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Mons. Orlando Brandes: Pan, paz y fraternidad, los vinos que hoy faltan en Brasil

La fiesta de la Reina y Patrona de Brasil ha reunido a miles de devotos en torno al Santuario Nacional de Aparecida. Una Reina que el arzobispo de Aparecida relacionó con la Reina Ester, presente en la Liturgia de la Palabra de este día, una Reina que pide al Rey que salve la vida del pueblo, lo que llevó a Mons. Orlando Brandes a afirmar que «esto es lo que dice la Virgen: salva la vida del pueblo brasileño, de cada uno de nosotros, la vida humana, la vida cristiana, la vida social, la vida ecológica”.

 

Primera y más perfecta discípula

María es vista por el arzobispo como Madre de la Vida, pero también como la primera y más perfecta discípula de la Palabra, llamándonos a «escuchar la Palabra, escuchar a Dios, pero también escuchar el grito del pueblo», siguiendo lo sucedido en el pasaje evangélico del día, cuando María escuchó que no tenían vino. En el caso de Brasil, insistió Mons. Orlando Brandes, «falta pan, falta paz, falta fraternidad, son los vinos que todos necesitamos hoy«.

En relación con el pasaje del Apocalipsis, donde se dice que María venció al dragón, el arzobispo insistió en que tenemos muchos dragones, citando «el dragón del odio, que hace tanto mal, el dragón de la mentira, y la mentira no es de Dios, es del Maligno, el dragón del desempleo, el dragón del hambre, el dragón de la incredulidad». Ante esto, llamó a «priorizar el bien, la verdad y la justicia que el pueblo merece«.

 

Los caminos de María

Recordando el tema de la novena, en la que se invitaba a los devotos a caminar con María, planteó la necesidad de preguntarse cuáles son los caminos de María. Mons. Orlando afirmó que «Nazaret es la encarnación y la dignificación de la mujer», haciendo una aclamación por «la mujer en el mundo y en la sociedad desde Nazaret». Recordó el mensaje del Papa Francisco con motivo del Día del Niño, que se celebra en Brasil el 12 de octubre, donde el Santo Padre pide «una mirada maternal para nuestros niños».

Mons. Orlando Brandes también reflexionó sobre el camino de María al encuentro de su prima Isabel, que definió como «el camino de la fraternidad, el camino del servicio, el camino de la sinodalidad, el camino de la fraternidad«. Junto a esto, al vínculo del Magníficat, el arzobispo destacó que «todo profeta tiene que ser la voz de Jesús y la voz de la Palabra», actitud que asume María en el Magníficat.

 

María defensora de los pequeños

En relación con la ciudadanía y las elecciones, Mons. Brandes destacó la importancia del voto, que considera «el derecho y el poder del pueblo». También se refirió a la Virgen de Guadalupe como la que cuida a los indígenas, afirmando que «los indígenas son la pupila de los ojos de la Virgen«, y de otras apariciones donde María defiende a los esclavos, cuenta con la fuerza de los pequeños, de los enfermos, buscando «elevar la dignidad de los hijos de Dios», algo que la Virgen hizo «por los caminos de la periferia, buscando por esos caminos la elevación, la dignificación y la divinización de todos los bautizados».

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Finalmente, el arzobispo de Aparecida pidió a la Patrona de Brasil que «proteja a nuestra patria en el camino de la paz, la justicia y la fraternidad«.

 

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