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Este domingo, 25 de septiembre, la Iglesia conmemora la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. El tema de este año, anunciado en el mensaje del Papa publicado el 9 de mayo de este año, es: «Construir el futuro con los migrantes y los refugiados».

Reconocer que cada migrante es nuestro hermano

Con ese motivo, Mons. Walmor Oliveira de Azevedo publicó un vídeo en el que reflexiona sobre esta realidad, tomando como punto de partida las palabras del Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado: «todos somos indistintamente peregrinos, en camino hacia el Reino de Dios, la patria definitiva de toda la humanidad. Debemos, por tanto, reconocer que cada migrante es nuestro hermano, hermana a nuestro lado en la gran peregrinación hacia el Reino de Dios«.

Junto a esto, el presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), recuerda que el Papa Francisco destaca que «nadie debe ser excluido, el proyecto de vida es esencialmente inclusivo y pone en el centro a los habitantes de las periferias existenciales». El arzobispo de Belo Horizonte afirma que «entre ellos hay muchos migrantes y refugiados, desplazados y víctimas de la trata de personas». Por eso pide, en esta Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, «reconocer que muchos han dejado su tierra natal, el país donde viven sus familiares o donde vivieron sus antepasados huyendo de la persecución, la guerra o la miseria. Otros muchos son víctimas de la trata de seres humanos«.

Acolher sem discriminação

«Marcados por el dolor, los migrantes y los refugiados deben ser acogidos sin discriminación«, insiste el presidente de la CNBB. El Papa Francisco nos recuerda, dice el arzobispo brasileño, que «la presencia de Migrantes y Refugiados constituye un gran desafío, pero también una oportunidad de crecimiento cultural y espiritual para todos. Gracias a ellos tenemos la posibilidad de conocer mejor el mundo y la belleza de su variedad».

Ante esta realidad, el arzobispo pide que «seamos cada vez más acogedores, que nos reconozcamos realmente como un solo pueblo, el pueblo de Dios. Cada uno con su propia singularidad, pero todos similares, todos hermanos”.

Corazón abierto al servicio a los migrantes y refugiados

El presidente del Episcopado agradeció a Mons. José Valdecir Santos Mendes, presidente de la Comisión para la Acción Socio transformadora de la CNBB, pero también a sus hermanos obispos y a cada uno de los evangelizadores que participan en esta comisión, de los que dijo que «todos tienen el corazón abierto al servicio a los migrantes y refugiados«.

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Pidiendo la bendición de Dios para quienes escuchen el mensaje, el arzobispo de Belo Horizonte pide que «trabajemos juntos siempre y más en la acogida fraterna a los migrantes y refugiados, nuestros hermanos y hermanas«.

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