Reunidos en su 126.ª Asamblea Plenaria, los obispos recordaron el magisterio del Papa Francisco, haciendo eco de lo aprendido de él y pidieron seguir sembrando la cultura del encuentro en Argentina tendiendo puentes. Así lo expusieron en un mensaje en memoria del Pontífice fallecido, destacando su testimonio de vida, magisterio y cercanía al pueblo.
El encuentro de obispos, que inició el 5 de mayo y se extiende hasta el viernes 9, tiene una agenda marcada por temas pastorales, sociales y eclesiales en un contexto de transición para la Iglesia universal tras la muerte del Pontífice argentino.
El cariño del pueblo y el legado de un pastor cercano
En un mensaje titulado “Francisco, padre y pastor de todos. ‘No volvió, pero vino’”, los prelados reconocieron el profundo cariño que millones de personas sienten por Francisco y destacaron su herencia como guía espiritual y referente moral.
“Nos sentimos conmovidos y hasta empujados por el gran cariño de millones por Francisco”, señalaron los obispos, quienes además observaron que el Papa “fue un faro de empatía en una sociedad individualista, un profeta de la dignidad humana”.
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- Foto: Episcopado argentino
Una Iglesia abierta, “sin puertas”, como hospital de campaña
Los prelados expresaron estar agradecidos por las enseñanzas y testimonio de Francisco, a la vez que remarcaron que como Iglesia argentina se ven comprometidos a encarnar el modelo pastoral impulsado por el Papa, ser una comunidad abierta, comprometida con los más vulnerables, que actúe como “hospital de campaña” y esté al servicio de todos, sin exclusiones.
Con humildad reconocieron que no siempre estuvieron a la altura del magisterio del Papa, por lo que pidieron perdón por haberse distraído en discusiones infructuosas. Autocrítica que, señalaron tendrán presente para promover en adelante una cultura del encuentro y la fraternidad universal.
“No volvió, pero vino”: la presencia espiritual de Francisco
Algo que resonó en el mensaje de los obispos fue la alusión al hecho de que Francisco nunca regresó a su tierra natal como pontífice. Sin embargo, los obispos interpretaron que su presencia ha sido más espiritual que física. “Su último viaje sentimos que fue a nuestro país, está aquí”, afirmaron, proponiendo que esta cercanía simbólica sea un nuevo impulso misionero para anunciar la alegría del Evangelio.
Finalmente, encomendaron a Francisco a Dios y a la Virgen de Luján, al tiempo que invitaron a todos los fieles a esperar y acompañar con esperanza al próximo pontífice que será elegido en el futuro cónclave.
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