Este año, la 57.ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales tiene, como tema, “hablar con el corazón, «en la verdad y en el amor» (Ef 4,15)”. En ‘Rostros y voces’ conversamos con Mons. Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina) y miembro del Dicasterio para la Comunicación, sobre el sentido de este mensaje para los comunicadores y las comunicadoras de América Latina y el Caribe.
¿Qué significa para usted “hablar con el corazón”?
Implica compromiso, no es solamente transmitir ideas, transmitir pensamientos, sino comunicarse uno mismo, entregarse uno mismo. Hablar con el corazón tiene que ver con eso, es una manera de decir. En la Biblia se usan otras expresiones también, como algo entrañable, “hablar desde las entrañas”, que es justamente eso. No decir algo que pueda ser prolijo a aséptico, sino que implica también un actitud interior de buscar la comunión.
A propósito de esta Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales, ¿cuál es el aporte de los comunicadores para ayudar a que la Iglesia sea cada vez más sinodal?
Yo vincularía esta jornada con la temática de la del año pasado que era “escuchar con el corazón”. La escucha es una de las fases muy importantes del camino sinodal, y ahora comunicar, hablar con el corazón, que es justamente participar en la vida de la Iglesia, de la comunidad cristiana, para caminar juntos. No se trata de compartir análisis de encuestas, sino lo que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones para poder juntos discernir el camino que tenemos que transitar.
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¿Hay alguna experiencia de escucha que lo haya tocado de manera particular?
A mí me ha enriquecido mucho percibir de cerca la situación de la Iglesia en distintas culturas. Es maravilloso ver cómo el mismo Evangelio se expresa, vive, late en situaciones culturales tan distintas, y realmente nos muestra esa catolicidad, esa universalidad. El Señor envió a los discípulos, como leemos en el Evangelio de San Mateo, en el capítulo 28: “vayan por todo el mundo a anunciar la buena noticia”. Y producto de este envío, junto con el Espíritu Santo, es que hoy la Iglesia vive y expresa su fe en tantos lugares y en tantas culturas.
Para terminar, le pido que comparta una breve oración con los comunicadores de nuestro continente, y nos dé su bendición.
Que Jesús que nos llama y nos envía, les ayude a poder expresar buenas noticias, y que puedan expresar estas noticias nuevas con el corazón, dando testimonio de la vida nueva de Jesús resucitado. Y que Dios nos acompañe con su bendición, él que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
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