En la fiesta de la Presentación del Señor, que se celebra el próximo dos de febrero, la Iglesia católica en Colombia anima la Jornada Mundial de la Vida Consagrada y reconoce en ella la valiosa misión y testimonio de tantos consagrados y consagradas que a lo largo del mundo prestan su servicio en favor de los más necesitados.
Este año, la celebración tiene un tinte particular al estar inmersa en el Jubileo de la Esperanza, propuesto por el Papa Francisco con el lema: «Peregrinos de Esperanza, por el camino de la paz».
La Vida Consagrada: Signo de Esperanza
En este contexto, monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza, presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica en Colombia, hizo llegar un mensaje de cercanía a las consagradas y consagrados del país, destacando la valiosa labor que desempeñan en la construcción de un mundo que a veces se empañado por la desesperanza.
“Por naturaleza, la consagrada, el consagrado es siguiendo al maestro, un peregrino que irradia esperanza”, apuntó el prelado, resaltando el destacando papel de quienes donan su vida y su fe al servicio de los más necesitados.
Frente al conflicto y la incertidumbre marcados en un contexto global y local, el prelado destacó la importancia de que las comunidades religiosas actúen en estos escenarios como «profetas de esperanza». Atendiendo así el llamado hecho por el Papa Francisco en el marco del jubileo, a ser luz en medio de las tinieblas y a haciendo su aporte con la construcción de la paz.
- Foto: Diócesis de Cúcuta
Tres Pilares para la Vida Consagrada
En su mensaje, monseñor Pinzón propuso tres pilares fundamentales que deben guiar la vida consagrada en este tiempo de jubileo como signo tangible de la esperanza. Primero, el compromiso con los últimos. Los animó a caminar junto a quienes más sufren, llevándoles la palabra y una acción concreta de esperanza.
Segundo, el cuidado de la creación. Ante el deterioro del medio ambiente, los consagrados tienen la tarea de promover el cuidado de la Casa Común generando acciones concretas en favor del medio ambiente. Tercero, la fraternidad universal. Allí los anima a dar testimonio vivo de la unidad entre los pueblos viviendo la comunión entre todos.
Una celebración para renovar el compromiso
Aunque en Roma el Jubileo de la Vida Consagrada se celebrará en octubre, diversas jurisdicciones eclesiásticas del país aprovecharon esta jornada para anunciar su conmemoración durante el primer fin de semana de febrero. Para acompañar estas acciones, la Conferencia Episcopal de Colombia, unido a la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC), elaboró un subsidio. Este busca inspirar a las comunidades eclesiales en la reflexión y acción pastoral, promoviendo encuentros con los más necesitados y la renovación del compromiso misionero.
La Iglesia católica, animó para que este 2 de febrero en todas las jurisdicciones eclesiásticas del país se celebre una eucaristía, uniendo a los consagrados con el pueblo de Dios en una acción de gracias por el don de la vida consagrada y su papel como peregrinos de esperanza.
En este tiempo de gracia, la Iglesia en Colombia reitera su compromiso con la esperanza y la paz, inspirando a los consagrados a seguir siendo luz y testimonio en medio de las adversidades. «Agradezcamos, celebremos, fortalezcamos nuestro sí», concluyó monseñor Pinzón, animando a renovar la fe y el servicio con alegría y entrega.
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