La Amazonía ha sido, durante el pontificado del Papa Francisco, un espacio de reflexión, acción y renovación eclesial. Desde su llegada al Vaticano, el Santo Padre ha puesto en el centro de su misión pastoral la escucha del clamor de la Tierra y de los pueblos que habitan esta vasta región.
A través de iniciativas como el Sínodo Panamazónico y la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), el Papa Francisco ha dejado un tesoro transformador que impulsa a la Iglesia a encarnarse en el territorio con un enfoque sinodal y profético. Así lo da a conocer la Ceama, que comparte sobre la entrega y cariño del Santo Padre con la Amazonía y celebra el camino sembrado por él.
Un grito que se convierte en camino eclesial
Uno de los primeros elementos que destaca la Ceama es el compromiso del Papa Francisco con la Amazonía como un acto de conversión eclesial. Desde el inicio de su pontificado, ha insistido en que la Amazonía no debe ser vista únicamente como un lugar a proteger, sino como un sujeto eclesial con voz propia. Este reconocimiento ha permitido una transformación en la manera en que la Iglesia se relaciona con sus comunidades, priorizando la escucha y el acompañamiento.
Uno de los momentos más significativos en este proceso fue el Sínodo para la Amazonía, celebrado en 2019. En este evento histórico, por primera vez, las voces de los pueblos amazónicos fueron acogidas en el discernimiento eclesial, convirtiendo sus sueños y luchas en un punto central para la misión de la Iglesia. De allí surgió la exhortación apostólica Querida Amazonía (2020), donde el Papa propuso cuatro grandes sueños: social, cultural, ecológico y eclesial, que han servido de guía para la acción pastoral en la región.
“Donde la vida está amenazada y la creación gime bajo el peso de la injusticia, Dios habla con fuerza. Desde esa escucha atenta, el Papa ha alentado a toda la Iglesia a mirar hacia la Amazonía no con condescendencia, sino con reverencia. El grito de la Amazonía ha sido, así, semilla de transformación eclesial”, señala el organismo amazónico.
La ecología integral: espiritualidad y compromiso social
Uno de los pilares que destaca la Ceama del Papa Francisco en la Amazonía es la promoción de la ecología integral, una visión que une la defensa del medio ambiente con la justicia social y el reconocimiento de las culturas locales. Inspirado en Laudato Si’, el Papa ha insistido en que el cuidado de la creación, que además de ser una tarea ecológica, es un acto espiritual.
Esta mirada impulsa una conversión eclesial que va más allá de la protección de los recursos naturales y que abarca el respeto y la promoción de las comunidades que han sido guardianas de la selva durante siglos. En este contexto, los pueblos originarios son reconocidos como portadores de una sabiduría ancestral que enriquece la vida de la Iglesia y el cuidado del planeta.
“Con Laudato Si’, el Papa Francisco nos ha legado una visión en la que todo está conectado… ya no se trata solo de proteger los ríos y los bosques, sino de abrazar las luchas y esperanzas de los pueblos que los habitan, especialmente los pueblos originarios, portadores de sabiduría ancestral y teologías vivas”, afirma la Ceama.
Una Iglesia con rostro amazónico
La Ceama se considera, así misma, como uno de los frutos más concretos y duraderos de este camino que el Papa ha marcado. Esta organización representa una nueva forma de ser Iglesia en la región: sinodal, participativa y comprometida con la realidad del territorio.
Ceama es un espacio de articulación donde convergen comunidades locales, religiosos, laicos y obispos en un trabajo conjunto. Su misión es fortalecer la vida comunitaria, tejer redes de solidaridad y responder con creatividad y fidelidad a los desafíos pastorales y sociales de la Amazonía.
Para la Ceama, “el legado del Papa Francisco no se reduce a documentos o gestos simbólicos. Es una dinámica viva que interpela a toda la Iglesia: a repensar su forma de habitar los territorios, de anunciar el Evangelio y de compartir la vida con los pobres”.
Desde la Ceama, esta donación que el Papa Francisco ha hecho, se asume con responsabilidad y esperanza: “Acogemos este legado como una gracia y una responsabilidad. Seguimos caminando con humildad, fidelidad y alegría, construyendo una Iglesia con rostro amazónico, que escuche, acompañe y transforme. Confiamos en que, como dijo el Papa Francisco: ‘la esperanza es audaz’, y que otra Amazonía —y otra Iglesia— ya están naciendo, desde abajo, desde los márgenes, desde la vida”.
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