Con el fin de fortalecer la articulación y los servicios de la Iglesia para mejorar las respuestas a los clamores de las personas migrantes, desplazadas, refugiadas y víctimas de trata, el pasado 15 de agosto se llevó a cabo en Quito, el encuentro de los miembros de la Red Clamor Ecuador.
Un espacio de comunión donde participaron las Organizaciones de la Iglesia de la Provincia de Pichincha, así como los miembros que integran la Red Clamor. Son ellos: Misión Scalabriniana, Pastoral Social Cáritas, Servicio Jesuita a Refugiados y la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos y Religiosas.
Según lo reportaron sus organizadores, fue un momento de reflexión que permitió a partir de un análisis del contexto migratorio que se evidencia, tener una mirada más objetiva del territorio y conocer las acciones que desarrollan cada uno de los integrantes de la Red Clamor de este país.
Prevención y protección
Así entonces, con esa lectura crítica del fenómeno migratorio, buscaron potenciar los esfuerzos y crear alianzas conjuntas que promuevan las acciones que se desarrollan desde cada uno de los territorios, activando de esta forma el tejido social a través de espacios comunitarios activos.
“Humanizar la movilidad y establecer una ruta de protección a nivel provincial permite activar los mecanismos legales para la salvaguarda de la integridad y vida digna de las personas”, aseguraron.
Otro punto de la agenda, fue detallar los servicios que cada organización que integran la Red realiza; así como conocer las vinculaciones o alianzas que se tiene con otras instituciones en condición de movilidad humana y trata de personas, esto con el fin de establecer las directrices del trabajo a realizar a partir de los servicios que ofrece cada integrante de la Red.
Igualmente, haciendo eco a las palabras que el Papa Francisco les dijera al Consejo Mundial de las Iglesias “No hay excusas: podemos caminar juntos, orar juntos y trabajar juntos”, la Red Clamor Ecuador interiorizó este llamado y continúa con todo el carisma haciendo presencia activa en los lugares donde hay migrantes, prestándoles atención integral, haciendo acompañamiento en todo el proceso, pero, sobre todo, protegiendo a la persona y sus afectividades.
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