En el XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, monseñor Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), en su homilía, ha señalado que para “ser verdaderos discípulos de Jesús es necesario separar con un corte eficaz todas las uniones con el pasado”.
De tal forma que para “ser discípulo auténtico es necesario rechazar, evitar, la comodidad, la tibieza; la elección por Cristo es radical, es como una fuente que debe regar todo el terreno de la vida, es el vértice (la cima) de la escala de valores sobre el cual se ordenan todo los demás”.
“El cambio de mentalidad requiere decisión y es decisivo y Jesús lo urge, lo presiona, a la manera semítica, con palabras duras, intensas, que golpean las conciencias”, acotó el prelado.
Amor radical por el reino de Dios
Don Cabrejos ha recalcado que “la empresa del seguimiento de Jesús, es difícil y seria, no se puede afrontar con ligereza y superficialidad por que la derrota puede ser amarga”.
“Para el reino de Dios se necesita invertir cuanto se tiene y cuanto se es; se necesita sacrificar, renunciar y ser desprendidos, para “invertirlos” en la obra de Dios y de servicio”, agregó.
Para ello, plantea tres conclusiones:
A) El amor radical por el reino de Dios.
B) El llevar la cruz
C) y la renuncia y el desprendimiento; son los tres criterios fundamentales del discípulo de Cristo.
En tanto, “el egoísmo, la comodidad, la superficialidad, la avaricia son tres caminos que deforman el rostro de los discípulos de Cristo, haciéndolos semejantes a aquellos que rechazan a Cristo”.
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