Un llamado a vencer la indiferencia con generosidad, considerando desde la conciencia la gravedad de las necesidades que otras personas padecen y frente a las que existe la posibilidad de aportar. Este es el tema central de la reflexión de Monseñor Jorge Lozano durante la presente semana.
Procrastinar como salida
Tomando como base el concepto de la palabra procrastinar, el secretario general del Celam recuerda que este término últimamente usado en diferentes escenarios para referirse al deseo de postergar tareas importantes por otras actividades menos necesarias aplica muy bien para quienes prefieren mirar hacia otro lado eludiendo las responsabilidades o los dolores para refugiarse en actividades más placenteras.
«Buscar una vida cada vez más cómoda y sin problemas nos vuelve individualistas, egoístas y nos va achicando horizontes de sentido,» afirma el prelado y esta es una de las tendencias que va surgiendo y de las que hemos de cuidarnos si reconocemos a la humanidad como una sola familia.
Procrastinar no necesariamente es un defecto del carácter sino una manera de enfrentar situaciones desafiantes ante las que de manera consciente decidimos evitar amparándonos en una buena excusa. Recordando que en Argentina este fin de semana se adelanta la colecta «Más por menos,» Monseñor Lozano advierte que el lema escogido para este año «Aliviando el dolor de hoy, alimentamos la esperanza» se compone de dos partes que bien pueden relacionarse con esa tendencia a procrastinar.
Sobre la primera parte del lema el prelado argentino sostiene que los dolores y necesidades de muchos hermanos deben atenderse hoy, porque quizá la próxima semana ya sea muy tarde. Se trata de urgencias que no pueden esperar y antes las que no podemos simplemente «procrastinar«. En este sentido la invitación que nos hace tanto el prelado como la realidad misma es hacer vida el adagio popular «No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy«.
Romper la burbuja
Al respecto el prelado exhorta a «romper la burbuja en la que vivimos y pasar del yo al nosotros. Hace falta pensar en plural, en conjunto«.
En el tiempo que estamos viviendo, Monseñor Lozano señala es necesario desplegar sueños comunitarios para crecer en fraternidad. Mucho más cuando existe el anhelo de una sociedad en la que exista espacio para todos donde la dignidad no sea un ideal posible para unos cuantos.
Continuando con el análisis del lema de la campaña, la segunda parte habla de alimentar la esperanza como un efecto de nuestra solidaridad.
Frente a esto el arzobispo de San Juan de Cuyo nos recuerda que ante las situaciones difíciles existe un clima de decepción al interior de muchas familias. Experiencias de fracaso que se hunden en una sensación de impotencia ante realidades que parecen imposibles de superar, situaciones de exclusión y carencia permanente en las que pareciera la esperanza es una utopía o una palabra vacía imposible de experimentar.
Así advierte el prelado «la solidaridad, la cercanía, acrecientan la confianza,» logrando transmitir el aliento que extiende una mano para salir de diferentes estados de postración, ante los que vale la pena liberarse de la procrastinación que nos encierra en nuestras excusas y enajena del sufrimiento, incluso de los que hacen parte de nuestra vida.
Menos indiferencia
La campaña «Más por menos» además de invitarnos a salir de nuestro cómodo entorno para ayudar es una oportunidad para la conciencia frente a las necesidades que todos tenemos pero que las circunstancias hacen más evidentes en unos que en otros.
Iniciativas que se unen a otros acontecimientos que también aborda Monseñor Lozano en su comentario; como es el caso de la convocatoria a rezar este fin de semana por la paz y la fraternidad. Para el prelado nos hallamos ante una fuerte situación de contradicción porque el lenguaje habla de paz pero los gestos y actitudes de violencia.
«La causa es la pretensión de maquillar la realidad, usar una máscara de diálogo para ocultar la intolerancia. Se respira intransigencia en un aire enrarecido,» afirma el obispo argentino lo que al final es otra manera de procrastinar. La exhortación es a la plegaria para pedir “más ternura por menos agresión”, “más diálogo por menos soberbia”, “más amor por menos indiferencia«, “más equidad por menos exclusión;” menos procrastinación porque como afirma Monseñor Lozano, el hambre, en sus diversas expresiones se convierte en otra manifestación de la violencia y no podemos dejar de lado a quienes son víctimas de esta forma de agresión.
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Un nuevo obispo
Refiriéndose a otro tema de la realidad argentina, el obispo cierra su reflexión compartiendo la alegría por la reciente designación del padre Mario Héctor Robles como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo. Una presencia que será de gran ayuda para el desarrollo de la misión de la Iglesia en esta parte de Argentina. «Quiero agradecer al Santo Padre por este nombramiento, y te pido recemos a nuestra Madre para que proteja con ternura al padre Mario,» concluye.
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