La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), a través de su Secretaría General, comparte un mensaje de esperanza y alegría para todos los fieles en estas fiestas navideñas. Iluminados por el anuncio del ángel según el Evangelio de Lucas: “No teman, les doy una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy les ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor” (Lc 2 , 10-11), el mensaje invita a ser testigos “del cumplimiento de las promesas de Dios, que mirando nuestra realidad se hace cercano en Jesús su Hijo, nacido de la Virgen María”.
Un mensaje de cercanía en tiempos difíciles
El nacimiento de Jesús, resalta la Conferencia, llega en un momento crítico para Bolivia. La situación económica compleja y los desastres naturales han generado incertidumbre y sufrimiento en muchas familias. Ante este panorama, el Niño Jesús representa un nuevo comienzo, un símbolo de esperanza y la promesa de tiempos mejores: “Que esta Navidad sea el inicio de un tiempo de cambios positivos, justicia y prosperidad para todos los bolivianos, y que traiga la fortaleza que necesitamos para seguir adelante, con fe en un mejor mañana”.
El mensaje leído por el secretario general de la CEB, Mons. Giovani Arana, y por el secretario general adjunto, el padre Diego Plá, expresa la esperanza que trae el nacimiento de Jesús, “manifestando su presencia que nos fortalece ante cualquier situación”.
“La Buena Noticia que Jesús nos trae con su Nacimiento significa cercanía a su pueblo, el Emanuel “Dios con nosotros” es un Dios que camina junto a nosotros, un Dios que se hace solidario con nuestra humanidad y se hace hombre para salvarnos”, sostiene el comunicado.
Un tiempo para dar y compartir
El episcopado boliviano exhorta a los fieles a vivir la Navidad como un tiempo para dar y compartir, y un momento para que el amor y la solidaridad brillen con fuerzas: “En medio de los retos que vivimos como país, recordemos que nuestras acciones, por pequeñas que parecen, pueden marcar una gran diferencia en la vida de quienes nos rodean”.
Además, se hace un llamado a tener actitudes concretas de ayuda fraterna y cercanía hacia quienes sufren: “Nunca dejemos de ver en el necesitado a Dios, brindándole nuestra ayuda fraterna y cercana”.
Asimismo, los obispos piden vivir con responsabilidad el compromiso de discípulos de Jesús, “con actitudes de solidaridad frente al hermano que en estos momentos pasa alguna necesidad”.
La esperanza como motor para el 2025
El mensaje concluye animando a los bolivianos a recibir el 2025 con alegría y esperanza: “Que el Nacimiento de Jesús, llene nuestros corazones de profunda esperanza que nos ayude a vivir el 2025 con alegría; y la Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra interceda por todos, y que su amor maternal nos cobije, anime y acompañe”.
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