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La Iglesia en Brasil se renueva: nuevos obispos para Uruguaiana y Luziânia

El Papa León XIV nombró a dos nuevos pastores para la Iglesia en Brasil. La Diócesis de Uruguaiana, en el estado de Rio Grande do Sul, acoge como nuevo obispo a monseñor Clésio Facco, S.A.C., hasta ahora párroco de Santo Antônio en Santa Maria. Por su parte, la Diócesis de Luziânia, en Goiás, recibe a monseñor Francisco Agamenilton Damascena, trasladado desde la sede episcopal de Rubiataba-Mozarlândia.

Ambos nombramientos, anunciados oficialmente por la Santa Sede, reflejan vidas misioneras con una intensa vida pastoral, formación académica sólida y servicio constante al Evangelio y a la Iglesia brasileña.

La Iglesia brasileña se fortalece con estos pastores que, con su sí generoso, seguirán edificando el Reino de Dios en comunión con sus comunidades, con sus presbíteros y con todos aquellos que construyen la paz, la justicia y la fraternidad desde el Evangelio.

Monseñor Clésio Facco, un pastor con raíces palotinas

Nacido el 1 de abril de 1971 en Nova Palma, en el seno de la arquidiócesis de Santa Maria (RS), monseñor Clésio Facco ha recorrido un largo camino de formación y servicio al interior de la Sociedad del Apostolado Católico (Palotinos). Desde sus inicios en el Seminario Rainha dos Apóstolos en Vale Vêneto, demostró una vocación firme y una sensibilidad pastoral que han marcado sus años de ministerio.

Su formación filosófica y teológica se desarrolló en el Colégio Máximo Palotino de Santa Maria, con estudios superiores en el Instituto de Filosofía y Teología de esa ciudad. En 1994 realizó su primera consagración palotina, y fue ordenado sacerdote en diciembre de 1997. Desde entonces, ha asumido diversas responsabilidades: desde la formación de nuevos religiosos como rector de seminarios, hasta la gestión educativa y administrativa de obras de la congregación.

Entre sus cargos más destacados figuran su rectorado en el Seminario São Vicente Pallotti de Palotina (PR), su servicio pastoral en Roma como vicario parroquial y su labor como director de la Escola Vicente Pallotti en Santa Maria. También fue ecónomo provincial y rector de la Provincia Pallotina Nossa Senhora Conquistadora, funciones que desempeñó con equilibrio y visión misionera.

Espíritu misionero

La Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) saludó con afecto su nombramiento, resaltando su espíritu palotino y su fidelidad al Reino de Dios. En una carta firmada por su presidencia, la CNBB expresó: “Su camino de entrega al Reino de Dios, vivido con espíritu misionero y fidelidad a la vocación palotina, es un signo de esperanza para el pueblo que ahora le está confiado como pastor”.

Uruguaiana, Diócesis fronteriza con Argentina y Uruguay, será ahora el campo pastoral donde monseñor Clésio ejercerá su ministerio episcopal. La comunidad diocesana recibe a un obispo con experiencia pastoral, sensibilidad social y apertura al diálogo sinodal.

Monseñor Francisco Agamenilton Damascena, un obispo con una intensa vida pastoral

Por su parte, el nombramiento de monseñor Francisco Agamenilton Damascena como obispo de Luziânia marca una nueva etapa en la vida de este pastor del Nordeste brasileño, nacido en Currais Novos (RN) el 26 de junio de 1975. Sacerdote desde 2001, fue incardinado en la diócesis de Uruaçu y se ha destacado por una sólida formación académica y una intensa vida pastoral.

Realizó sus estudios en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y obtuvo un doctorado en Filosofía en la Pontificia Universidad Lateranense, lo cual complementó con estudios en docencia de educación superior. Ha sido profesor en diversos institutos teológicos y miembro activo de la Sociedad Brasileña de Científicos Católicos.

En su ministerio, ha desempeñado funciones de canciller, párroco, director académico y miembro de varios consejos diocesanos. Fue también administrador diocesano de Uruaçu y, en 2020, fue nombrado obispo de Rubiataba–Mozarlândia, cargo que ha desempeñado con dedicación hasta su reciente traslado a Luziânia.

Esperanza y renovación

La CNBB ha manifestado su cercanía y apoyo a monseñor Agamenilton, recordando su camino pastoral y el servicio a la Iglesia. En su saludo oficial, los obispos brasileños afirmaron: “Confiamos en que vuestra presencia en la Iglesia Particular de Luziânia sea signo de esperanza y de renovación para los fieles (…) Que el Espíritu Santo continúe guiándoos con sabiduría y valentía”.

Luziânia, situada en el entorno del Distrito Federal, es una diócesis en crecimiento, con numerosos desafíos urbanos y sociales, y una población plural. El perfil intelectual y pastoral de su nuevo obispo representa una promesa de renovación, comunión y compromiso con los signos de los tiempos.

Signo de comunión y sinodalidad

Estos dos nombramientos episcopales, aunque distintos en recorrido ecelsial, reflejan una misma voluntad del Papa León XIV: ofrecer a la Iglesia brasileña pastores cercanos al pueblo, formados en la espiritualidad y comprometidos con la realidad actual. Tanto monseñor Clésio como monseñor Francisco Agamenilton llegan a sus nuevas sedes con una historia de servicio, una formación y una fe activa que se proyecta en obras concretas.

En un contexto eclesial en el que la sinodalidad y la misión ocupan un lugar central, la llegada de nuevos obispos es una invitación a caminar juntos, como Iglesia en salida, atenta a las periferias, dispuesta al diálogo y firme en el anuncio del Evangelio.

La CNBB, en sus cartas de saludo, lo ha dicho claramente: “Caminemos juntos en la sinodalidad, sirviendo a la Iglesia en Brasil con generosidad y alegría”.

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