“La sinodalidad llama a la iglesia a hacerse experta en el encuentro, en la escucha de Dios y su Palabra, en la escucha de los demás para entrar en un proceso de discernimiento eclesial, un diálogo con la palabra de Dios”. Es una de las reflexiones que compartió el Cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos con los participantes en el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar, reunidos en su asamblea plenaria del 25 de julio al 1 de agosto en Ghana.
El representante del organismo consultivo, recordó que el objetivo de la sinodalidad es que la gente pueda discernir como ir hacia adelante, buscando que la iglesia sea más sinodal, lo que representa una oportunidad muy importante para los líderes de las iglesias en África que a menudo enfrentan diversas problemáticas que esperan una respuesta pastoral por parte de la Iglesia.
Realidad y sinodalidad
Muestra de ello es que por razones de seguridad fue necesario cambiar la sede de la Asamblea desde Burkina Faso a Ghana, lo que hace evidente la gravedad de los conflictos que se viven en África. Sin dejar de lado que muchas de las personas que ejercen la violencia contra otros se justifican con el nombre de Dios y sus creencias religiosas. Se trata de preocupaciones para la Iglesia africana presentes en las temáticas propuestas para el análisis y la discusión durante la agenda de la Asamblea.
De ahí que el Cardenal Grech recordara que la iglesia en África tiene la gran responsabilidad de trabajar sin descanso por la reconciliación, la justicia y la paz.
La gente no vive tranquila en África, por los problemas de seguridad y violencia; sin dejar de lado el fenómeno de la migración que en este continente es perturbador, porque muchos africanos, principalmente jóvenes, intentan todos los días cruzar el desierto del Sahara, el mar Mediterráneo o cualquier frontera en busca de seguridad y paz, en últimas de un mejor estilo de vida.
Pero ¿por qué los temas relacionados con la migración y la seguridad son importantes para la iglesia? ¿Cómo se relacionan estas dificultades con la experiencia de la sinodalidad?, cuestionó el cardenal Grech a los presentes. La respuesta está en la palabra Comunión porque la iglesia católica es un solo cuerpo, y si una parte del cuerpo está sufriendo, esto afecta a todos, esa es la comunión, la sinodalidad.
“Hay que experimentar el Evangelio a través de la solidaridad con los más marginados y excluidos de la sociedad,” afirmó el Cardenal Grech tras recordar que la comunión nos invita a vencer la indiferencia ante el dolor; asumiendo con valentía los problemas que afronta la población africana.
Apertura, escucha y discernimiento
Desde la Secretaría del Sínodo la invitación para la Iglesia africana es a seguir el mandato del Buen Samaritano, es decir, “bajarse del pedestal de la indiferencia y sanar las heridas de nuestros hermanos que sufren las inclemencias de la pobreza, la migración, la inseguridad, la intolerancia, la violencia y el desplazamiento forzado,” porque como lo afirma el Evangelio de Mateo en su capítulo 25: “Lo que ustedes hagan por mis hermanos y hermanas, lo hacen por mí” a lo que el Cardenal Grech agrega «todos están implicados y comprometidos en la misión de ayudar a la gente».
Comunión, participación y misión son el centro del sínodo. La sinodalidad le da sentido a la labor de ayuda a los menos favorecidos. En este camino, no estamos solos, estamos todos juntos. La asamblea del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar es una oportunidad para discernir los deseos de Dios, así como para encontrarse y escucharse entre todos.
“Todos estamos llamados a ser arquitectos de la sinodalidad, sin importar el contexto en el que nos encontramos” afirmó el prelado.
África posee un regalo especial para la iglesia, ya que sus culturas están descubriendo y asimilando el significado de la sinodalidad: dignificar al ser humano en la presencia de Dios, lo que debe motivarnos para no esconder los aportes que tiene África a la sinodalidad, conservando la apertura para escuchar y dialogar, sin perder la atención durante los procesos de discernimiento.
La fase continental
De esta forma el cardenal explicó que la experiencia sinodal está avanzando hacia su segunda fase, es decir, hacia la realización de siete asambleas sinodales en coherencia con el número de continentes. El objetivo de estas asambleas es ofrecer al pueblo de Dios la oportunidad de hacer una síntesis espiritual de los resultados de la consulta y abordar el discernimiento usando herramientas que son específicamente de la gente, entre las que figuran la experiencia humana, la riqueza de su cultura, sus tradiciones religiosas y expresiones litúrgicas. Con esto se busca que todas las iglesias en el mundo compartan sus experiencias.
Las conclusiones de la asamblea serán enviadas al secretario y serán compiladas en un documento que será discutido en Sínodo, en octubre de 2023.
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Abiertos al Espíritu
Para ayudar a organizar las asambleas en los diferentes continentes, el Cardenal Mario Grech anunció que Mauricio López como miembro de la Comisión metodológica del Sínodo y director del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del Celam, delegará algunas tareas para que cada iglesia en cada continente entregue sus contribuciones al proceso sinodal.
Finalmente, el Cardenal Mario Grech deseó un buen viaje durante la experiencia sinodal, en estrecha unión con el Evangelio, con la mente abierta a las culturas de África y atentos a las indicaciones del Espíritu Santo, sin perder la oportunidad de interactuar con la gente, escuchando y haciendo el discernimiento necesario sobre problemas como la migración y la inseguridad que son causas de misión para la Iglesia en esta parte del mundo.
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sí recuerda el Cardenal Grech
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