Durante el 4.° Congreso Latinoamericano “Inteligencia Artificial y Abusos Sexuales: Un nuevo desafío para la prevención”, realizado en Lima, Perú, el secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, Mons. Luis Manuel Alí Herrera, compartió sobre la necesidad de que la Iglesia y la sociedad promuevan el uso ético de la inteligencia artificial (IA).
En su reflexión sobre el sueño de la inteligencia artificial, preguntó a un sistema de IA sobre su aspiración, y la respuesta fue: “Llegar a ser tan bueno, que incluso, sorprenda a mis creadores”. Partiendo de esta respuesta, Mons. Alí señaló el desafío actual es garantizar que la tecnología sorprenda por su optimización para hacer el bien.
Aunque no es un experto en IA, el prelado reconoció la influencia de la tecnología en su vida cotidiana y en su labor pastoral, utilizando herramientas como DeepL para traducciones o ChatGPT para ampliar conocimientos.
Una carrera contra el tiempo
El obispo se refirió a la dualidad de la inteligencia artificial: mientras que en el campo de la medicina se generan diagnósticos rápidos y precisos, también es posible que esta tecnología sea usada para perpetrar delitos. Los sistemas de IA pueden ser utilizados para crear material de abuso sexual infantil, manipular información o perpetuar sesgos algoritmos que afectan negativamente a las víctimas.
Ante esta realidad, “la cooperación internacional y el intercambio de buenas prácticas es un aspecto fundamental para hacer frente a los desafíos de la inteligencia artificial”, dijo, a tiempo de recordar que la Comisión Pontificia para la Protección de Menores promueve la solidaridad y recursos para desarrollar normas universales en materia de tutela y protección.
Se presentó el trabajo del investigador y activista, Uki Shonivar, quien ha desarrollado una herramienta impulsada por aprendizaje automático, que recopila, almacena y preserva testimonios de sobrevivientes de violencia sexual. Este sistema permite a las víctimas narrar sus experiencias y decidir si desean emprender acciones legales en el futuro, asegurándoles apoyo jurídico y emocional.
La legislación debe evolucionar con la tecnología
El caso de “Brenda”, un chatbot diseñado para atender denuncias de violencia doméstica, fue analizado por su incapacidad para responder adecuadamente a la denuncia de una usuaria, lo que evidenció la necesidad de diseñar tecnologías con sensibilidad cultural y lingüística.
Los expertos coincidieron en que la legislación debe evolucionar al ritmo de la tecnología. La Internet Watch Foundation señaló que algunos gobiernos han comenzado a legislar contra la generación de material de abuso sexual infantil mediante IA, incluyendo la prohibición de manuales que enseñan a utilizar estas herramientas con fines delictivos.
Una de las grandes conclusiones de la autoridad eclesial fue la necesidad de establecer normativas claras y universales para enfrentar los desafíos de la inteligencia artificial en el ámbito de la protección infantil y de personas vulnerables. En este contexto, se mencionó la “Ley Olimpia” de México, que ha servido de modelo en la regulación contra la violencia digital y la difusión de contenido sexual sin consentimiento.
La IA en la Evangelización y la promoción de la cultura del cuidado
El obispo también se refirió a la formación en ética digital. Mons. Alí Herrera subrayó que la Iglesia ha avanzado en la evangelización digital con eventos como “Hechos 29”, en Colombia, donde se abordan los desafíos del continente digital y se establecen directrices para el uso responsable de la IA en la misión pastoral.
Asimismo, se mencionó el documento “Antiqua et Nova”, emitido el 28 de enero de 2025 por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y el Dicasterio para la Cultura, que aborda la relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana. En este texto se enfatiza la necesidad de fomentar el pensamiento crítico en la educación, promoviendo libertades responsables y discernimiento en el uso de los datos.
La autoridad eclesial dijo la inteligencia artificial debe ser vista como una herramienta complementaria de la inteligencia humana, pero nunca como un sustituto de la capacidad de discernimiento, empatía y ética que nos define como seres humanos: “La inteligencia está moldeada por el amor divino y posee una dimensión contemplativa esencial que va más allá de cualquier utilidad particular. La inteligencia artificial por su parte, debe ser vista como una herramienta complementaria de la inteligencia humana sin sustituir su riqueza”.
Por una cultura de prevención
El Papa Francisco, en sus mensajes sobre tecnología y dignidad humana, señaló que se debe garantizar un control significativo del ser humano sobre la toma de decisiones de los sistemas automatizados. “Está en juego la misma dignidad humana”, dice el Santo Padre.
El camino a seguir requiere una cooperación interinstitucional, la promoción de políticas públicas eficaces y el fortalecimiento de una cultura de la prevención.
La autoridad eclesial concluyó su intervención con un poema de la escritora española Begoña Abad dedicado a su madre: “No sé si te lo he dicho. Mi madre es pequeña y tiene que ponerse de puntillas para besarme. Hace años, yo me empinaba, supongo para robarle un beso. Nos hemos pasado la vida estirándonos y agachándonos para buscar la medida exacta donde poder querernos”.
De esta manera Mons. Alí describió lo que acontece en nuestros días con la inteligencia artificial, donde la humanidad se encuentra en un constante esfuerzo por “estirarse y agacharse” en busca de la medida exacta para “relacionarse con una tecnología que avanza más rápido que nuestra capacidad para comprenderla”.
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