El jueves 22 de febrero Santo Padre Francisco dio a conocer nuevos destinos para obispos argentinos: monseñor Jorge Luis Wagner va como titular de la recientemente escindida diócesis de Comodoro Rivadavia —la otra parte es la diócesis de Rawson cuyo obispo es monseñor Roberto Álvarez— y monseñor Guillermo Caride, como coadjutor de la diócesis de San Isidro.
Jorge Luis Wagner (57) nació en Guaminí, provincia de Buenos Aires, el 19 de enero de 1967 y hasta ahora se desempeñó como obispo auxiliar de Bahía Blanca. Se ordenó sacerdote el 2 septiembre de 1993, fue elegido obispo titular de Gergi y auxiliar de Bahía Blanca el 24 de septiembre de 2019 por el Papa Francisco. Recibió la consagración episcopal el 16 de noviembre de 2019 en la parroquia San José de Pueblo San José, por monseñor fray Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP, arzobispo de Bahía Blanca. Los coconsagrantes fueron monseñor Guillermo José Garlatti, arzobispo emérito de Bahía Blanca, y monseñor Néstor Hugo Navarro, obispo emérito de Alto Valle del Río Negro. Su lema episcopal es “Simples servidores”. En la Conferencia Episcopal Argentina es miembro de la Comisión Episcopal de Catequesis, Animación y Pastoral Bíblica.
Su nueva diócesis, Comodoro Rivadavia, fue creada el 11 de febrero de 1957. Está ubicada en la provincia del Chubut y comprende los departamentos de Escalante, Río Senguer y Sarmiento. Monseñor Wagner será el séptimo obispo de Comodoro Rivadavia y el patrono de la diócesis es San Juan Bosco cuya fiesta litúrgica se celebra el 31 de enero.
Guillermo Caride (61) nació en la ciudad de Buenos Aires, el 25 de mayo de 1962. Fue ordenado sacerdote el 5 de diciembre de 1986 y elegido obispo titular de Giomnio y auxiliar de San Isidro el 26 de octubre de 2018 por el Papa Francisco. Su lema episcopal es “Sentir con la Iglesia”. Recibió la ordenación episcopal en el colegio Marín de San Isidro, el 7 de diciembre de 2018 por monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro. Los coconsagrantes fueron monseñor Martín Fassi —en ese momento obispo auxiliar de San Isidro— y monseñor Jorge Casaretto, obispo emérito de esa diócesis. En la Conferencia Episcopal Argentina, es presidente del Consejo de Asuntos Económicos.
Las voces de los nuevos pastores
En declaraciones a ADN Celam, monseñor Jorge Wagner compartió sus primeras impresiones sobre Comodoro Rivadavia “es algo totalmente nuevo, no conozco aquellos lugares, sí tuvimos una aproximación el otro día a aquellos paisajes cuando con fray Carlos [Azpiroz Costa] estuvimos en el comienzo de la diócesis de Rawson y la toma de posesión de monseñor Roberto Álvarez. Ahí conocí algo de esa zona y algo que me han ido contando. Son muchas las expectativas y cuando uno llega a una diócesis nueva lo primero que hay que tener presente es todo su camino y toda su historia. El primer tiempo será tiempo de escuchar para poder conocer y sumarme a toda esa trayectoria, conocer las comunidades, los sacerdotes. Lo que me llama la atención —y me parece muy valioso— de la diócesis y de la Región Patagónica es que tienen un trabajo de muchos años como región. De hecho, en esos días que estuvimos en Rawson, allí mismo se estaba llevando a cabo el Encuentro Regional de Agentes Pastorales, cosa que vienen haciendo con continuidad. Eso es muy importante. Y me llama la atención porque las distancias aquí son muy grandes, y en otros lugares donde estamos más cerca nos cuesta más el trabajo de conjunto«.
