Poner fin a la demarcación de una parte importante de las tierras indígenas, con el consecuente aumento de los intereses económicos sobre estos territorios con el avance del monocultivo, la tala, el acaparamiento de tierras y la minería, es lo que está detrás del llamado Marco Temporal, una cuestión de suma importancia para los pueblos indígenas en Brasil, que a lo largo de la historia han visto cómo sus territorios han sido robados.
Una Iglesia aliada a los pueblos indígenas
Frente a esto, la Iglesia Católica, como viene haciendo desde hace décadas y reforzado en el Sínodo para la Amazonía, quiere ser aliada de estos primeros habitantes, ayudarles para que puedan vivir plenamente y con dignidad en sus territorios. El Marco Temporal es una tragedia para Brasil, «porque acabamos irrespetando la Constitución del 88», denuncia Mons. Roque Paloschi, arzobispo de Porto Velho y presidente del Consejo Indigenista Misionero (CIMI), independientemente de la fecha que se determine. El texto de la Constitución Federal de 1988 quería, según el arzobispo, «saldar esta deuda histórica con los pueblos originarios, los pueblos tradicionales, el reconocimiento de sus derechos y sus territorios».
Insiste en que «el Marco Temporal va en contra de una cláusula pétrea de la Constitución brasileña, donde nadie tiene derecho a remover lo que es propio de la Constitución, ni siquiera la Cámara de Diputados», denunciando que «el voto de la Cámara es un retroceso, que mostró esta hostilidad contra los pueblos indígenas y poco compromiso con la Constitución Federal, con este compromiso de cuidar de nuestra casa común».
Los pueblos ya vivían allí
Aun así, Mons. Paloschi destacó que «la decisión de la Cámara no es la última palabra, también está el Senado, y confiamos plenamente en que el Supremo Tribunal Federal seguirá la tesis del Indigenato, es decir, los pueblos vivían aquí y antes de la constitución del propio Estado brasileño, estos derechos son inalienables, no es posible alterar estos derechos». Un proceso que cuenta con una importante presencia de indígenas en Brasilia para seguir la votación que se reanuda el miércoles.
Según el arzobispo de Porto Velho, ésta «es una situación que necesita ser resuelta en Brasil, para dar seguridad jurídica a todos, tanto a las familias que se asientan en tierras indígenas, como a las propias comunidades indígenas». La Constitución preveía en esos cinco años de normas transitorias de la Constitución, que debían ser reconocidas, demarcadas y homologadas. El Estado brasileño no cumplió y ahora se revuelve contra la posibilidad de quitarle los derechos a los pueblos originarios«.
Pueblos indígenas vistos como un estorbo
Su presidente afirma que «el CIMI desde su creación asumió este compromiso de alianza con la causa indígena, y tuvimos el momento cumbre, no sólo con un gran número de mártires, ya sean misioneros, misioneras o líderes indígenas, sino que el momento cumbre fue el reconocimiento de los derechos indígenas en los artículos 231 y 232, y ahora nuevamente un momento muy decisivo para la historia de nuestro país, la votación del Marco Temporal». Insistió en que «por eso, el CIMI no puede abandonar su misión de estar junto a estos pueblos que históricamente siempre fueron vistos como un estorbo, un inconveniente en la historia de Brasil, pero que son los primeros habitantes de estas tierras».
En una perspectiva bíblica, el arzobispo dijo que «un día Dios nos preguntará, como le preguntó a Caín, ¿dónde está tu hermano? ¿Dónde están las poblaciones indígenas que en 1500 eran casi 6 millones y hoy el número es insignificante para este país nuestro?”. Preguntas que le llevan a afirmar que «nosotros también tenemos esa responsabilidad de defender la vida. Y defender la vida no es contra nadie, sino sobre todo defender el derecho de estos primeros habitantes del país y junto con defender su derecho, defender el derecho de todos, especialmente de los pobres».
Una sociedad prejuiciosa y discriminatoria
El mayor problema, según el presidente del CIMI, «es que vivimos en una sociedad prejuiciosa y discriminatoria, y no estamos entendiendo muchas mentiras con relación al Marco Temporal». Denuncia que «el Marco Temporal es una creación donde quienes detentan el poder quieren imponer a las comunidades indígenas esta fecha del 5 de octubre, cuando se promulgó la Constitución del 88 como el hito en el que todas las comunidades deben estar en sus territorios».
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La razón para estar en contra es que «hasta entonces, la población indígena en Brasil estaba bajo tutela, no tenían autonomía y eran dirigidos por la Fundación Nacional del indio, que los sacaba de un lugar y los ponía en otro, y sus territorios estaban ocupados. Y por eso hoy es importante el reconocimiento de estos derechos, porque repito, estas poblaciones ya estaban aquí antes del surgimiento del Estado brasileño, antes de la llegada de los europeos«, según Mons. Roque Paloschi. «Los derechos son originarios, son una cláusula inalterable de la Constitución y no podemos ignorar esto», concluyó el presidente del CIMI.
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