Comentando el Evangelio de este domingo, Mons. Oscar Ojea afirma que “nos plantea que el descubrir a Jesucristo, encontrarse con Jesucristo, produce un cambio radical en la vida”. Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “uno es capaz de dejar todo cuando encuentra ese tesoro escondido en un campo”.
Una experiencia de saber dejarlo todo
El obispo de San Isidro ha relatado un ejemplo que dijo haberle conmovido mucho. En su relato dijo que “hace muchos años conocí un muchacho que estaba haciendo enormes esfuerzos para dejar la droga, estaba atrapado por la droga. Mientras estaba sumido en este tremendo flagelo no tenía conciencia de lo que significaba haber tenido un hijo, su hijo era como algo más dentro de su panorama vital totalmente nublado”. Siguiendo con sus palabras dijo que “cuando comienza a recuperarse con la fuerza de la comunidad que genera anticuerpos para poder defenderse y al mismo tiempo crear protección para aquellos que están sumidos en este mal, cuando empieza a recuperarse se tiene que internar y allí empieza a valorar que tiene un hijo”.
Según el presidente del episcopado argentino, “la conciencia de ese hijo fue factor fundamental para que él pudiera iniciar su rehabilitación”. Finalmente, relató Mons. Ojea, “me pide que lo bautice y me pide ir al bautismo de su hijo, pide autorización a la gente en donde estaba internado y realizamos el bautismo en la villa 21-24”. Contando lo vivido en aquel momento, señaló que “fue realmente una ceremonia sumamente emotiva, él había ido solamente por su hijo, ya no tenía relación con su compañera, con la mamá del chiquito”. Como momento culminante, contó que “cuando terminamos la ceremonia del bautismo él me pidió hacer una oración delante de él porque tenía que irse, no se iba a quedar a la fiesta”.
El obispo contó las palabras con las que el padre se dirigió a su hijo: “Vos ahora sos el sentido de mi vida, Yo me estoy curando para vos, me estoy poniendo mejor para vos quiero ser un buen padre, sé lo que puedo dejarte como herencia, y en este momento estoy pensando que el esfuerzo que hago y esta recuperación que estoy haciendo la tengo para vos, por eso te pido que me disculpes por todo el mal que te hice en el tiempo que no te reconocí y ahora vuelvo al lugar donde internado para estar de nuevo mejor para vos”. Mons. Ojea hizo ver que “a mí me conmovió tanto esa oración que me parece un buen ejemplo cuando uno descubre una realidad que está totalmente fuera de todos los otros parámetros en los cuales uno desarrolla su vida”.
Cuando descubrimos a Jesús, todo lo demás nos parece nada
A partir de la experiencia, el obispo de San Isidro insistió en que “vale la pena dejar todo cuando uno valora ese tesoro que está por encima de todo y que, en el caso de este muchacho, Daniel, le dio un sentido nuevo a toda su vida”. Para Mons. Oscar Ojea, “cuando encontramos a Jesús, cuando descubrimos a Jesús, todo lo demás nos parece nada”, recordando las palabras de San Pablo en las que dice: “Cuando descubrí a Cristo todo lo demás me pareció una basura, me pareció poquito porque lo bueno estaba en él verdaderamente”.
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Finalmente llama a pedir al Señor “poder descubrir ese tesoro en el camino de nuestra vida, porque ese tesoro se nos muestra de un modo concreto y así nos va a resultar mucho más simple dejar muchas cosas que nos parecen importantes, urgentes, valiosas, por aquel tesoro escondido, por aquella perla preciosa del Evangelio por la cual vale la pena entregar la propia vida”.
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