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La Iglesia en Ecuador se despide del Papa Francisco desde la fe, la gratitud y la esperanza - ADN Celam

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La Iglesia en Ecuador se despide del Papa Francisco desde la fe, la gratitud y la esperanza

Desde la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, el Consejo de Presidencia ha difundido un mensaje en el que se honra el legado del Papa Francisco, recordando sus palabras, sus gestos, sus sueños y su estilo pastoral cercano, evangélico y latinoamericano.

La Iglesia católica y el mundo entero se han enterado del fallecimiento del Papa Francisco. La noticia de su partida a la casa del Padre ha tocado el corazón de millones, pero también ha despertado una corriente de gratitud por la vida, la misión y el testimonio del primer Papa latinoamericano.

Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere queda solo; pero si muere da mucho fruto” (Jn 12, 24). Estas palabras del Evangelio de Juan resumen con claridad lo que ha sido su existencia: una entrega que germinó abundantes frutos de fe, justicia, misericordia y renovación, así lo expresa la Iglesia ecuatoriana.

El Papa de la esperanza, la misericordia y la escucha

El comunicado de los pastores ecuatorianos resalta al Pontífice que en su mirada contemplativa y su llamado al “Jubileo Peregrinos de Esperanza” muestran que, anclados en Cristo, se puede sobreponer a las tempestades y caminar hacia una nueva humanidad, por ello es “el Papa de la Esperanza”.

Asimismo, remarcan el lema de su pontificado Misericordiae utque eligendo, enseñó que la misericordia de Dios es fuente de alegría y paz, vence muros de indiferencia y une al proyecto de un amor que sana y acoge.

Como pastor atento al Espíritu, al pueblo y a los marginados, impulsó un discernimiento que exige autoconocimiento, libertad filial y decisiones maduradas en el amor: “Nos enseñó el arte y el gusto del discernimiento espiritual y pastoral. Fue un pastor con el corazón y el oído inclinado a la escucha atenta del Espíritu Santo, del pueblo de Dios y de las voces de los marginados en las periferias geográficas y existenciales. Discernimiento que se constituye en memoria y profecía porque Dios no deja de venir a nuestro encuentro saliendo de sí mismo y rompiendo nuestros esquemas y prejuicios”, afirman los obispos.

El Papa del corazón, la fraternidad y la sinodalidad

Los obispos ecuatorianos recuerdan que en su visita a Ecuador (2015) subrayó que el Corazón de Jesús es el centro del mundo y urgió a redescubrir la profundidad interior en una sociedad dominada por la inmediatez tecnológica.

Además, recordaron que, desde su primer saludo en el balcón de San Pedro, promovió un camino eclesial de diálogo, acogida y comunión bajo la guía del Espíritu Santo, y no un parlamento institucional: “Fue el inicio de un camino entre el pastor y su rebaño marcado por la fraternidad, la escucha, el diálogo, la acogida, la paz y la esperanza. Volver a caminar juntos es el camino y horizonte de la Iglesia y de la humanidad hacia la fraternidad y amistad universal”.

Las autoridades eclesiales de Ecuador, también ponen énfasis en el impulso al proceso sinodal que no fue un acto institucional, sino un retorno al Evangelio, al camino compartido. En la apertura de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos (4 de octubre de 2023) decía: “El Sínodo es un camino que realiza el Espíritu Santo. […] No olvidemos, hermanos y hermanas, que el protagonista del Sínodo no somos nosotros: es el Espíritu Santo”.

Papa de la Pastoral del Encuentro, soñador y devoto de María y San José

Para Francisco, es recordado por los pastores ecuatorianos como el Papa de la Pastoral del encuentro, para quien la verdad del Evangelio se da en el encuentro sincero, abierto, reconciliador. Una verdad que se hace carne en la Eucaristía, donde Dios y el prójimo se tocan y aman más con obras que con palabras. En su homilía en Quito, unió el grito de la independencia con el grito evangelizador de Jesús: “Quisiera que hoy los dos gritos concorden bajo el hermoso desafío de la evangelización”. (7 de julio de 2015)

El Papa que nunca dejó de ser un pastor “con olor a oveja” y en Querida Amazonía compartió sus cuatro sueños (social, cultural, ecológico y eclesial), invitando a una Iglesia en salida más que al confort.

La devoción del Papa Francisco a la Virgen María y a San José fue una constante en su vida. Eligió iniciar su pontificado el 19 de marzo de 2013, en la solemnidad de San José, para resaltar el amor silencioso y protector de Dios. Además, antes y después de cada viaje pastoral acudía a orar ante la Virgen María, Salus Populi Romani, en la Basílica de Santa María la Mayor.

Guardaba en su breviario una estampa de la Virgen Dolorosa del Colegio (Quito), testimonio de su cercanía a los pueblos de América Latina y, en particular, a Ecuador.

Hoy la Iglesia responde con un corazón lleno de fe

En cada uno de estos aspectos, el comunicado invita a seguir elevando oraciones de gratitud y a llevar el “grano de trigo” de su testimonio a la Eucaristía como ofrenda de amor.

Como en la parábola del grano de trigo que debe morir para ser fecundo, también nosotros vayamos llevando -junto al pan y el vino- el grano de trigo de nuestro Papa latinoamericano a la tierra de la Eucaristía para entregarlo en un ofertorio de amor y de gratitud”, asegura el Consejo de Presidencia de la CEE.

Al mismo tiempo, exhortan a tener en la memoria las palabras del Papa Francisco: “¡Les pido por favor, no se olviden de rezar por mí!”, un pedido constante que hoy, la Iglesia entera responde con un corazón lleno de fe, elevando oraciones de acción de gracias por su vida, testimonio y misión.

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