Monseñor Hugo Alberto Torres, obispo de la diócesis de Apartadó, región del Urabá antioqueño en el noroccidente colombiano, ha denunciado la “crisis humanitaria” que viven más de 45.000 migrantes represados en Necoclí en espera de atravesar la peligrosa selva del Darién.
“Es conocida por todos la situación de crisis humanitaria que se está generando en el territorio del Urabá y el Darién ante el aumento exagerado de la población migrante en tránsito hacia Centroamérica”, ha dicho.
En un comunicado, el prelado ha denunciado que “diariamente llegan y salen de Necoclí de 1800 a 2100 personas hasta el 30 de septiembre” y lamentó que a pesar de los esfuerzos de las autoridades “hace falta activar un plan de respuesta en emergencia”.
Activar la solidaridad
Don Torres hizo un llamado a la comunidad diocesana, entidades y personas de buena voluntad “a que rodeemos a los hermanos migrantes con el respeto, la corrección fraterna y la ayuda concreta a través de ollas comunitarias”.
También ha pedido acercarse a las parroquias más cercanas para entregar alimentos, bolsas de plástico, suero, dinero o bonos redimibles en supermercados, y el servicio de voluntariado”.
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