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Obispos bolivianos motivan a fortalecer los valores en la familia

En la festividad de la Sagrada Familia, los obispos de Bolivia han manifestado que la familia es el núcleo de la sociedad y lugar donde se gestan los valores esenciales, al tiempo que han reflexionado sobre la compleja situación social, económica y ambiental que enfrenta el país.

Vivir con esperanza

Monseñor Giovani Arana, obispo de la Diócesis de El Alto y secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), llamó a pedir perdón a Dios por las injusticias que afectan a la humanidad, como la violencia, la pobreza y los atentados contra la creación, remarcando las dificultades que enfrenta el país, como la crisis económica y la destrucción de la Madre Tierra.

En este contexto, instó a vivir con esperanza el Jubileo inaugurado por el Papa Francisco, una oportunidad para renovar el compromiso de trabajar por un mundo más justo y fraterno, confiando en lo que Dios puede realizar.

En la celebración eucarística dijo que la familia es el espacio donde Dios quiso iniciar su plan de salvación: “Dios escoge también la familia para dar inicio a este plan Dios, quiere mostrarnos la importancia de la familia como institución; donde se van gestando grandes cosas es en la familia, donde se inicia la fe es en la familia, donde comenzamos a hablar y a relacionarnos con los demás es en la familia, donde aprendemos muchas cosas que después ayudarán a enfrentar la vida es en la familia”.




La familia, escuela de fe

El prelado boliviano alentó a las familias a ser “escuelas de fe” y ejemplos de vida cristiana, enfrentando los retos actuales con unidad, amor y compromiso. Señaló que el modelo de la Sagrada Familia, que superó dificultades y sufrimientos, debe inspirar a cada hogar a construir un espacio donde se proteja la vida, se fomente el crecimiento espiritual y se respete el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus valores y creencias.

Queridos hermanos, pidamos a la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, interceda por todos nosotros y nos acompañe a vivir un auténtico Año Jubilar, y que sea ella la que con su amor maternal interceda por las familias del mundo y de toda Bolivia”, pidió la autoridad eclesial.

El amor une la familia

Por su parte, el obispo de la Diócesis de Oruro y presidente del Área de Comunión Eclesial de la CEB, Mons. Cristóbal Bialasik, dijo que Jesús mismo vivió en una familia humilde y trabajadora, que enfrentó dificultades como la emigración, e invitó a fortalecer los vínculos familiares ante los desafíos actuales: “El amor tiene que unir la familia”.

La familia es la célula más importante de la sociedad”, subrayó el prelado, advirtiendo sobre los peligros que amenazan a la familia en el mundo actual, como las ideologías contrarias al Evangelio, incluidas aquellas que distorsionan la identidad humana y los valores fundamentales. Resaltó que estas corrientes, en ocasiones apoyadas por intereses políticos y económicos, atentan contra la vida desde su concepción, la dignidad de los ancianos y el papel esencial de los padres en la educación de sus hijos.

Mons. Bialasik recalcó que la familia debe ser defendida y fortalecida como espacio de amor y comunión, donde se promueva la vida y los derechos. Finalizó su reflexión exhortando al cuidado mutuo entre personas, pero también el cuidado del medio ambiente.

Caminar juntos como familia

También monseñor Eugenio Coter, obispo del Vicariato Apostólico de Pando y obispo responsable de Comisión de Prevención y Cultura del Cuidado de la CEB, habló sobre el caminar juntos como familia, en los valores y la fe, educando a los hijos con el ejemplo y preparándolos para afrontar la vida con autonomía: “Los hijos que tienen son hijos de Dios antes que el tuyo, papá y mamá, cuida, ama y recuerda que somos de Dios”.

El vicario de Pando dijo que una relación basada en la honestidad, el respeto y la fe ayuda a formar personas responsables y solidarias. Y aunque los hijos puedan tomar caminos propios, la semilla de la fe sembrada por los padres siempre tendrá un impacto: “Los hijos absorben lo que vivimos, los hijos toman en cuenta lo que vivimos, les entra por nosotros y les va directo al corazón”, aseguró.

Animó a las familias a ser conscientes de que los valores transmitidos desde el hogar son básicos para enfrentar los desafíos de la vida y para construir un futuro basado en el amor: “Quien pone a Dios en su corazón es una sagrada familia”.

En el marco del Jubileo de la Esperanza, Mons. Coter invitó a abrir las puertas de la vida familiar al Señor, como símbolo de un peregrinaje espiritual. Al igual que María y José llevaron a Jesús a Jerusalén, señaló que cada hogar está llamado a vivir momentos de encuentro con Dios que renueven su fe y esperanza: “Nosotros también estaremos viviendo estos momentos de peregrinación, de experiencias de Dios que es la fuente de la esperanza”.

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