El nuevo obispo patagónico nos confirmó que el sábado 6 de abril a las 11.30 hs será su toma de posesión diocesana, consensuada con quien fue hasta ahora el administrador de Comodoro, monseñor Álvarez, de la que participará el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Azpiroz Costa. “En cuanto al camino a transitar en la diócesis ya tenemos el mapa que es lo que Iglesia nos va proponiendo a través de la enseñanza del Papa Francisco en Evangelii gaudium, camino sobre la sinodalidad que cada diócesis va transitando con sus tiempos y procesos, ahí ya tenemos mucho”, adelantó y profundizó sobre la sinodalidad:
“Este tiempo que el Papa nos propone de caminar y afianzar la sinodalidad es una gran esperanza para la Iglesia, una gran oportunidad porque este modo-estilo de ser de la Iglesia —que es parte de su esencia— no es una novedad sino que es algo que pertenece al corazón de la Iglesia. Nos ayudará a vivir mejor la tarea de la nueva evangelización. El camino de la Patagonia ya es sinodal. El sínodo del año pasado y lo que viene este año nos darán herramientas para seguir fortaleciendo lo que ya está en la base. Esa Iglesia está dispuesta a escuchar las realidades y los desafíos en los lugares donde hay que poner los mayores acentos. Será importante el discernimiento para saber dónde poner las prioridades y que el anuncio quede limitado a algunos ámbitos. Por eso Francisco pone tanto énfasis en el tema de las periferias que no son solo los territorios sino también las situaciones de muchas personas. Tenemos que saber ver las periferias, afinar los oídos para escuchar. Y la respuesta del Espíritu, ante la incertidumbre, pasa por aquí”.
Al concluir la entrevista monseñor Wagner nos compartió cuatro anécdotas:
“Con fray Carlos estamos cerca de Tres Arroyos. Ayer celebramos la fiesta de la Cátedra de Pedro y en la parroquia central, Nuestra Señora del Carmen. Ahí el párroco nos recordaba que el primer obispo de Comodoro Rivadavia, Carlos Mariano Pérez, nació en Cascallares, una pequeña localidad cercana a Tres Arroyos, y bautizado en la Iglesia en la que estábamos. El primer obispo salió de estos territorios de la arquidiócesis de Bahía Blanca y el séptimo (o sea yo) también. Y cuando me llamó el nuncio, un lunes después de haber celebrado el 5° domingo durante el año —el Evangelio de ese domingo terminaba con estas palabras de Jesús: ‘vayamos a otra parte a predicar a las poblaciones vecinas porque para eso he salido’— me anuncia el nombramiento, inmediatamente me vinieron a la mente las palabras sobre las que había predicado el domingo en la Eucaristía. Y para esto estamos: Dios nos envía a nuevos lugares, me hizo mucho bien esa palabra porque me ayudó a dar una respuesta y ponerme a disposición y partir a esa nueva tierra. Un salmo que me acompaña en estos días es el 26: ‘Encomienda tu suerte al Señor, confía en Él y Él hará su obra’. La tercera anécdota: cuando me llamaron de la nunciatura por el nombramiento como auxiliar de Bahía Blanca, el secretario me dijo ‘bueno, ahora estará como auxiliar pero en unos años le tocará alguna diócesis…’ y enseguida se me cruzó que María Auxiliadora, a quien yo quiero mucho, y que me iba a querer en el sur, por allá abajo. Y voy a donde la patrona es Ella. Y la última: mi papá hizo el servicio militar en Comodoro y siempre tuvo añoranza por esta tierra, le hubiera gustado vivir allí. Ahora me toca a mí como hijo cumplir su sueño”.
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En tanto que monseñor Guillermo Caride —quien asumirá como coadjutor el 5 de abril— se expresó públicamente a través de una misiva dada a conocer en las múltiples redes sociales a su alcance, en la que agradeció a quienes lo vienen acompañando en su camino sacerdotal y episcopal, al pueblo de Dios que peregrina en San Isidro donde “me nací, me crié y descubrí a Jesús en la fe (…) siento la invitación de Jesús a confiar en Él, dejarme conducir por Él para servir mejor a su Iglesia”.
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