“La Cuaresma es un tiempo de gracia para crecer por dentro, en la oración, la penitencia, y la caridad con los más necesitados, escuchando los clamores de los pobres y de la Madre Tierra”, recordó Mons. Lizardo Estrada este miércoles de ceniza, celebración que marca el inicio del tiempo que prepara el corazón de los creyentes para vivir la Semana Santa.
Trayendo a la memoria el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma del presente año, el secretario general del Celam insistió en la necesidad de “preparar nuestros corazones y abrirnos a la gracia de Dios”; siempre movidos por la esperanza que bien afirma el Pontífice “es el ancla del alma, segura y firme”. Así, el representante del organismo de comunión episcopal, ratificó el deseo de la Iglesia latinoamericana y caribeña de abrazar el llamado del Obispo de Roma; seguros de la imperiosa necesidad de “caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido”.
Ser sinodales
Una premisa que surge como fruto de comprender que esta es la única y verdadera vocación de la Iglesia: “caminar juntos, ser sinodales”. Un objetivo que prelado considera es parte del reconocimiento de la dignidad que tenemos como hijos de Dios, una condición que nos une e invita a replantear muchas de nuestras actitudes de cara a la realidad de nuestros pueblos.
“Queremos vivir para ir apropiándonos cada vez más, de las iniciativas que han brotado de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, y del Sínodo de la Sinodalidad”, afirmó el obispo, tras reconocer que “aunque somos diferentes y caminamos en diferentes velocidades, vamos en la misma dirección, hacia una misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia”. De esta forma el consagrado advirtió que la Cuaresma se presenta como un tiempo de gracia para examinarse y crecer , es decir, seguros de la fragilidad propia sin perder la disposición para abrir el corazón y caminar hacia la transformación, el cambio genuino.
Gestos concretos
Para Mons. Estrada es necesario reconocer que la Cuaresma es “un tiempo para salir de nosotros mismos”, superando aquellas actitudes que son producto del “egoísmo” y terminan por limitarnos y arrastrarnos a caer en lo que define como “autorreferencialidad”. Un término que el Papa Francisco emplea para advertir sobre los impedimentos internos para “acoger al hermano y a la hermana con gestos concretos o salir al encuentro de los demás, sobre todo de los que están alejados”. Sin olvidar, la necesidad que enfrentan de dar el paso que les permita integrarse a una comunidad, superar todo tipo de marginación.
Un camino que de acuerdo con el Papa Francisco es el primer paso para alcanzar la verdadera “conversión a la sinodalidad”. Opción que según el obispo peruano es necesario tomar por lo que exhorta en su mensaje a “seguir aferrados a la esperanza, la verdadera, la que no defrauda”, y que, en este tiempo de Cuaresma desde el Consejo Episcopal Latinoamericano, se unirá en una sola intención que, de modo especial, nos ayudará a “mantenernos firmes en la oración por el Papa Francisco, su salud y recuperación”. Confiando en Dios y su promesa porque siempre “estamos en sus manos”.
Mensaje que el prelado concluye deseando a los creyentes del continente que vivan “este peregrinar cuaresmal, guiados por nuestra Madre, la Santísima Virgen María, a quien decimos: ven con nosotros a caminar, mantén el ritmo de nuestra esperanza”.
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