Monseñor Paolo Rudelli, nuncio apostólico de Colombia, será el observador de la Santa Sede en la Conferencia de las Partes COP 16, que inició en Cali, al occidente de Colombia, este 20 de octubre.
El prelado destacó que el desarrollo no puede concebirse sólo desde el llamado “progreso”, por tanto, debe mirarse de manera integral desde “el corazón de los territorios y con el esfuerzo de las comunidades”. Allí la Iglesia cumple un papel fundamental en el acompañamiento.
En esta cumbre mundial sobre la biodiversidad por la Iglesia participan el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), pastoral social Cáritas Colombia, Episcopado y diversas redes eclesiales territoriales. También la pastoral de los pueblos originarios como el Movimiento Laudato Si’.
Monseñor Rudelli ha destacado que la presencia de hombres y mujeres de la Iglesia es “testimoniar” el cuidado de la casa común, porque “si nosotros no cuidamos, no cuidamos ese plan de Dios al final acabamos con el planeta y acabamos con la especie humana”.
Voz del papa Francisco
Destacó que su papel en la COP16 será como observador para llevar la voz de la Iglesia y del Papa Francisco en los diferentes espacios de diálogo y reflexión. En este sentido, señaló que la COP es un encuentro entre gobiernos, que negocian con base en presupuestos.
Mientras que “la voz de la Santa Sede es más bien, una voz que quiere llamar a los valores que están al fondo de esa convención”, por tanto, “la Santa Sede estará como observador porque no es parte del convenio, pero el papel es presentar la voz del Papa Francisco, ese llamado que ha hecho para el cuidado de la casa común”.
El trabajo de la Iglesia es ingente sobre todo “en esta parte del mundo en América del América del Sur y en Colombia para el cuidado del medio ambiente. Uno se da cuenta de que la Iglesia está trabajando en estos temas desde hace muchas décadas”.
Por una Ecología integral
El Nuncio de Colombia resaltó que la crisis ambiental va muy ligada a la social, puesto que “no es sólo ecológica, sino que es una crisis de sistema económico, es una crisis antropológica, es una crisis espiritual”.
Sobre todo cuando el hombre pone al centro de “su interés sólo el desarrollo económico, sobre el tener siempre más, el consumir siempre más” comienzan los desequilibrios.
El papel de la Iglesia – destacó – es también fomentar dimensión espiritual en su relación con Dios justamente después de Laudato Si’ han surgido iniciativas desde como la Red Eclesial Panamazónica (Repam), Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), que han hecho esfuerzos para fomentar la Ecología integral.
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