Cada 28 de diciembre la Iglesia católica conmemora a los Santos Inocentes, una oportunidad para hacer un homenaje y un llamado a la vida y al respeto de la dignidad de cada persona.
Para hacer memoria de esta fecha litúrgica, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de Buenaventura, Colombia, ofrece una reflexión donde invita a mirar más allá de los hechos históricos para encontrar un profundo mensaje de vida, dignidad y justicia.
Tomando el Evangelio de Mateo (Mt 2,15), monseñor Jaramillo recuerda el duro episodio donde Herodes, enfurecido, ordenó acabar con la vida de todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores. “Este hecho refleja el grado de maldad al que la ira humana puede llegar a cometer”, afirma. Destacando que, aunque la ira no es mala en sí misma, puede llegar “a enceguecer a una persona que la experimenta porque hace pagar su revancha y su venganza a alguien que no lo merece y en este caso al inocente”.
La violencia en nuestra sociedad
El prelado, observa que actualmente la sociedad se ha ido acostumbrando a vivir en un ambiente de violencia, sea directa, estructural o simbólica, negando la dignidad de quien es visto como una amenaza, hecho que señala, siempre termina en la negación o aniquilación del “otro”.
“Los niños menores de dos años derramaron su sangre inocente debido a la furia de un gobernante injusto. Pero ellos triunfaron porque lograron la gloria inmediatamente al inicio de sus vidas”, apuntó.
Un llamado a proteger la vida y la dignidad
La celebración de los Santos Inocentes, dice, no solo es un homenaje a aquellos niños que dieron su vida sin saberlo, sino también una oportunidad para reflexionar sobre los “inocentes” modernos: migrantes, desplazados, víctimas de la violencia, vulnerables y descartados por la sociedad.
Finalmente, invita a descubrir en estos mártires el mensaje de amor que emana del pesebre y a alejarnos de la malicia del pecado. “Que el amor de estos niños por el Hijo de Dios nos inspire a reconocer en Cristo al único salvador del género humano y a comprometernos a proteger la vida y la dignidad de cada persona”.
En este día, recordemos a los Santos Inocentes con una mirada de esperanza y compromiso, y respondamos al llamado a construir una sociedad donde prevalezca la justicia, la paz y el amor.
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