Desde el Vaticano, Óscar Elizalde, director del Centro de Comunicaciones del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), ha seguido de cerca la elección del nuevo Papa, Robert Francis Prevost, ahora León XIV, logrando con ello ir llevando a la región detalles de este importante hecho histórico para la Iglesia católica universal.
En el marco de este cubrimiento que se ha ido transmitiendo a través de las plataformas digitales, redes sociales y portal del Celam, Elizalde mantuvo un diálogo con monseñor Lizardo Estrada, secretario general de esta institución y obispo auxiliar de Cusco en Perú, quien comparte con el nuevo Pontífice un profundo vínculo espiritual, comunitario y pastoral: ambos pertenecen a la Orden de San Agustín.
Una vida compartida entre la formación, la misión y la fraternidad agustiniana
“Fue mi profesor de derecho canónico, patrística y temas agustinianos en Trujillo. Compartimos el noviciado, el teologado, y hasta responsabilidades como superiores mayores”, recuerda el obispo peruano, eufórico por la elección del que fue su formador y compañero de comunidad. “Es una bendición haber caminado con él”, agregó.
Se destaca que Robert Prevost, ha ejercido cargos destacados dentro de la Iglesia, entre ellos fue prior general de la Orden Agustiniana, obispo en Chiclayo, prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, cargos que le permitió conocer de cerca la realidad de la Iglesia en el continente latinoamericano.
El corazón latinoamericano de León XIV
Óscar Elizalde destacó en la entrevista la cercanía del nuevo Papa con América Latina, no solo por su servicio pastoral en Perú, sino por su conocimiento profundo del continente. Al respecto, monseñor Lizardo, observó que efectivamente el Pontífice: “Ha viajado a los cinco continentes, a todos los países de América Latina, conoce nuestras culturas, nuestras sensibilidades, nuestra cultura, pero también conoce de la pobreza que la rodea”.
Ese conocimiento y esa cercanía quedaron expresadas en su bendición Urbi et Orbi, cuando interrumpió el italiano para enviar un saludo directo y emotivo a la diócesis de Chiclayo, su comunidad pastoral anterior. “Fue un gesto que tocó el alma de América Latina”, reconoció el obispo.
Una voz para la unidad, la paz y la sinodalidad
Por otra parte, monseñor Lizardo subrayó los pilares que marcarán este pontificado: comunión, unidad, justicia y paz. “Nuestro mundo necesita de unidad. Este Papa es para este momento. Oremos por él como lo hemos hecho por Francisco, Benedicto, Juan Pablo II y por todos los papas”, exhortó.
En la conversación, el prelado también rememoró un momento significativo en la Asamblea General del Celam en Puerto Rico (2023), cuando ambos fueron elegidos en nuevas responsabilidades. El entonces cardenal Prevost lo animó con estas palabras: “Confía en el Espíritu Santo, pon lo mejor de tu parte y adelante”.
Una Iglesia que peregrina junto a su nuevo pastor
Elizalde cerró la conversación anunciando que la Eucaristía de inicio del pontificado de León XIV se celebrará el 18 de mayo, y lo describió como el inicio de una peregrinación compartida. “Seguiremos caminando con alegría junto a nuestro nuevo Papa, con esperanza y fe”.
León XIV no solo trae consigo una formación intelectual sólida y un profundo sentido pastoral, sino también una espiritualidad agustiniana centrada en la comunidad, la escucha y la humildad, cualidades que, según monseñor Lizardo, lo hacen un pastor ideal para guiar a la Iglesia en tiempos de polarización y fragmentación.
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