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Mons. Lizardo Estrada a la Acción Católica: “Todos los bautizados somos corresponsables de llevar la Buena Nueva hasta las periferias”

“Una Acción Católica sinodal y en salida para los desafíos de América” ha sido el tema del Encuentro Continental Americano 2023 de la Acción Católica que se ha celebrado en la mañana de este sábado 8 de junio, en modalidad virtual, con la participación casi un centenar de representantes de la Acción Católica del continente.

Emilio Inzaurraga, coordinador del Foro Internacional de Acción Católica (FIAC) de América, introdujo el encuentro saludando a los participantes. También la española Eva Fernández, coordinadora de FIAC, expresó su alegría por este espacio para seguir profundizando sobre el proceso sinodal.

Enseguida se realizó un panel que contó con la presencia de Mons. Lizardo Estrada, Secretario General del Celam, quien disertó sobre los desafíos eclesiales en el camino misional a la luz del Sínodo de la Sinodalidad.

Una Iglesia que escucha

“Ya han pasado casi dos años desde que el Santo Padre nos convocó a recorrer este camino recordándonos que más que un evento, se trataba de un proceso, donde lo central estaba en la escucha”, comenzó diciendo Mons. Lizardo, enfatizando la importancia de ir “asumiendo en la práctica un estilo de Iglesia capaz de estar atentos a lo que el Espíritu nos dice en la voz del santo Pueblo fiel de Dios”.

Enseguida, a la luz del camino que se ha recorrido, desde las fases diocesanas y nacional hasta la publicación del Instrumentum Laboris para la sesión de octubre de 2023, el Secretario General del Celam compartió algunas intuiciones sobre los desafíos eclesiales para animar el camino misional de los laicos y laicas de Acción Católica presentes en América Latina y el Caribe.

Trabajadores de la viña del Señor

Al recordar que “tal como la sinodalidad, la misionalidad es constitutiva de la Iglesia”, subrayó que el verdadero protagonista de la misión es “Dios mismo, quien sabre caminos, anima con su Espíritu y transforma vidas con su palabra”. En este sentido, “en una iglesia misionera sinodal, nadie puede sentirse protagonista, artífice o centro porque somos enviados y dotados por Dios de los medios necesarios para extender el Reino, como humildes trabajadores de la viña del Señor”.

Asimismo, en la perspectiva eclesiológica de una Iglesia Pueblo de Dios, Mons. Lizardo también afirmó que todos los bautizados somos corresponsables de llevar la Buena Noticia de Jesús hasta las periferias que, a su vez, deben ser el centro de la Iglesia”. En este punto, también enfatizó que “la misión consiste en el anuncio alegre y gratuito de Jesucristo y de su misterio pascual a toda la humanidad, en una relación intercultural, pues está inserta en un mundo plural y diverso”, de modo que, como se afirmó en la Asamblea Regional del Caribe, durante la Fase Continental del Sínodo, “la misión, en clave sinodal, no es proselitismo, lo que lleva a una Iglesia autorreferencial, eclipsando el Reino de Dios, del cual es sacramento”.

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Misión inter-gentes

El concepto de misión inter-gentes –más que ad-gentes–, que cambia el foco de lo geográfico a los interlocutores, “porque los discípulos misioneros se sitúan en una relación horizontal y de comunión con todas las personas de buena voluntad, en quienes actúa el Espíritu de Dios”, permitió que el Secretario General del Celam se refiriera a la importancia que hoy tiene la misión programática, a la que se ha referido el Papa Francisco, que “implica poner en clave misionera la actividad habitual de las Iglesias particulares”.

La importancia del testimonio personal, en perspectiva misionera y en todos los tiempos y luagares, fue expresado en el Documento Síntesis de la Fase Continental del Sínodo en América Latina y el Caribe en los siguientes términos: “la evangelización se realiza mediante el testimonio de la vida personal y comunitaria. La fe crece por la atracción de la gracia de Dios, valora a las personas y los pueblos como sujetos, y reconoce el patrimonio evangelizador de los pueblos indígenas y afrodescendientes que viven la fe a su modo”.

Los pobres, los jóvenes y la cultura digital

En consecuencia, “una Iglesia sinodal también debe poner de manifiesto la dimensión social de la evangelización (…), renovando la opción preferencial por y con los pobres”, afirmó Mons. Lizardo, evocando algunos rostros de los pobres de hoy que fueron referidos en el Documento síntesis: rostros de mujeres, pueblos originarios y afrodescendientes, personas en condiciones de vulnerabilidad como los migrantes y los refugiados, personas con discapacidades, niños y ancianos vulnerados, y muchos otros.

Junto con la opción por los pobres, el Secretario General del Celam también se refirió al lugar central que una Iglesia sinodal debe dar a los jóvenes, “para estar cerca de ellos, curar sus heridas y acompañarlos en sus búsquedas”. Por ello, alentó a “pensar en nuevos métodos para encantar y rescatar la presencia de los jóvenes en la Iglesia, yendo a donde están y caminar junto con ellos”.

Finalmente, al referirse a la cultura digital y a las redes sociales, Mons. Lizardo afirmó que “sabemos que vivimos allí también y en este lugar estamos invitados a vivir como testigos”, retomando algunas palabras del Documento Hacia una plena presencia, del Dicasterio para la Comunicación: “no estamos presentes en las redes sociales para ‘vender un producto’; no estamos haciendo publicidad, sino comunicando vida, la vida que se nos ha dado en Cristo. Por eso, todo cristiano debe procurar no hacer proselitismo, sino dar testimonio”.

“El proceso sinodal nos invita a renovar este entusiasmo, pero no desde estrategias preconcebidas, sino desde el discernimiento surgido de la escucha al Espíritu que se manifiesta de muchas maneras, pero que lo hace en todos. Por eso estamos invitados una vez más a salir de nosotros mismos, de nuestras estructuras organizacionales, para abrirnos a las periferias, a las nuevas realidades, a los signos de los tiempos que nos muestran el camino a los lugares y las personas que una y otra vez necesita escuchar la voz de Dios”, concluyó el prelado peruano.

Luego de la intervención de Mons. Lizardo Estrada, Mons. Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina) y exsecretario general del Celam, también compartió algunas reflexiones sobre la dimensión social del Evangelio. El panel concluyó con la participación de Mónica Santamaría, Presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC).


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