navideña.

Por otra parte, invita a reflexionar sobre la figura de Herodes “el Grande”, presentado en la Biblia como un gobernante cruel capaz de ordenar la ejecución de niños inocentes para proteger su reino. Pero, además, sugiere que es probable que se haya creado una interpretación exagerada de su crueldad. “La reflexión nos lleva a cuestionar cómo los relatos históricos y bíblicos se entrelazan y se transmiten a través de las generaciones, dependiendo de las intenciones del autor”.

Igualmente, se refiere a la ubicación del nacimiento de Jesús. Observa que el autor no pretende ofrecer una crónica exacta de los hechos, sino que tiene un objetivo mayor: hacer que el cumplimiento de las profecías se manifieste. «Jesús nació en Belén para que se cumpliera lo dicho por los profetas, lo cual subraya el mensaje de que la intención divina y el cumplimiento de la voluntad de Dios prevalecen sobre las circunstancias históricas o geográficas».

Reflejo de una fe viva

Destaca que los Reyes Magos, más allá de su origen, sabiduría o estatus social, su gesto de adoración al niño Jesús siempre refleja una fe abierta, inclusiva y universal. “No importaba que Jesús fuera un niño judío, ellos, representantes de culturas lejanas y diferentes, reconocieron en Él al rey de todos los pueblos, al Salvador de la humanidad”.

Concluye su reflexión, señalando que este pasaje de los Reyes Magos es un llamado desafiante a reconocer a Jesús no solo como un rey de un pueblo, sino como el Salvador de toda la humanidad. Indicó que, así como los Reyes Magos siguieron la estrella, todos estamos convocados a buscar y encontrar en Cristo una luz que ilumina nuestras vidas, sin importar nuestras circunstancias ni orígenes.

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