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Mons. Daniel Blanco: “Nos corresponde comunicar el bien y hacerlo con excelencia”

Mons. Daniel Francisco Blanco Méndez es costarricense y es el nuevo Coordinador del Consejo del Centro para la Comunicación del Celam, elegido el 18 de mayo por la 39.ª Asamblea General Ordinaria en Aguadilla (Puerto Rico).

A sus 49 años, Mons. Daniel es licenciado en derecho canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y se ha desempeñado como vicario parroquial, cura párroco, juez del tribunal eclesiástico de la Provincia de Costa Rica, oficial de asuntos sacramentales, canciller de la curia metropolitana, vicario general y moderador de la curia, miembro del consejo presbiteral y del colegio de consultores, y desde 2018, tras su ordenación episcopal, fue nombrado obispo auxiliar de San José. Asimismo, en la Conferencia Episcopal de Costa Rica, preside la Comisión Nacional de Comunicación.

En esta entrevista, Mons. Daniel comparte sus expectativas y esperanzas de cara a la nueva responsabilidad que asume en el Consejo Episcopal Latinoamericano.

¿Cómo se siente en este momento?

Con mucha ilusión, es un trabajo que es muy importante y muy bonito. Es un poco lo que hago en la Conferencia Episcopal de Costa Rica y en la arquidiócesis de San José, donde soy obispo auxiliar. Entonces me ilusiona poder hacerlo también a nivel latinoamericano.

Evangelizar a través de la comunicación

¿Cuál es su expectativa frente a esta nueva misión y a lo que estamos viviendo con el proceso sinodal?

Primero, quiero conocer el Centro. Obviamente conozco los frutos del centro, cuando se dan las noticias y diferentes comunicaciones. Pero ya la organización es un asunto que debo conocer más, y esa también es mi ilusión, porque la idea es aprender. Mi especialidad no es la comunicación, yo soy canonista por estudio, entonces el tema de la comunicación es nuevo para mí y tengo mucho que aprender.

En la Asamblea, con respecto a comunicación, a mí específicamente me llamaron la atención dos cosas: el tema de “comunicar el bien y comunicar bien” fue una frase que me impresionó y creo que es importante; nos corresponde comunicar el bien que, como Iglesia, es lo que comunicamos: comunicamos a Cristo y comunicamos el Reino, pero tenemos que hacerlo bien y con excelencia. Y lo otro que se dijo fue si no lo comunicamos nosotros, otros lo darán a conocer desde otra perspectiva, y seguramente hasta mal intencionada. Entonces es fundamental todo el trabajo que podamos hacer para dar a conocer lo que la Iglesia hace, y la importancia de evangelizar a través de la comunicación.

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Obispo joven

Usted es uno de los obispos más jóvenes de Centroamérica…

Hasta hace algunos meses era el más joven de Centroamérica, y cuando me eligieron obispo era el más joven de toda América, pero ya los años van pasando y obviamente algunos han sido elegidos más jóvenes que yo. Pero creo que en la Asamblea [del Celam] sigo siendo el más joven.

El Señor me llamó al episcopado muy joven. Yo tenía en ese momento 44 años y 17 de ser presbítero. En este momento tengo 22 de presbítero y acabo de cumplir cinco de ser obispo. Tengo 49 años de edad, ya este año llego al ‘quinto piso’, como decimos en Costa Rica. Soy de la arquidiócesis de San José, ahí me ordené presbítero y ahí he trabajado toda la vida, y donde soy obispo auxiliar. Después de seis años de trabajo en parroquia, fui a estudiar derecho canónico en la Gregoriana y cuando regresé empecé a trabajar en temas de derecho. También en causas penales que a veces son un poco triste llevar adelantes.

El nuevo arzobispo me pidió trabajar como canciller, luego como vicario general y ahora como obispo auxiliar. Soy de un pueblo cerca de la capital que se llama Coronado, ahí viven mis papás, mis dos hermanos y mis cuatro sobrinos.

Alguna vez vi una noticia donde usted estaba haciendo unas salsas especiales para ayudar a una parroquia, y con tu traje de ‘chef’…

(Risas). En realidad, en la casa mi mamá cocina muy bien y los hijos aprendimos. Entonces me gusta cocinar y sí, creo que para todos el tema de la pandemia golpeó económicamente nuestras parroquias, y para colaborar un poco me han pedido que les ayude y en algún momento un párroco ha hecho un bingo donde uno de los premios era una cena hecha por mí, y se empezó con el tema de las salsas picantes que en algún momento los obispos las probaron, y luego alguien quiso comercializarlas para ayudar a la parroquia.

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Comunicar para sanar las heridas

¿Qué mensaje le gustaría compartir con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, dedicada a la temática: “hablar con el corazón”?

Pienso que la comunicación nos corresponde a todos los que tenemos que comunicar, no solamente a los comunicadores, porque quien da una catequesis o un sacerdote que da una homilía, también comunican, y tenemos que comunicar esa cercanía y misericordia de Dios. El Pueblo de Dios vive muchas situaciones de dolor, y debemos sanar las heridas del corazón humano, y creo que nos corresponde comunicar la cercanía de Dios con nuestro mensaje y con nuestra comunicación sanar tantos corazones heridos.


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