Del 16 al 18 de octubre, la Iglesia en Bolivia llevó a cabo el “II Encuentro Nacional de Comisiones Jurisdiccionales de Escucha y Prevención por una Cultura del Cuidado”, en la Casa de Retiros Cardenal Maurer, Cochabamba.
El objetivo fue el intercambio de experiencias y buenas prácticas desarrolladas por las distintas jurisdicciones a lo largo del año, las cuales permiten encaminar las acciones de prevención y promoción de ambientes sanos y seguros, promoviendo una Cultura del Cuidado, dentro de ambientes eclesiásticos.
Este encuentro reunió a delegados de 15 jurisdicciones eclesiásticas de manera presencial, y a tres jurisdicciones (Oruro, Potosí y Sucre) que participaron de forma virtual, debido a la coyuntura social actual, con bloqueos de carreteras que impiden viajes por vía terrestre. En total, se contó con la participación de 38 delegados especializados en escucha y prevención. Además, acompañó la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).
Formación para una Cultura del Cuidado
En la jornada inaugural, el 16 de octubre, monseñor Giovani Arana, obispo de la Diócesis de El Alto y secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), alentó a que este espacio acreciente el compromiso social y pastoral para “la generación de un cambio actitudinal y de respuesta orientada a las acciones de acogida, atención, reparación y transparencia en una Cultura del Cuidado”.
El obispo resaltó la necesidad de unificar criterios para la creación de una currícula de formación y capacitación dirigida especialmente a la protección de la niñez y adolescencia, con medidas específicas de protección y autoprotección.
Monseñor Arana también hizo hincapié en la relevancia de involucrar a distintos actores en este proceso, como los padres de familia, agentes pastorales y el clero: “Con medidas de adecuación en la prevención de abusos y autocuidado en la formación de seminaristas y en los institutos de vida consagrada”.
Desafíos para la construcción de ambientes sanos
La primera jornada se centró en el tema “Construcción de ambientes sanos y seguros e intercambio de buenas prácticas”. El padre Diego Plá, secretario general adjunto de la CEB, planteó los desafíos para la construcción de ambientes sanos y seguros en entornos de la Iglesia y abordó el tema de “La prevención y la cultura del cuidado”.
El padre Plá señaló que uno de los mayores retos es erradicar el clericalismo, al que calificó como “la lacra de la Iglesia”, e hizo un llamado a las jurisdicciones eclesiales a comprometerse firmemente en la lucha contra el abuso de poder en ambientes eclesiásticos.
El segundo desafío, indicó, es fomentar relaciones sanas y equilibradas, instando a “sacar el chip del poder y poner el chip del servicio”. Además, remarcó que el mayor desafío es hacer de la Iglesia un espacio verdaderamente seguro y transparente: “Donde podamos reparar a las víctimas, y evidentemente, donde ese encubrimiento que también hemos hecho a lo largo de la historia, ya no se haga”.
El padre Plá señaló que la clave para lograr estos ambientes sanos radica en contar con formadores íntegros, y en que los seminaristas y aspirantes se eduquen en una auténtica cultura del cuidado. Recordó la importancia de practicar la ternura en lugar del maltrato, y resaltó que la Sinodalidad debe ser vivida de manera circular y no piramidal.
La prevención de toda forma de abuso es tarea de todos
La Lic. Nancy Loredo, coordinadora de la Comisión de Prevención y Cultura del Cuidado de la CEB, compartió los principales logros del encuentro, y recalcó que “la prevención de toda forma de abuso en ambientes de la Iglesia es una tarea de todos, es una tarea de la Iglesia como tal, la cual nos compromete a generar espacios, políticas y programas que de alguna manera minimicen los riesgos de los abusos”.
Es por ello que, tras realizarse el intercambio de buenas prácticas, donde los delegados presentaron el avance de la implementación de sus protocolos de atención para las comisiones de escucha, en el marco de la prevención, la última jornada se definieron propuestas y estrategias de prevención integral, que incluyeron el autocuidado, la creación de códigos de conducta y el monitoreo de la infraestructura para garantizar ambientes seguros.
La Lic. Loredo remarcó la necesidad de seguir implementando políticas, programas y estrategias que minimicen los riesgos de abusos en la Iglesia: “Se planteó la posibilidad de formular ejes temáticos para una currícula de formación y capacitación continua, que esté orientada a los públicos tales como la niñez y la adolescencia, padres de familia, agentes pastorales y vida consagrada”.
Iglesia de Bolivia prioriza la Cultura del Cuidado
Las propuestas fueron trabajadas en mesas de discusión organizadas según provincias eclesiásticas, lo que permitió compartir criterios culturales comunes y avanzar en la construcción de líneas orientativas para la gestión pastoral del 2025.
La coordinadora Loredo compartió que este encuentro y todo lo avanzado durante el mismo se suma a las prioridades que se están construyendo desde la Conferencia Episcopal Boliviana: “Una de sus prioridades para trabajar este sexenio es, justamente, la promoción de ambientes sanos y seguros y una cultura del cuidado”.
También manifestó su alegría por el tiempo compartido junto a los delegados especializados en escucha y prevención “y poder contar con resultados de largo alcance, que nos permite y nos desafía todos los días a seguir encaminándonos en esta tarea pastoral que nos compromete a todos”.
Custodiar el corazón
Monseñor Jorge Saldías, obispo de la Diócesis de Tarija, presidió la misa del encuentro, dedicando parte de su homilía para reconocer y agradecer el arduo trabajo que llevan adelante los delegados de las jurisdicciones de Bolivia.
El obispo les recordó el llamado de Dios a buscar la justicia acompañada de la misericordia. En este sentido, alentó a los fieles a “custodiar su corazón”, y citando las palabras del Papa Francisco dijo: “Custodia tu corazón para no dar espacio al mal ni al pecado”.
La autoridad eclesial señaló que “en medio de los problemas y las tinieblas, siempre hay una esperanza en un nuevo día, en la luz que viene del Señor”, y alentó a los delegados a continuar su servicio a la Iglesia con fortaleza y esperanza: “El amor y la misericordia de Dios son más grandes que cualquier desafío, y no están solos en esta misión, están acompañados por la Iglesia, sus obispos, catequistas y agentes pastorales”.
La Iglesia en Bolivia continúa fortaleciendo el compromiso colectivo para generar políticas y acciones que permitan seguir avanzando en la construcción de una Iglesia que promueva la dignidad, el respeto y la transparencia.
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