Al concluir el encuentro eclesial previo a la COP16, con el título “Ecología Integral y Cuidado de la Casa Común”, se realizó una rueda de prensa la tarde de este martes 24 de septiembre en la sede del Episcopado colombiano.
En esta ocasión, “la Iglesia católica reafirma su compromiso con el cuidado de la Casa Común, el respeto por la biodiversidad y el desarrollo de iniciativas sostenibles en colaboración con comunidades indígenas, afro-campesinas y diversas organizaciones territoriales”.
En un comunicado, al que se dio lectura al iniciar la rueda de prensa, se informó que participaron 200 personas, entre directores de Pastoral Social, agentes pastorales, líderes comunitarios y expertos en medio ambiente, “para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta Colombia y el mundo en materia de biodiversidad y ecología integral”.
Este evento previo a la realización de la COP16, próximo a celebrarse en Cali, Colombia, fue liderado por la Conferencia Episcopal de Colombia, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), Cáritas Latinoamérica, el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana, el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Incidir desde las buenas prácticas
En la testera se hicieron presentes monseñor Juan Carlos Barreto, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social Cáritas Colombia, el padre Rafael Castillo, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana, el padre Francisco Hernández Rojas, director del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del CELAM, la hermana Zoila Cueto, delegada de la Conferencia de Religiosos de Colombia, y Fabiola Melgarejo, representante de la Pastoral Social del Chaco Putumayo.
En la oportunidad, el padre Rafael Castillo destacó el proceso de articulación que se vivieron los días 23 y 24 de septiembre, en Bogotá, del que formaron parte actores muy importantes de América Latina y el Caribe, y remarcó la participación de las pastorales sociales de la 78 jurisdicciones eclesiásticas, las redes católicas, entre otros.
Señaló que se ha trabajado en un espacio de escucha y de discernimiento en espíritu sinodal acerca de todas las buenas prácticas que han surgido de los territorios: “Nos está mostrando cómo vamos entendiendo la ecología integral y cómo vamos avanzando en el cuidado de la Casa Común, para una puesta muy concreta, el buen vivir, que es como la constancia de que el Reino de Dios ha llegado a través de este camino que hacemos en el cuidado de la Casa Común”, afirmó el P. Castillo.
Siete acciones de la Iglesia para incidir el cuidado de la Casa Común
Monseñor Juan Carlos Barreto presentó y socializó el documento “Fundamentos eclesiales de la Iglesia católica de América Latina y el Caribe en la COP16”, subrayando siete acciones a través de las cuales la Iglesia quiere comprometerse para acompañar, formar e incidir en el campo del cuidado de la Casa Común.
El civismo es la primera acción, que busca la participación ciudadana para garantizar la transparencia de la gestión administrativa, financiera y pastoral. Asimismo, la Iglesia elaborará un mapeo de plataformas cristianas para identificar y difundir las buenas prácticas de Ecología Integral, de criterios de resiliencia climática y soberanía alimentaria, y de mecanismos de gobernanza civil que cuestionan el paradigma tecnocrático y propongan modelos alternativos para el cuidado de la Casa Común.
Entre las acciones destacan los programas comunitarios para prevenir la violencia y fortalecer el tejido social mediante el diálogo y la cooperación; también, la importancia de la educación, que debe incluir iniciativas pedagógicas que integren la ecoteología, tecnología y sabiduría ancestral, priorizando a las poblaciones vulnerables.
Incidencia: Anuncio, influencia y defensa
Entre las acciones mencionadas por monseñor Barreto, también se encuentra la colaboración tecnológica, donde se debe desarrollar y promover el uso de las nuevas tecnologías para proteger los ecosistemas; utilizar la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías de manera ética y efectiva para alcanzar las metas globales de biodiversidad y mitigación del cambio climático, priorizando la sostenibilidad de las comunidades más postergadas.
Sobresale, entre las acciones, la incidencia internacional, entendiendo la incidencia como “anuncio, influencia y defensa”; se piensa en la importancia de participar en foros internacionales para garantizar la veeduría de los acuerdos globales sobre la conservación de hábitats naturales, la regularización del acceso a la tierra y al agua, la protección de poblaciones vulnerables y la reforma del sistema financiero global.
