En la homilía de este XX domingo del Tiempo ordinario, monseñor Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo (Perú) y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), ha indicado que “la decisión por el reino de Dios no puede ser pospuesta, te debe atenazar, te debe casi obligar a tomar tu sangre para escribir el “Sí” de la adhesión. Te invita a tomar entre las manos, cosas, afectos y hasta la vida y a arrojarla en el fuego del amor”.
De hecho, comenta el prelado, en la sabiduría popular se usa mucho esta pregunta: “¿Qué es lo que hace al hombre ser hombre? ¿el linaje? ¿el dinero? NO, lo que hace al hombre ser hombre es la capacidad de decidir, de decidir lo justo mirando al futuro” y, por tanto, “el Evangelio es la decisión por la persona de Jesús, el Cristo”.
La decisión de seguir a Cristo
“Posiblemente por años nos hemos equivocado yendo detrás del humo de la pereza, de la indiferencia y de la fácil religiosidad exterior”, acotó.
Por tanto, “ahora Cristo se pone delante de nosotros de forma nítida y con fuerza. Hay necesidad de seguirlo. Aquel instante es decisivo, porque perderlo es posiblemente volver a desplomarse para siempre en la oscuridad y en el vacío”.
La atención vigilante a la cual “Jesús nos lleva, escudriñando las conciencias, es un bien precioso, sobre todo, en nuestros tiempos dominados por la superficialidad. Hay necesidad de redescubrir la fuerza del Evangelio sin diluirlo en un genérico e inofensivo espiritualismo y en una inofensiva experiencia interior”.
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