En el contexto de la segunda sesión del Sínodo de la Sinodalidad, el espacio “En Clave Sinodal” reunió a varios laicos comprometidos con la misión de la Iglesia, quienes compartieron experiencias y reflexiones sobre su rol en la vida eclesial, a través de testimonios provenientes de distintos países de América Latina.
Colocar a Jesús en el centro
Monseñor Ricardo Morales, obispo de Copiapó, Chile, compartió la iniciativa pionera en su diócesis, con el nombramiento de una mujer laica, casada, como responsable de una parroquia en la ciudad de Vallenar.
El obispo Morales describió esta experiencia como un avance hermoso para la comunidad católica: “Una experiencia pionera, que ha significado colocar a Jesucristo en la vida de la Iglesia particular, colocar a Jesucristo en la vida de la Iglesia parroquial, y descubrir que todos y todas podemos aportar mucho desde lo que somos y, como digo, desde nuestra vocación específica”.
La decisión se enmarca en las posibilidades que ofrece el derecho canónico, el cual permite a los laicos asumir responsabilidades en la dirección pastoral, especialmente en contextos donde la escasez de sacerdotes y las necesidades locales requieren de nuevas formas de organización eclesial.
Iglesia de escucha y conversión
Sonia Gomes de Oliveira, presidenta del Consejo Nacional de Laicos de Brasil, reflexionó sobre el proceso sinodal en la vida de la Iglesia y cómo se abre un nuevo camino de diálogo, cercanía y conversión.
Gomes dijo que el proceso sinodal no solo representa una reflexión intelectual, sino una invitación a una experiencia de escucha: “Para llegar a las personas, el primer paso es experimentar la escucha, el respeto por ellos, el acercamiento a la persona”.
Para Sonia, la Sinodalidad es un proceso en el que es posible contribuir a partir de la escucha: “Es vivir una experiencia de la razón, del corazón, pero también de la presencia”.
Corresponsables de la misión en la Iglesia
Néstor Esaú Velásquez, laico de la Diócesis de León en Nicaragua, recalcó el rol de los laicos en la vida y misión de la Iglesia.
Afirmó que “el aporte es enorme, sobre todo a nosotros, los laicos, nos mete en la dimensión de la corresponsabilidad. Muchas veces creemos que la responsabilidad de la Iglesia es solamente del sacerdote, de la religiosa, y el laico está afuera, está exento de esa responsabilidad”, y negó que esto deba ser de esta manera, llamando a la corresponsabilidad en la misión.
Velásquez reiteró esta necesidad de comprender que “todos somos parte de esa misión de la Iglesia” y animó a dar un servicio comprometido como laicos y a realmente “vivir esta experiencia de caminar juntos en Sinodalidad”.
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