Finalmente, como séptima, la denuncia del crimen organizado, proponiendo políticas anticorrupción y garantizar la participación comunitaria en la toma de decisiones, promoviendo modos de vida sostenibles basados en la solidaridad, la justicia y el bien común.
Síntesis conclusiva de la Iglesia Católica en América Latina y el Caribe
Respondiendo al llamado del Papa Francisco en el marco de la Cumbre Climática COP28 y reconociendo la interconexión entre biodiversidad y crisis climática, la Iglesia se ha propuesto impulsar un cambio drástico y colectivo en favor de la sostenibilidad, la transición energética justa y el combate a las estructuras criminales y corruptas, como acciones centrales de este proceso.
Todo ello, para “emprender un proceso de cambio civilizatorio drástico y colectivo, que incluya una transición energética justa en combate a estructuras criminales y prácticas corruptas que deterioran toda forma de vida en el planeta”.
Uno de los aspectos clave que la Iglesia subrayó es la inclusión de los pueblos indígenas y afrodescendientes en las normativas globales, pues su sabiduría ancestral es fundamental para detener la crisis climática y revertir la pérdida de biodiversidad: “La Iglesia busca contribuir en los análisis de los retos y las esperanzas del continente e impulsar una verdadera conversión ecológica que incorpore el diálogo entre razón y fe, ciencia y ética, con el fin de promover el bien común y preservación de la creación”.
Eco parroquias y ministros de la Ecología Integral
Uno de los aciertos de la PreCOP eclesial, destacado por el padre Rafael Castillo, fue el focalizar de manera acertada la corriente de compromisos en lo que se llama “Eco parroquias”.
Según explicó, se distingue por hacer la experiencia de Dios en el cuidado de la Casa Común, por tener en todos sus procesos pastorales un enfoque de ecología integral y por hacer vida en todos sus ambientes el paradigma del Papa Francisco, que consiste en un trabajo de incidencia para una producción menos agresiva, una distribución más equitativa y un consumo responsable.
En referencia a los ministros de la Ecología Integral, señaló que serán protectores de la Casa Común y promotores de una Ecología Integral para fomentar una cultura del bien común.
Hacia una construcción de paz
Entre los temas destacados durante la rueda de prensa, se llamó a un “cambio de mentalidad” y “en lugar de ser depredadores del medioambiente, ser sus protectores”, cambiando los estilos de vida que sean amigables con la creación y que nos permitan ser ecológicos.
La Iglesia de Colombia, en voz de monseñor Barreto, recordó el llamado al Gobierno Nacional, a la sociedad civil y a los actores armados, para perseverar en la búsqueda de la solución al conflicto armado a través del diálogo: “Los grupos armados no pueden seguir haciendo en Colombia la guerra contra la población civil, eso tiene que cambiar”, dijo, y exhortó a los grupos armados a la sinceridad y verdad, para ya no afectar al derecho internacional humanitario.
El padre Castillo acotó que la situación de Colombia no es ajena a toda América Latina y el Caribe. A su vez, el padre Francisco Hernández planteó la importancia de escuchar las voces de los territorios, para escuchar los clamores de la gente que está sufriendo, proponiendo como un camino de solución la articulación de las redes.
Pasar del círculo vicioso al círculo virtuoso
El padre Hernández llamó a tomar conciencia sobre la crisis ambiental para lograr una transición energética seria, donde cada uno pueda cambiar su estilo de vida, “revertir ese círculo vicioso, para generar realmente un círculo virtuoso”.
También dijo que es necesario que los gobiernos detengan el estilo de consumo, el gasto energético desmedido, porque los más afectados son los pobres: “Tenemos que realmente apelar a que ustedes, los gobernantes, tomen conciencia de que no puede ser que su imperativo sea el capital; el imperativo son las personas, es la vida, es el planeta”.
Por su parte, Fabiola Melgarejo pidió no restar importancia a la acción individual, tanto de las personas, como de las pequeñas asociaciones: “Tenemos que tomar conciencia de lo que yo estoy haciendo por el ambiente, a lo mejor uno piensa que no es mucho, pero si cada uno aporta desde lo pequeño, desde su casa, desde su consumo, desde su parroquia, eso ya va a tener un impacto más que significativo en el ambiente”.
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